
No me parece necesito saber demasiados datos sobre algo para que me atraiga. Para qué sirve, por quién ha sido encargada, si su autor es un prestigioso artista, un artesano o simplemente un personaje anónimo que lo llevó a cabo sin ningún interés en trascender, es algo que en muchos casos intento obviar.

A veces, me puede llegar incluso a molestar conocer la intención del autor, porque sus comentarios distorsionan mi percepción y me condicionan a la hora de sacar conclusiones propias. De ahí mi vicio de publicar excesiva imágenes, a las que acudo cuando no sé qué decir.

Por eso creo que me encanta mirar páginas en desconocidos idiomas que no entiendo y en las que simplemente me tengo que fiar de mi intuición y mi gusto personal para decidir si algo me interesa.

Este es el caso de las fotos que hoy publico, son de una construcción que no se ni donde está, ni de qué época es, ni con qué intención ha sido hecha y aunque a simple vista parece un muro de contención para una montaña, sus formas sinuosas me sugieren otros propósitos mucho más misteriosos.

De hecho, sólo sé que lo vi aquí y no entiendo nada de lo que su autor cuenta.

Para mí, el muro, tan infranqueable como dúctil, constriñe como si de un potente corpiño, de gris cemento, se tratara, una montaña mágica, que lucha con todas sus fuerzas, por desasirse de sus mordazas, deformado la superficie y consiguiendo que su vegetación se escape por la parte superior y por las grietas, que a base de presión, ha conseguido infringir, a la superficie del muro.

La pared de contención, para mantener a raya a la díscola montaña, le clava tremendos tornillos en la carne, lo que le da una apariencia dramática, potenciada por las fotos en blanco y negro.

Me arriesgo a decir, que se trata de una construcción, que el tiempo ha ido moldeando a su capricho, dándole una trabajada apariencia, entre industrial y vegetal que me sobrecoge.
Seguro que ahora alguien me dirá que es una construcción famosa y completamente moderna que no es de hormigón sino de madera y que ha sido hecha, pues no sé, para convertirla en un jardín vertical… o qué se yo…
Ojalá pueda seguir imaginado mis propias historias, por un tiempo.


Cada dia es mas complicado esto de los telefonos, todabia me acuerdo cuanto el telefono solo servia
para platicar.