enero 19th, 2012

La música del mar desde una escalinata

Sentada en las escaleras de la Plaça do Comércio de Lisboa, relajándome mientras miraba cómo las aguas penetraban de una manera natural en la ciudad, me ha venido a la cabeza el proyecto de rehabilitación del muelle de la ciudad de Zadar en Croacia Morske orgulje, gracias al cual, se instaló un órgano marino que suena cuando las aguas penetran en los agujeros practicados en las piedras que forman la gran escalinata que conduce al mar.

Se trata de una solución arquitectónica que como, en la Praça do Comércio, resuelve el encuentro del paseo marítimo con el agua, de una forma gradual, mediante amplios escalones de mármol blanco que se adentran en el mar bajo las olas.

Los tres primeros tramos de la escalera son los más largos: constan de seis escalones y salvan una altura de unos 2 metros, que es la cota más elevada de la plataforma de llegada de cruceros. A partir del cuarto tramo, la cota del paseo se acerca suavemente al nivel del agua, de forma que cada nuevo tramo de escaleras pierde un escalón. El último tramo, que ya ha alcanzado la cota definitiva del paseo, solo tiene dos escalones sobre el agua.


Esta escalinata, además de ayudar a difuminar la frontera entre mar y tierra, tienen una analogía con las variaciones de tamaño de los tubos de un órgano. En este caso los tubos son de poliuretano de diferentes diámetros que recorren el intradós de cada tramo de escalera, conectando la parte sumergida con una galería que recorre el subsuelo del paseo.

Con la fuerza variable de las olas, el agua penetra por el extremo inferior de los tubos y es impulsada hacia la galería subterránea, que la recoge y la devuelve de nuevo al mar. En este proceso, el aire del interior de los conductos es empujado hasta unos orificios que comunican la galería con la superficie del paseo, generando vibraciones sonoras que, dadas las variaciones en el diámetro y la longitud de los tubos, cubren un amplio abanico de tonos musicales.

Yo he conocido este proyecto por el Premio Europeo del Espacio Público Urbano que recibió en el  2006 porque según ellos  destaca por su simplicidad formal. La escalinata de Zadar evita la brusquedad del muelle común, entendido como una plataforma rectilínea elevada sobre el nivel del mar, y permite diluir la frontera entre la tierra y el agua, al tiempo que preserva un espacio dilatado de tránsito entre los dos espacios. Así, el muelle ya no es una súbita barrera que protege pero aleja al hombre del mar, sino que convoca, como una playa, el vaivén de las olas. La sección de la escalinata constituye una gradería ideal desde donde contemplar la puesta de sol sobre el mar y el perfil de la vecina isla de Ugljan, mientras se escuchan las composiciones musicales interpretadas por el mar. Como no podía ser de otra manera, estos dos grandes atractivos no pasan desapercibidos a los ciudadanos de Zadar que, ahora sí, se han apropiado de este espacio público con una devoción multitudinaria.

Gran parte del  texto se lo he cogido prestado a David Bravo Bordas, las fotos son de Google.

2 Comments

  1. Una idea maravillosa!

    Comentario by maria — 20 enero, 2012 @ 9:16
  2. Si acabas de estar en Lisboa igual te hace ilusión ver este blog:
    http://osovosconquistamlisboa.blogspot.com/
    Hay un «ovo» en las escalinatas de la Praça do Comercio!

    Comentario by Laura — 20 enero, 2012 @ 13:15

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