septiembre 25th, 2006

Quiero estar a la sombra de un arbol rodeada de pajaros

Hay veces que cuando veo un objeto intuyo que lo tiene que haber diseñado un artista, me pasa sobre todo con pequeñas piezas que no tiene gran utilidad pero que te producen la sensación de poseer algo de gran valor sentimental.

Esto no lo siento sin embargo con trabajos en los que a bombo y platillo se anuncia que han sido gestado por la mente privilegiada de algun personaje público aunque, el diseñador en funciones, no haya cogido en la vida un lápiz y una regla.

Me atrae con fuerza una pequeña lámpara del artista inventor, como él mismos se describe, Adam Frank, se llama Lumen y tiene mucho que ver con las sombras chinescas y los juegos con linterna de mi infancia. Con una pequeña llama de aceite y un recorte en forma de árbol o pájaros proyecta sombras sobredimensionadas en la pared. Definitivamente está hecho para contemplarlo y dejar volar la imaginación.

Con sus tres versiones me podría crear un bosque de sombras sobre la cama, así me darían ganas de meterme debajo de las sábanas como si fuera una tienda de campaña que me protege de los peligros del exterior.

El mismo artista lo comercializa, no es muy muy caro, 48 dólares a los que hay que añadir otros 40 si se quiere la repisa sobre la que colocarlo, pero como siempre, no lo venden en España por que subirán considerablemente los costes de envío. También se puede adquirir en la tienda por internet Elsewares, me arruinaría comprando cosas en ella.

Lo que no me produce ninguna atracción, mas bien lo considero una estafa es por ejemplo esa colección encargada el año pasado por Habitat a varios pesos pesados del panorama «artístico». Ya casi se me ha olvidado de qué objetos se trata y quiénes los diseñaron, tengo una memoria fatal para los nombres.

Seguro que tuvieron mucho éxito, porque, vamos a ver, ¿a quién no le apetece tener un espejo diseñado por su bailarín favorito?.

septiembre 19th, 2006

Artichoke, esa maravilla que me ilumina


Hoy estreno blog, y quiero empezar homenajeando a mi objeto fetiche. La lámpara Artichoke de Poul Henningsen de 1958.

Llevo años deseándola, me parecía tan lejana e inaccesible como pensar en la obra de un pintor del renacimiento colgado en mi salón.

La conocí cuando estudiaba, en libros de diseño y en alguna película de las de arte y ensayo, Entre las piezas clásicas del diseño contemporaneo me parece la que mejor ha sobrevivido al paso del tiempo y las modas.

Cuando he viajado la he encontrado en los mercados de antigüedades y la he admirado en algunos organismos oficiales o tienda de exquisita decoración, siempre en la distancia.

Pero en un momento dado he tenido la sensación de que mi objeto se iba aproximando a mí, la he visto en El Rastro de Madrid, en tiendas de decoración como Biosca & Botey o en Casadecor 2005 y me ha entrado el gusanillo.
¿Que pasa si la busco en la web? ¿podre conseguir alguna a un precio que pueda pagar?.

Me he pasado muchos meses rastreando, me he puesto en contacto con maravillosas tiendas con muchos muebles de diseño danes como Danish Furniture Design o Design Within Reach. He probado el efecto que causaría comprando una imitación en papel, no estaba mal, aún la conservo.

Al final, gracias a mi adorado eBay, mucha paciencia, una confianza ciega y muchos momentos de frustración, sobre todo cuando ví que me la mandaban semidesmontada, ya tengo «LA LAMPARA» colgada del techo de mi reducido salón.
Cuando llego del trabajo y la enciendo, me siento bien, ya estoy en casa…

This work is licensed under GPL - 2009 | Powered by Wordpress using the theme aav1