agosto 17th, 2008

Un museo escuela


Ayer estuve en el P.S.1, ese maravilloso anexo, que MoMA tiene en Queens y tengo que decir que se siente un placer especial visitado museos de arte contemporáneos como éste, cuyo packaging no es una obras faraónicas de la arquitectura contemporánea.


Se ha respetado completamente la idiosincrácia del edificio, un magnífico colegio suburbial que fue reconvertido en lugar de exhibiciones por el The Institute for Art and Urban Resources, organización dedicada a la reutilización de espacios abandonados, para convertirlos en talleres y salas de exposiciones.


Desde el 2000 es parte de MoMA, que sin complejos, lo ha dejado tal cual estaba, limitándose en apariencia, claro, a dar unas manos de pintura, unos pequeños arreglos de carpintería y poco más.


Y gracias a eso, para mí se ha convertido en un espacio de lo más interesante, expositivamente hablando, ya que todo lo que se expone en su interior parece más cercano, comprensible y humano. ¿Enseñar arte en las escuelas?… pues al pie de la letra se lo han tomado, incluso las oficinas y despachos conservan ese aire docente que a mí me encanta.


Cosas interesantes dentro de las aulas, pues muchas, cada una tendrá su post específico un día de estos, pero para abrir boca, me quedo con el siempre admirado aunque con escasa represantación Olafur Eliasson y sobre todo, por ser desconocidos para mí, los artistas finlandeses de la exposición Arctic Hysteria: New Art from Finland, en la que he visto obra de lo más sorprendente y con un sentido del humor fino fino.


He pasado un divertido rato escuchando los recitales de Complaint Choir, un evento artístico internacional, que consiste en cantar las quejas, que los vecinos de una ciudad han manifestado, en talleres específicos sobre el tema y a las que después se ha puesto música que ha sido interpretada por coros formados por voluntarios. Os recomiendo que los echéis una oida, porque las letras no tienen desperdicio.


En el exterior de este museo, como si se tratara de un patio de colegio que acoge particulares actividades «extraescolares», en estas fechas se organizan eventos musicales dentro del programa Warm Up en el que traen a grupos de lo más vanguardista para que toquen en directo, algunos son bastante conocidos.


Este espacio al aire libre, ha sido intervenido este verano por el equipo de jóvenes arquitectos WORK Architecture Company, ganadores del concurso anual, MoMA/P.S.1 Young Architects Program, con su trabajo Public Farm 1, una especie de jardín/huerto, hecho de material reciclable, donde los grandes tubos de cartón son el principal elemento y en ellos se siembra todo tipo de plantas comestibles. Además anexa hay una minigranja y una pequeña piscina donde los más pequeños se pueden bañar, mientras lo padres bailaban en la pista creada para ese fin.


Así, mientras nosotros dormimos largas y reparadoras siestas veraniegas, aquí de 2 a 9, bailan y se bañan en los museos, rodeados de hortalizas, con olor a gallina… y es que no se puede ser más moderno…







Bueno y después de este leve repaso a la configuración de un museo tan particular, me centro en el artista del que quería hablar hoy y al que he conocido gracias a esta visita, se llama Pekka Jylha, es finlandés y escultor.


La poca obra expuesta me ha dejado con ganas de más, así que he echado mano de internet, como no y he visto que tenía piezas de lo más interesantes, algunas muy subrrealistas, otras bastante poéticas y otras con grandes dosis de mala leche. El agua es uno de sus elementos favoritos, los conejos blancos y animales disecados… también…


Bueno como ya he escrito bastante hoy, os dejo con imágenes de su trabajo que espero os guste, a mí me ha provocado una sonrisa de complacencia.













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