octubre 26th, 2011

Verde, pequeño y desafiante

Si es que no nos conformamos porque no queremos, menos mal que hay personas con buen talante, que de cualquier cosita sacan partido. En este caso, un simple recuadro de césped  se puede convertir en espacio para el regocijo y el disfrute fotográfico.

Un grupo de gente, que responden al nombre de Microlawns, se dedica a mirar hacia el suelo, para ir fotografiando todo espacio reducido, en el que crezca vegetación. Además de hacerlo ellos, invitan todo el que quiera lucir sus propios hallazgos a subirlos a un flickr y así poder compartirlos y valorarlos.

Como por  el centro de Madrid no hay mucho de esto, me ha enternecido ver estos minúsculos campos verdes, que desafiando el gris asfalto se atreven a crecer, perfectos y sin necesidad de cuidados, para que luego digan que cuesta mucho mantener el verde en las ciudades, ¿no será el verde vertical el que cuesta?.

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noviembre 23rd, 2010

Heridas en el espacio urbano

Quería dejar al «ARTISTA» para mi post número 1.000, me faltan 10 para cumplirlos, pero después de 2 horas buscando algo que me motivase sin conseguirlo, he decidido que necesito levantarme el ánimo y que nada mejor, para ello que darme un homenaje visual en condiciones, así que voy a hacer un repasito a la obra de Gordon Matta-Clark.

Los que hayan pasado con frecuencia por el Ático sabrán,  siempre lo digo, que nada de lo que haya visto, artísticamente hablando, me ha impactado tanto como el trabajo en el espacio urbano, de este creador. Una búsqueda en google, os puede poner al día de lo que su inconmensurable obra, ha aportado al arte contemporáneo, pero, para el que no tenga ganas de indagar, os dejo un artículo de Darío Corbeira, editor del libro ¿Construir… o deconstruir? que fue publicado por el El País en el 2006.

«Su trabajo refleja desde sus comienzos su preocupación por los nuevos modos culturales en la vida cotidiana y por las nuevas subjetividades e identidades políticas posteriores a 1968: trabajando con basuras, ofreciendo oxígeno a los transeúntes de Nueva York, abriendo un restaurante gestionado y dirigido por artistas, poniendo en tela de juicio la propiedad privada del suelo… o subiéndose a la Clocktower para, colgado de su reloj, proceder a afeitarse, ducharse y lavarse los dientes.



Todas esas acciones tenían lugar en tiempo real, acotado y preciso, fuera de los sacralizados recintos de galerías o museos, pero previo a ellas realizó miles de dibujos, anotaciones y libretas de trabajo que, a la manera poussiniana, implican que concebía el dibujo como la imagen interior del proyecto. Del mismo modo, prácticamente todas sus acciones e intervenciones en edificios fueron fotografiadas, filmadas o grabadas en vídeo, y el modo en que las registraba estaba en perfecta coherencia con el discurso general que trataba de construir.



En donde realmente Matta-Clark dio el gran salto fue en sus trabajos con la arquitectura y el espacio. No veía en los edificios más que unas esculturas con tuberías y, en una sucesión de metáforas dentro de otras, buscó espacios internos más allá de la geometría construida. «La auténtica naturaleza de mi trabajo con edificios está en desacuerdo con la actitud funcionalista, en la medida en que esa responsabilidad profesional cínica ha omitido cuestionar o reexaminar la calidad de vida que se ofrece».



Las intervenciones en edificios (cortándolos, seccionándolos, troceándolos, agujereándolos, desplazándolos) le permitieron materializar ideas sobre el espacio que él intuía desde una dialéctica personal (designar espacios, crear complejidad). Las dualidades que fue descubriendo, impecablemente reflejadas en sus montajes fotográficos (vertical/horizontal, interior/exterior, vacío/lleno) resumen en términos de experiencia estética más de 2.000 años de ideas filosóficas sobre el espacio.



