marzo 29th, 2007

El ecosistema humano de Ecosistema Urbano


Hoy he conocido a Belinda y Michael de Ecosistema Urbano, un colectivo de arquitectos e ingenieros que según dicen de sí mismos «se caracterizan por su elevada sensibilidad hacia la ecología y su compromiso con la sostenibilidad de las ciudades y el planeta».

Yo creo que es verdad porque lo que he visto de ellos así me lo transmite.

Con ellos quiero inaugurar una serie de post sobre arquitectura e intentaré dedicarla sobre todo a obras hechas a escala humana, habitables y muy usables.

Pues como iba diciendo de Ecosistema Urbano, ellos se alejan de la figura del arquitecto estrella, se acercan al ciudadano y, se hacen eco de sus inquietudes y necesidades a la hora de relacionarse en espacios públicos.


Yo tuve noticias suyas por primera vez cuando presentaron un proyecto para dotar la plaza de la Luna de Madrid de una playa donde los vecinos pudiéramos tomar el sol, escuchar música y como iba a estar dotado de zona wifi, salir a la calle a trabajar. Además contaría con un chiringuito para tomar unos botellines fresquitos. Al final no salió y yo lo lamento.

Su Ecobulebar de Vallecas se inaugura el próximo martes en el Pau de Vallecas de Madrid y consiste en tres pabellones o árboles de aire, autoabastecidos por energía solar y que conforman espacios públicos, donde los vecinos puedan desarrollar las actividades que más les interesen.


Y cuando la ciudad se termine y sea dotada de parques y demás infraestructura fija, estos pabellones provisionales se desmontarán.

Otros trabajos representativos de esta interesante manera de trabajar algunos de ellos aún en proyecto son: el Centro Cívico en Logroño, el Philadelphia Urban Void, la ampliación urbana de Maribor, Eslovenia, el Frente Marítimo de Arrecife el Circológico y muchos otros que podemos ver con detalle en su web.


Premios, un montón nacionales e internacionales, parece mentira en un equipo tan joven.

Mi enhorabuena y ojalá pronto tengamos en Madrid muchas más muestras de sus trabajos.

marzo 20th, 2007

Jardines de deshechos que cuelgan del techo


Ya se acerca la primavera y la gente acude en masa a los viveros para tratar de redecorar sus jardines de acuerdo a las modas del momento.


He visto las instalaciones Meta Jardín The Invaders! y Heimatmaschine de la serie Eye Apples creados por los artístas Gerda Steiner y Jörg Lenzlinge y me parece una idea maravillosa que no me importaría adaptar a pequeña escala en mi jardín, en el caso de que lo tuviera. Ojala a alguien le sirva de inspiración.

(Para ver mas fotos de las instalaciones hay que pinchar en la primera y aparecerán muchas más).


Muchos colores y diminutos objetos enroscándose en la vegetación o en una maraña de cables, material de deshecho, ordenadores, pantallas e impresoras rotas, muñecos desmembrados, animales disecados huesos, conviviendo en armonía con flores y plantas, son un bonito ejemplo de biodiversidad.


Estoy pensando que ya que no tengo jardín podría intentar hacer algo similar a las instalaciones Vegetative Nervous System, 4 Vegetative Sleeping Rooms, Whalebalance o Brainforest. Me encantaría estar tumbada en la cama mirando al techo y poder tener sobre mí algo tan bonito.


También podría crearme una tienda de campaña como la Found & Lost Grotto of Saint Antonio.


Recomiendo echar un ojo a la intervención que han hecho en la Biblioteca de la Abadía de St. Gall, no tengo palabras.


En España se ha podido disfrutar de su obra La Fuente de la Juventud en La Cartuja durante la Bienal de Sevilla en el 2004. Antes, en la Casa Encendida de Madrid, expusieron otra obra ¿Cómo llegó la morsa a Madrid?. Yo, por desgracia, no las vi.


