Para contemplar el trabajo de Akiko Ikeuchi hay que tener los ojos limpios y descansados ya que es tan sutil que cuesta percibirlo.
Son trabajos hechos con finos hilos de seda, la mayoría de las veces de color blanco, que flotan en el aire componiendo figuras que parecen estar a punto de desaparecer en el espacio.
No tengo mucho más que decir, no quiero entorpecer tan delicada visión con torpes palabras.
Lo conocí aquí y las fotos son de la autora…
Perfecto, que belleza, muchísimas gracias querida Remedios.