Las lámparas de Kwangho Lee y en general casi todos sus diseños, me parecen increíblemente bellos, pero sobre todo las lámparas… esas me dejan boquieabierta…

Y no por su sofisticación o por estar hechas con materiales tecnológicos de última generación, sino por lo contrario, por su calidez y esa apariencia orgánica y artesanal, que me produce la sensación de que me podrían llegar a arropar, envolviéndome en una luz, suave y acogedora.

Este artista, utiliza de manera inspiradora, marañas de cables e hilos, para crear sus luminarias, en un trabajo aparentemente inconcluso, que podría haber sido empezado a tejer y no llegado a terminar, lo que me encanta.

Vamos, que me muero por una de estas lámparas, las considero auténticos objetos de arte.

Además, las bombillas siempre están a la vista, el artista debe pensar como yo, que son objetos suficientemente bellos para que no necesiten ser tapados por decorativas pantallas.

Luego están sus muebles, fabricados en styrofoam y trabajado de manera artesanal, para conseguir una superficie rica en texturas, que más parecen esculturas talladas a mano, que piezas de mobiliario.

Sus jarrones hechos con piezas de porcelana rota y sus fundas de sillas formadas con pequeñas piezas de plástico de colores, tampoco tienen desperdicio.

Este trabajo luminósamente artístico lo he conocido aquí.