
Necesitaba algo ligero que me ayudara a terminar con suavidad, una semana cargadita de proyectos personales, trabajo y blog.

Por eso me ha venido estupendamente toparme con la, blanca blanquísima, casa Ghost, diseñada por la empresa japonesa Datar Architecture.

No es que se trate de una casita para que los niños jueguen, aunque la imagen de su fachada así lo puede parecer, se ha creado para vivir en ella a pesar de que su apariencia externa es tan básica, que parece el dibujo de un niño.

Cuando la he visto, me daba la sensación de estar contemplando la maqueta de la síntesis de una casa, idea que se ve reforzada por haber elegido casi exclusivamente el blanco en toda ella, techo muros, patio, paredes divisorias…

La cosa cambia en el interior que, aunque sigue siendo escrupulosamente blanco, ha perdido la simplicidad para convertirse en un intrincado espacio de tres plantas lleno de escaleras, tragaluces, paredes inclinadas, techos abiertos, columnas …

Vamos que me parece más un conjunto de planos, colocados estéticamente para las fotos, que una construido con intención de albergar personas, que seguro por más que lo intenten evitar, tendrán que introducir objetos de colores, en su interior.

Eso sí, bonita es un rato, aunque tengo que reconocerle sus limitaciones en movilidad, usabilidad y limpieza. Además de verla poco apropiada, para que niños vivan en ella, rodeados de esta tremenda blancura.

Nada es perfecto… lo he conocido aquí.

Miguel, como ves, algunos arquitectos siguen prefiriendo el blanco…




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