Me pondré a guardar objetos variopintos y en varios años a lo mejor puedo comenzar mi plagio-intalación.




marzo 16th, 2007

Algo se está quemando en el diseño contemporáneo

Leo en la revista Diseño Interior un artículo sobre Maarten Baas y me apetece comentar algunos de los trabajos de este diseñador de 26 años tan referenciado últimamente y que, cómo no, sale de la escuela Design Academy Eindhoven, esa maravillosa cantera de mentes creativas.


¿Qué me llama sobre todo la atención de este diseñador? pues las narices que ha tenido de coger piezas claves en la historia del diseño, obras de arte que además no son precisamente baratas y chamuscarlas.

Sí, las quema con un soplete hasta que adquieren un color negro y luego para que no se deshagan las baña con resina epoxy transparente. Así crea su serie Smoke en la que piezas de toda condición, con miles de formas y colores se hermanan por obra y gracia de las llamas.


Y ¿qué piezas son las afortunadas elegidas por Maarten para sus travesuras?, pues por ejemplo la Favela Chair de los hermanos Campana, la estantería Carlton de Ettore Sottsass, la silla Red and Blue y Zig Zag de Rietveld, la silla Hill House 1 de Mackintosh, el sillón Calvet de Gaudí, el Sillón Mesa y el Perchero de Richard Hutton o el Chest of Drawers de Droog Design.


¡Casi nada!, menuda hoguera ha montado el tío con las piezas más cotizadas del siglo XX y lo que va del siglo XXI a la que además ha añadido, para avivar el fuego, objetos vintage como chaise long, pianos, relojes de cuco, estanterias, mesas, lámparas, sillas, sillónes, etc…

No se si pretende provocar, customizar, actualizar o reciclar. No encuentro referencias de precio y me interesaría saber si estas piezas de vanguardia chamuscadas han aumentado su precio con respecto a los originales.


Si me comprara alguno de estos muebles, serían los realizados con piezas vintage, estéticamente me gustan más.

Pero las que verdaderamente me interesan son las que ha construido ensamblando piezas.


Por ejemplo la mesa Flatpack se la puede fabricar uno mismo con las instrucciones que te ofrece el autor. Es una mesa copyleft, me encanta la idea, además estéticamente está muy bien y desde luego es barata, ¿cuanto puede costar una taburete Ringo y una silla Stefan de Ikea a la que se ha añadido un cristal redondo?.


Otra pieza que puede uno fabricarse con un poquito de maña si no se tiene dinero para compararla hecha es la Hey, chair, be a bookshelf! el nombre ya promete.

Consiste en apilar sillones y otra serie de objetos disparatados como un candelabro una trompeta, un revistero… y una vez fijados y unificado el color quedan convertirdos en una llamativa estantería.


Es posible y queda bien. A mi me encanta. Hay dos modelos la
Grey y la Black. Pero lo que más me gusta es que cada uno se puede crear la suya propia con los muebles que estamos pensando tirar o los que nos encontremos en la calle. Otra vez volvemos al reciclaje que es lo que me interesa.

La serie que más va a dar que hablar, qué digo, si ya se está viendo por todas partes es la Clay Furniture con su aspecto de muebles de plastilina. A mí es la que menos me interesa porque no me parece muy cómoda y la funcionalidad siempre es importante sobre todo si se trata de sillas donde uno debe estar tiempo sentado.

Reconozco que son muy vistosas, con brillantes colores y divertidas formas, pero…


En fin, este Baas es un personaje al que hay que seguir la pista de cerca, algunas piezas son muy interesantes para la casa y otras para espacios como hoteles, restaurantes, despachos y sitios públicos con afán trasgresor.

¿Con qué nos sorprenderá la próxima vez? espero seguir aquí para contarlo.

marzo 8th, 2007

Muebles hechos de deshechos

Encuentro en Funfurde un curioso mueble que me engancha.

Se trata de un aparador creado por la empresa portuguesa Boca do Lobo.

La mezcla de estilos y materiales que podría resultar desagradable por lo disparatada, consigue una sorprendente armonía, no se si porque la composición se equilibra con la posición de los colores, además de que los tiradores aunque diferentes tiene el mismo estilo o porque todo el conjunto está envuelto en un cristal ahumado que lo hace compacto y rotundo.

