Vengo de dar una vuelta por el centro de Madrid y con tanta caseta, instalaciones de navidad, y pistas de hielo colonizando el poco espacio libre que nos quedaba después de los eventos publicitários y las terrazas que ya se han convertido en perennes, me da la sensación de que los que planifican los usos del espacio público, se han empeñado en que no podamos quedarnos un rato en él. Miedo me da el mes que se avecina…

Observando los pocos bancos que he encontrado en mi paseo y lamentándome de su mala ubicación y lo poco que fomentan la interacción, me ha venido a la cabeza el trabajo de Jeppe Hein, un artista que trabaja mucho y bien en el espacio público y que ha elegido el tema» bancos» para crear una serie, Modified Social Benches, llena de humor y que a mí me parece una inteligente crítica contra el diseño del espacio público y una invitación a permanecer en él, haciendo de estas incomodidades, un elemento de dialogo e interacción con los que se encuentran en las mismas circunstancias.

Según puedo leer en la reseña que hace la galería Johann König de este trabajo:

Un banco es un objeto que se presta a una dosis moderada de comportamiento imprevisible en sí mismo. Dependiendo de su localización, puede ser un descanso de un paseo, un asiento para admirar una vista, una cama para los sin techo, o un oasis para la socialización.

Esta última opción, la de una zona neutral, donde perfectos extraños se reunen para compartir una experiencia común, es central en el discurso de Hein, ya que implica que las oportunidades para la contemplación introducido por un banco se reflejan no sólo en el espacio circundante, sino también en las personas que se mueven a través de él.

Los Modified Social Benches varían en estilo. Algunos de ellos son abiertamente desconcertante, casi como si hubieran sido alterados genéticamente, obligando al usuario a adaptarse pasivamente a su nueva forma que no llega a ser completamente inútil.

Algunos de estos bancos, aparentemente vandalizados, invitan a desarrollar una ingeniosa manera de utilizarlos. Otros, parecen absolutamente normales hasta que los utilizas y descubres que están mal fijados, que los tablones están unidos en un solo lado o que se hunde bajo el peso de aquellos que lo utilizan.

Como ocurre con muchas de las obras de Hein, su objetivo es crear un enfrentamiento entre el espectador y un objeto al parecer habitual, escondiendo un problema real detrás de una cortina de humo de diversión y entretenimiento. A través de un dispositivo sencillo e inteligente como un banco, Hein nos obliga a explorar el espacio en el que nos encontramos y ser testigo de la relación de los vecinos con el objeto.

Os invito a investigar más en las intalaciones de este artista sobre todo las que lleva a cabo en el espacio público, usando espejos, agua e incluso fuego.

Espero que este fin de semana tengáis un momento para sentaros en un banco público a observar la ciudad, seguro que merece la pena.

Ya conocía estos trabajos. Las fotos son de google.