En el trabajo nada me llega a tiempo, tardan los mensajeros, tardan los taxis, tarda correos, en fin, que estoy de los nervios.

Y para rematar la jugada es el momento de elegir regalos originales para mis clientes, objetos que reflejen la personalidad de mi agencia, que combinen el diseño con la innovación tecnológica y que se adapten al perfil de cada uno de los agasajados.

Bueno, bonito y si puede ser, no demasiado caro, que no parezca que nos estamos forrando a su costa ni quedemos como unos cutres, ¡casi na!.

Y si elegir la pieza en la que confluyen todas estos condicionantes es arduo complicado, conseguir mas de 10 unidades del objeto deseado en estas fechas es inimaginable pero si, para rizar el rizo, queremos que aparezca serigrafiado nuestro logo, esto es ya IMPOSIBLE.

Pero creo que como todos los años, después de mucho sufrimiento, lo vamos a conseguir.

Como regalo estrella, el gatget de las navidades, un marco digital de Philips donde visionar las fotos de las últimas vacaciones sin tener que mover un dedo. Se puede llevar a todas partes y amenazar a los amigos con una sesión improvisada de fotos sin problemas de conexión o poner en la oficina para tener siempre presente a nuestros seres queridos por muchos que sean.

Para un segundo nivel de regalos hemos comprado lámparas de la empresa Mathmos, sí, la que patentó la famosa lámpara de lava Astro de 1963.

De la variedad de su catálogo hemos decidido quedarnos con el modelo Adukini. Cuando está apagada parece una pieza metálica casi escultórica y al encenderla se ilumina y cambia de color cada cierto tiempo, además se puede fijar con la tonalidad que más nos guste.

Se recarga su batería como si fuera un móvil y funciona durante 6-8 horas sin estar conectada a la luz. Una chulada.

Pero esta empresa tiene muchas más lámpara originales, casi todas combinan iluminación y color, por ejemplo la Softligh, la Tuba, la Buble o la Tumbler.

Comercializa también el Space Projector que como su nombre indica, proyecta imágenes en movimiento mediante unas ruedas troqueladas que dejan pasar la luz y van girando. Algunos de los motivos has sido diseñados por jóvenes artistas.

Pero la pieza que mas me gustan es la Air Switch AZ una lámpara grande con apariencia japonesa, de cristal que se puede poner en el suelo y al pasar la mano por encima se enciende y según acercamos o alejamos la mano sube o baja la intensidad de luz.

Con este mismo mecanismo encontramos otros modelos, la TC o la O.

Y ¿qué me decís de una vela cuya pantalla es de hielo? pues así es la Thaw. Su funcionamiento es simple, está formado por un pie y un molde que se mete en el congelador. Al congelarse se forma un cilindro de hielo que actua de pantalla de la vela y que se va consumiendo a la vez.

Original 100%, creo que a nivel personal voy a hacer varios regalos con esta velita, aunque cualquiera de las piezas de esta marca es un buen detalle y se adapta a casi todos los presupuestos.

En Madrid se venden en Laborde, una visita a esta tienda nos puede sacar de muchos apuros navideños.