
La joven artista Heather Benning decidió convertir una granja de Manitoba Canadá en una casa de muñecas a tamaño natural.

Dollhouse se llamó su proyecto, en el que estuvo trabajando 18 meses y que consistió en restaurara una granja, que quedó abandonada en 1968 para devolverla su apariencia de aquella época.

Buscó muebles de la época, eligió cuidadosamente el color de las paredes y mimó hasta el último detalle para que la construcción consiguiera transportar a los visitantes 40 años antes.

El exterior lo conservó tal cuál lo encontró y demolió una de las fachadas sustituyéndola por acetato transparente, con lo que consiguió que pareciera una auténtica casa de muñecas, pero a tamaño real y de hace 40 años. El efecto es como poco sorprenderte.

El proyecto formó parte de la muestra Made in the West y yo lo conocí a través de Mocoloco.