Lo que está claro es que el mueble destila modernidad y lujo sin perder su encanto tradicional y artesano. Vamos, que que me gusta mucho. El precio no tanto, 5.867 libras esterlinas.


El resto del mobiliario de la empresa es más tradicional, aunque muy elegante, la pieza que más similitud podría tener es la mesa Trynity.

La pieza que me ha venido a la cabeza nada más ver esta cómoda es la Chest of Drawers que diseño en el 2001 Tejo Remy para Droog Design.

Es una impresionante montaña de cajones desordenados y con apariencia de que se van a caer de un momento a otro si no fuera porque están atados por una especie de cuerda.


Es este caso se trata de una pieza más conceptual que útil, con claras referencias al reciclaje, muy llamativa y de vivos colores aunque creo, algo incómoda para usar como contenedor de objetos. Ningún cajón está en posición horizontal al suelo, excepto el que funciona como base, los demás tienen ligeras o grandes inclinaciones.

Se podría decir que funciona mejor como escultura que como mueble.

Eso sí, divertido es un rato, si no se mira el precio claro, 16.850 euros.

febrero 26th, 2007

Reciclar para iluminar


Seguimos con «la cosa» ecología bueno, esta vez más del reciclaje.

El diseñador reciclador inglés Stuart Haygarth ha ideado varios modelos de lámpara con la particularidad de que están compuestos exclusivamente con material reciclado y de desecho.

Son espectaculares aunque no creo que vayan a ser comercializadas masivamente, por ahora son instalaciones artísticas de las que se han editado un pequeño número de ejemplares. No seré la única que al ver semejantes piezas le entren ganas de construirse las suyas propias.


Empiezo por la más llamativa la Tide Chandelier del 2004. Impresiona por su enorme tamaño 152 cm de diámetro lo que la hace imposible de colocar en mi atiquito.

Está formada por miles de objetos de plástico transparente de colores rescatados de la costa del condado de Kent. Limpios se han suspendidos de imperceptibles hilos hasta conformar una esfera gigante de llamativos colores.

Se han editado 20 unidades, una de las cuales ha sido colocada en el escaparate de Comme des Garcons de Londres


Una versión mas manejable de esta lámpara es la Millennium Chandelier fabricada con pequeños objetos que explotan (no se exactamente qué son) y que fueron encontrados en las calles de Londres en las celebraciones del nuevo milenio.

1000 unidades en 5 colores de estos «Party Poppers» conforman la lámpara tan liviana que un ligero golpe de aire mueve todas sus piezas armoniosamente.


Es interesante ver otras versiones de estos modelos como los fabricados con gafas para el Design Museum de Londres o el de pelotas de goma para las tiendas que la marca de maquillajes Mac tiene en New York.


En la lámpara Disposable Chandelier se utilizan copas de plástico idénticas, 416 o 100 dependiendo del tamaño de la pieza que se unen formando un cilindro dentro del cual se inserta una luz fluorescente.


Con el mismo concepto de aprovechar cosas usadas en la Shadey Family se reutilizan tulipas compradas en tiendas retro o cutres y que al colocadas unas junto a otras adquieren una sorprendente modernidad.

Algunos manitas entre los que me incluyo se podrían atrever a fabricarse alguna parecida rescatando las viejas lámpara del desván de la abuela.


Otra versión que también flirtea con lo vintage consiguiendo un efecto ultra moderno es la Aladin, una «vitrina-mesa-lampara de suelo» que consiste en una urna de cristal dentro de la cual se han metido aleatoriamente objetos transparentes sin más relación que la similitud del color de su cristal. Estos objeto al ser iluminados se convierten casi en joyas de color ambar, verde, magenta o blanco. Irresistible.

Esto si que es saber aprovechas y rentabilizar las cosas inservibles. Seguro que el precio de cada pieza no hace honor al material de deshecho con el que están fabricados, pero ¿cómo se valora la paciencia que hay que tener para fabricar cada pieza artesanalmente?. Eso no tiene precio.

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