diciembre 19th, 2018

Flores de tráfico

 

Me resulta gratificante pararme en las menudencias del día a día, me satisface sobremanera, sobre todo si me topo con circunstancias casuales o fuera de lugar, pequeñas cosas que están mal o que se descomponen por el paso del tiempo, eso me lo apropio en forma de imágenes en mi móvil.

Y no soy la única que se fija en estas cosas, hace tiempo sí creía que era original, hasta que llegó Instagram y me desveló que todo el mundo anda la caza de sus #desordenesurbanos, como yo los llamo, (creo que merecen tener nombre, vista la profusión).

 

 

Pero hay gente que además de observar las insignificancias, las interviene para hacer de ella algo casi mágico, y me causa tanta admiración esa habilidad, por no decir envidia, que doy vueltas a la cabeza para ver cómo yo misma puedo pasar de mero observador pasivo, a activista de lo cotidiano.

 

 

Mientras lo consigo… o no.., dejo aquí un divertimendo del artista Mathieu Tremblin que me ha provocado un calorcito en el corazón.

 

 

La pieza se llama Parking Tickets Bouquet y como su nombre indica, se trata de un ramillete de papiroflexia hecho con tickets de parking, bueno, más bien son multas de aparcamiento, encontrados en los parabrisas de los coches de alguna calle belga.

 

 

Esto es todo, y es mucho… por lo que sin mas que decir, os invito a ver mas acciones de este artista callejero, que tienen su gracia.

 

 

Además, bajo el nombre de Les Frères Ripoulain ha trabajado con el artista David Renault en muchas otras pequeñas acciones urbanas.

 

 

Encontré su trabajo en Tumbr y las fotos las he sacado de las páginas del autor.

 

 

 

 

 

 

 

 

septiembre 24th, 2018

Ikebana a gran escala

Paseo con frecuencia por el mundo Ikebana sobre todo cuando estoy hasta las narices del asfalto y no puedo moverme. Mirar imágenes de flores en extraordinarias composiciones, me ayuda a acercarme a la naturaleza en formato reducido, por no hablar del placer visual y la relajación que me proporcionan, debe ser que la armonía con la naturaleza, me llega a través de las imágenes.

En el orden práctico, mirar tan frágiles equilibrios, me inspira a arriesgarme con formas mas audaces y ligeras para mis piezas FEEAS.

En realidad hasta la fecha, nunca he practicado el arte de «dar vida a las flores» que es lo que significa la palabra Ikebana, pero seguro que cuando lo haga, me resultará la mar de terapéutico. La imperfección, el valor de lo efímero y la intención de buscar cierto equilibrio en los contextos mas inhóspitos, dan bastante sentido a mi vida. Aunque a lo más que he llegado en este curativo arte, es a meter algunas hojas en recipientes con agua o a pararme a mirar lo bien que compone la flor mustia que el viento arrastró, con el empedrado de la calle, en fin, nada que ver.

Los japoneses de toda condición, encuentran tanto bienestar con los arreglos florales que los incluyen en sus quehaceres diarios. Además de su evidente propósito estético, y su interés por llevar algo natural al entorno domestico, también lo utilizan como método de meditación, ya que les hace estar mas receptivos al paso del tiempo a los cambios estacionales y a los ciclos de la vida.

Mas o menos, todos sabemos lo que es el Ikebana, si no, internet es una gran fuente de conocimiento sobre el tema. Por aportar algo, dejo aquí un haiku del poeta Bashō Matsuo que define el sentimiento que se puede llegar a sentir por una simple flor:  “Camino de montaña / Una sorpresa emotiva / Pequeña violeta”, palabras sencillas y recursos estilísticos escasos, algo así entiendo que debe ser la esencia del mas auténtico y ancestral arte de dar vida a las flores.

Esta actividad, que se remonta la sXV, ademas de ser una práctica de lo mas popular, ha servido de soporte artístico para grandes creadores, que la han hecho trascender del ámbito de lo cotidiano, para dar forma a piezas de gran valor artístico y también económico.

