Si es que no nos conformamos porque no queremos, menos mal que hay personas con buen talante, que de cualquier cosita sacan partido. En este caso, un simple recuadro de césped se puede convertir en espacio para el regocijo y el disfrute fotográfico.
Un grupo de gente, que responden al nombre de Microlawns, se dedica a mirar hacia el suelo, para ir fotografiando todo espacio reducido, en el que crezca vegetación. Además de hacerlo ellos, invitan todo el que quiera lucir sus propios hallazgos a subirlos a un flickr y así poder compartirlos y valorarlos.
Como por el centro de Madrid no hay mucho de esto, me ha enternecido ver estos minúsculos campos verdes, que desafiando el gris asfalto se atreven a crecer, perfectos y sin necesidad de cuidados, para que luego digan que cuesta mucho mantener el verde en las ciudades, ¿no será el verde vertical el que cuesta?.
Que mal debe estar la cosita artística para que haya hecho este post hoy… espero sepáis perdonarme, pero siguiendo la corriente imperante en estos tiempos, la cosa verde es un valor seguro cuando la inspiración no viene.
Mañana mejor, espero.
Lo he visto aquí y las fotos son de los autores.
No perdamos el sentido del humor…
¡Qué cosa más tierna…! Dan ganas de sentarse al lado de cualquiera de estos trocitos de vida para hacerles compañía y animarlos a seguir creciendo. Como el Principito con su rosa. Gracias, Remedios, por trarnos este ejemplo de humildad tan hermoso.
Hoy me fijaba en los pocos espacios «vivos» que quedan «incontrolados» en la ciudad. Un abrazo, Paloma