Esos cortes conforman una suerte de narración gráfica y textual que explica tanto el proceso de la obra como su contexto interno. Sus viajes al subsuelo de la ciudad pretendían descubrir espacios sin nombre, lugares ocultos: «Tengo interés en una expedición al subsuelo: una búsqueda de los espacios olvidados y enterrados bajo la ciudad… Esta actividad debería sacar el arte de la galería e introducirlo en las cloacas».



Su interés por los espacios intermedios, por los contenedores corporales y sociales, por la degradación urbana y los edificios okupados le permitieron trascender el conflicto que mantuvo con la Institución Arquitectura. Uno de los primeros episodios de dicho conflicto lo protagonizó al ser invitado a participar en una exposición en la Cooper Union. En este caso, su obra consistió en el desmontaje de las ventanas del lugar de la exposición para poner en su lugar fotografías de las ventanas reventadas de edificios degradados del Bronx, y sucedió que las ventanas fueron repuestas, la participación de Matta-Clark cancelada y que Peter Eisenman le acusó indirectamente de nazi. Este conflicto continúa hasta hoy y se hace visible cuando, por ejemplo, este artista sigue estando vetado en las bienales de arquitectura de Venecia.



Matta-Clark es el gran artista del espacio -éste fue su material de trabajo y proyecto-, de sus vacíos, no sólo del arte de las últimas décadas sino de lo que hoy conocemos como historia del arte. Muy inteligentemente estuvo al margen de las, aún hoy, difíciles -por no decir imposibles- relaciones artista/arquitecto, operando directamente sobre los sólidos construidos. «Los arquitectos construyen, los artistas destruyen», afirmaba Dan Graham a propósito de la obra de Matta-Clark.


En todo caso, su obra, que él se encargó de definir como hermenéutica marxista, posee la belleza convulsa de un tiempo de crisis vivido desde la lucidez. Matta-Clark es un antihéroe moderno y uno de los primeros artistas de la posmodernidad. Él, en definitiva, transformó en arte lo que las organizaciones ciudadanas, partidos y sindicatos no querían, no podían u olvidaban hacer: perseverar en el proyecto moderno de emancipación. Más que poner el dedo en la llaga, hundió, con toda la generosidad imaginable, sus manos y su cabeza en las heridas sistémicas del capitalismo tardío. Por eso es un artista ineludible a la hora de entender el arte de los últimos cuarenta años.»



Amen…


También os dejo un post (ahora sin fotos) que hice hace algunos años sobre el gran artista y otros que han seguido su estela.

Vaya hoy mi homenaje al maestro, en mi casi 1.000 post del Ático.

Bueno, pues definitivamente he terminado de elevar  el listón de los artistas invitados al Ático a la cotas más alta, a partir de ahora sólo puedo caer en picado… siento de veras no poder volver a estar a la altura…

Las fotos son de Google.

agosto 29th, 2010

Batalla por el verde

Un proyecto que no puede dejar de reseñar por múltiples razones, es verde, sostenible, ecológico, festivo y  ha nacido del empeño de alguien a quién sigo y admiro, Jordi Serramilla y sus compañeros de Urbanarbolismo, como no iba a hacerle hueco en el Ático.

Ya hablé de este interesante proyecto La Batalla Verde en abril del año pasado, cuando era una propuesta finalista para el concurso convocado por la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura (A.S.A.).



Ahora, gracias a la inquietud de sus creadores, la batalla se ganó y el día 14 de agosto se celebró la primera, para replantar el Parque del Mora en Guadalest, Alicante.

El diseño de dicho parque fue encargado a Urbanarbolismo que en seguida vio la posiblidad de organizar la Batalla Verde como parte fundamental de un proyecto, en el que  todos los vecinos podían participar. En total asistieron unos 200 vecinos, que por lo que se aprecia en las imágenes, lo pasaron genial.

Según nos cuentan los autores: «Antes de la actuación el parque estaba muy deteriorado, apenas quedaba nada del pavimento original debido a que la zona es un lugar de escorrentía de aguas desde la montaña. Contábamos con un presupuesto muy reducido: 14.500 € y queríamos que la gente participara en el resultado final del parque.