Por supuesto, no sólo se usan flores en las composiciones de Ikebana, también hay lugar para todo tipo de elementos naturales, que suelen ser expuestos en maravillosos recipientes fabricados por otros maestros artesanos igualmente cotizados. Con todos ellos se consiguen piezas complejas con arriesgadas formas, muchas veces de enormes dimensiones y equilibrios casi mágicos, pero siempre conservando la esencia de la simplicidad.

Hoy voy a centrarme en el trabajo de Tetsunori Kawana un artista que ademas de ejercitar sus habilidades con las mas tradicionales composiciones vegetales a pequeña escala, se dedica a dar vida a grandes piezas, en las que supera los imites y trasciende las reglas del Ikebana, creando un estilo propio, muy conectado al medio ambiente, y usando ademas de las tradicionales flores, otro tipo de materiales naturales, como grandes ramas, secas o en flor, troncos de manera y sobre todo el bambú, con el que consigue formas orgánicas inesperadas que mutan y se descomponen hasta desaparecer.

Cuenta el autor: «En mi trabajo utilizo bambú verde recién cortado. Debo respetar este bambú; tiene vida, energía y belleza propia. No puedo controlarlo al cien por cien. Debo comunicarme con el bambú para que funcione con éxito. Debo extraer la energía y la belleza del bambú y darle nueva vida a mi creación, una especie de «reencarnación» del bambú».

Kawana piensa que que la vida y la belleza son transitorias y, por lo tanto, sus instalaciones de Ikebana también deben serlo «sólo para el momento y el lugar». Eso hace que su trabajo deba apreciarse cuando se crea ya que os materiales naturales que usa, con el paso del tiempo se transforman.

Así pues, de su trabajo al final sólo queda el recuerdo en la memoria del que lo vio y por supuesto la documentación fotográfica que se tomó.

 

Poco mas que decir sobre este tema, mejor mirar, aprender, y recordar que «debemos atesorar cada momento que compartimos con la naturaleza porque no volverá».

 

He llegado a este autor dando paseos virtuales por lo japonés y las fotos las he sacado de google.

 

 

 

 

mayo 25th, 2012

El arte de la no intervención en la naturaleza

Si hay un artista que verdaderamente juega un papel importante en el debate sobre el arte y la naturaleza este es Lois Weinberger.

Durante treinta años este artista ha desarrollando el tema de la jardinería como una posibilidad de reconciliación entre la naturaleza y la intervención humana.

Mucho de su trabajo está vinculado al concepto de Tercer Paisaje, concebido por el paisajista Gilles Clément como aquellos espacios que no están sometidos a la acción directa y controladora humana, en los que se dan las bases para que la vida evolucione libre y llena de oportunidades.

Junto a su esposa Franziska ha trabajado en una red poética y política que atrae la mirada hacia los bordes y pone las jerarquías en cuestión. Ellos se ven a sí mismos más como trabajadores del campo que como artistas.

Leer el resto de la entrada

mayo 22nd, 2012

Naturaleza domesticada

La obra de André Woodward  se situa entre el arte y la ciencia.

Intenta desdibujar la línea entre la naturaleza  y el arte, mediante la creación de micro-ambientes de luz y sonido que mantengan y hagan crecer las plantas vivas.

Consigue, y no se muy bien cómo, que las plantas convivan en entornos hechos de trozos de asfalto y hormigón, sonidos grabados de las carreteras, junto con malas hierbas e insectos en un sistema estructurado de agua, luz y sonido.

Leer el resto de la entrada

noviembre 20th, 2011

Casa saludable

Todos hemos visto (está de moda) suelos, tejados, paredes, …  usados para sembrar, normalmente plantas decorativas, pero la casa de hoy además de ser verde es comestible.

Eathouse, así se llama, ha sido diseñada por De Stuurlui Stedenbouw y Atelier GRAS!. Es una casa con su correspondiente jardín, diseñada para estar colonizada por con verduras, frutas, hierbas y flores.

Cada metro cuadrado es utilizado, tanto para el consumo alimenticio como para experimentar técnicas de cultivo de agricultura intensiva.


Leer el resto de la entrada

This work is licensed under GPL - 2009 | Powered by Wordpress using the theme aav1