Ayer estuve viendo la obra For Rent, de  la compañía belga Peeping Tom dentro del festival Madrid en Danza, y aún hoy sigo en estado ensoñación, preguntándome si lo que presencié en esta obra de teatro/danza/música… fue totalmente real o fruto de mi imaginación excitada por lo que estaba presenciando.

Esta obra, es un viaje a través de la imaginación exaltada de los personajes que pueblan una antigua y grandiosa casa con vida propia, que tienen visiones de un mundo paralelo en el que aparecen representados los recuerdos, las frustraciones, los sueños, las pesadillas, las obsesiones y las pasiones… todo esto llevado a cabo con un lenguaje tan visual y magníficamente puesto en escena, que a veces piensas que estás en el cine viendo una película llena de efectos especiales.

Impresionada, he pasado la mañana visionando todo lo que he podido encontrar en internet  sobre sus piezas anteriores y quería dejar por aquí algunos ejemplos del trabajo de esta original compañía que a base de portentosos bailarines, cuidadas escenografías, un lenguaje narrativo en el que se mezcla el teatro, danza y música, es capaz de sumergirnos en cuerpo y alma, en los mundos turbulentos de sus complejos personajes.

Sobre la compañía, dejo aquí lo que aparece en su web: «En apenas diez años, Peeping Tom ha pasado de ser un colectivo ad hoc formado con ocasión de una producción de Alain Platel, creando, con escasos recursos, una sorprendente obra (Caravane, 1999), a ser una compañía consolidada con renombre nacional e internacional. La trilogía Le Jardin(2001), Le Salon (2004) y Le Sous Sol (2007) como las creaciones 32 rue Vandenbranden (2009) y For Rent (2011) son coproducciones internacionales que han sido recibidas con entusiasmo por parte de la prensa y del público a lo largo de extensas giras.

A la cabeza de Peeping Tom están sus directores artísticos Gabriela Carrizo y Franck Chartier. En torno a ellos, se constituyó un grupo de artistas muy diversos con los que se han creado proyectos de colaboraciones a largo plazo. Sus amplios intereses, junto con el carácter polifacético de sus intérpretes, crean un original lenguaje coreográfico a nivel interdisciplinario dando lugar a una obra única. Dada la experiencia en danza de la compañía, el movimiento y la imagen son los medios más importantes para invitar al público a entrar en la intimidad del escenario. Carrizo y Chartier definen la intimidad como el hecho de hacer visible y de acercarse a lo invisible que a primera vista parece insignificante, pero que resulta esencial, aunque se niegue dicha importancia o se pase por alto. La condición humana es el corazón del proyecto artístico de Peeping Tom. Las producciones implican la puesta en escena de mundos paralelos, universos discontinuos, en los que se rompe la lógica habitual del tiempo, del espacio y de la atmósfera».

Si os los cruzáis con ellos en alguna ocasión, no dudéis en visitar su misteriosa «casa en renta».