La artista Kyoko Kumai trabaja con materiales sintético para representar el mundo natural, en particular, los ciclos de la vida y el movimiento del aire.
Según ella cuenta, sus instalaciones representan las cosas que espera ver y cosas que no ha visto antes. Sus imágenes provienen de los recuerdos de sus células que tienen 4.000 millones de años de viaje.
Ella consigue dar al acero inoxidable un material en principio asociado a la rigidez, una calidad orgánica en la que de la luz que de refleja adquiere absoluta importancia y también el movimiento, cuando sopla el viento y lo dota de una sorprendente ingravidez.
Las finas piezas de filamentos son tejidas, cosidas, trenzadas y agrupdas para adoptar una apariencia orgánica, que sirve para expresar sensaciones que todos tenemos en el recuerdo, como la visión del viento soplando sobre la hierba.
Gracias a Alfonso por mostrarme estos trabajos. Las fotos las he sacado de google.
Me encanta el reflejo de la luz en un material tan frío!