Lo primero que nos llamó la atención fueron las grandes rocas que circunadaban lugar, pensamos su tamaño y su posición alrededor del parque las convertían en un campo de juegos mucho más interesante que los columpios estandarizados; decidimos distribuir las zonas de pavimento de seguridad alrededor de ellas.



Hemos reutilizado todo mobiliario urbano existente: las farolas, los bancos, los columpios y el tobogán que hemos repintado del color naranja predominente en el parque , esto no ha sido sólo un ejercicio de austeridad sino también una apuesta por la sostenibilidad y el mínimo consumo de recursos.



En la zona confluyen varias escorrentías de agua procedentes del castillo, decidimos canalizar este agua para que regara el jardín central y así disminuir el gasto de riego con agua corriente. El excedente de agua se evacúa ladera abajo.



Queríamos que los ciudadanos se implicaran en la construcción del parque, la batalla verde nos brindaba esta aportunidad, la forma del parque está especialmente preparada para su realización.»


Y ¿en qué consiste esta particular Batalla Verde?.



«Pues en una guerra de arcilla y semillas con componentes que mejoran el suelo, los participantes se lanzan la mezcla que queda acumulada en el parque al final de la batalla donde crece el jardín.


Todas las pendientes del parque confluyen hacia la zona central donde la mezcla de arcilla y semillas queda acumulada. Las semillas seleccionadas han sido variedades césped de rápido crecimiento para que la zona esté verde en tiempo récord y especies autóctonas como el tomillo y brezo que configurarán el resultado final del jardín mediante el color de sus flores y su aroma.



Antes del comienzo de la batalla la mezcla de arcilla se distribuyo en varias piscinas por todo el parque, su forma ha sido especialmente diseñado para acoger la batalla. Todas las pendientes conducen la arcilla de las piscinas hace la zona central donde la mezcla queda acumulada para diversión de los participantes y para crear el jardín.»



Jordi muchas gracias por hacerme llegar la información, os mando mi más sincera enhorabuena por haber conseguido materializar uns bonita idea, sertoy deseando ver las imágenes del parque florecido, ojalá algún día podamos organizar una batalla en pequeñito, en Esta es una Plaza, que ahora luce algo sequita y falta de hierbas, menos mal que el huerto va viento en popa...



Las imágenes son de los autores.


agosto 5th, 2010

Blanco y con grietas

Tan sencillo como unos baldosines rotos, bueno o aparentemente rotos… así es el trabajo de John Francis, un artista que ha tomado ese común elemento de construcción para llevar a cabo su obra.

Un trabajo delicado, llevado a cabo con sorprendente precisión ya que  consigue dibujar, a base de sutiles grietas, casi casi geométricos dibujos a línea.


Los más sencillos son los que más me gustan, como casi siempre me pasa…

Lo he conocido aquí y las fotos son del autor.



mayo 5th, 2010

Cruzando por donde no se debe

Sencilla pero efectiva intervención urbana y no tan urbana, de Donna Wearsmouth y Simon Walvin, dos diseñadores que estudian en la universidad de Northumbria.

Out-of-place se llama este trabajo, que consistió en colocar pasos de cebra simbólicos en lugares donde su uso por parte de los peatones, sería imposible. Así nos lo encontramos dentro de un riachuelo, en un puente que no se necesita cruzar, en una vía de tren peligrosa, en una estrecha calle sin acera o en un túnel por el que no se puede transitar.

Según  los autores con este trabajo pretendían poner reglas, en este caso de circulación, en lugares en los que no deberían existir, como son el campo y otros lugares de difícil acceso para el transeunte.

A mi me gusta pensar que es una invitación a hacer cosas absurdas para así revolvernos un poco contra la mala costumbre de nuestros planificadores urbanísticos, que se empeñan en conducirnos siempre por donde ellos quieren, incluso en esos sitios en los que las prohibiciones o permisos sobran… ya que no conducen a nada…

Esta sugerente intervención la he conocido aquí y las fotos las he sacado de aquí

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