julio 15th, 2010

Caida libre

Hoy es uno de esos días en los que me hubiera apetecido perder el control y tirarse a algún sitio, por ejemplo, a un río… o rodar por una pendiente de hierba… o lanzarme desde lo alto de un granero para caer a una superficie mullida… bueno, nada muy arriesgado en lo que mi vida peligrara…

Algunos artistas han hecho de las caidas auténticas obras maestras que hablan de libertad y de control del propio cuerpo… Imposible olvidar la famosa caida o levitación, de Ives Klein, The Leap into the Void que resultó ser un fotomontaje, o la no levitación de Bruce Nauman, Failing to Levitate in the Studio.



Pero pensando en caidas, desde luego me quedo con las  llevadas a cabo por el artista Bas Jan Ader, que hizo de ellas actos de libertad absoluta, sin dramatismos, que se percibían como acciones voluntarias, llevadas a cabo con una pasmosa naturalidad y que a mi me parece que tienen un transfondo romántico, a la vez que cómico, que me conmueve profundamente.

Muchos de sus trabajos están relacionados con el acto de la caida, pero Fall I, Fall II, Broken Fall (geometric) son los más representativos.

Como no se me da muy bien hablar de profundos conceptos artísticos, copio algunos trozos que he sacado del artículo Bas Jan Ader: Una obra en tres caídas escrito por Gabriela Galindo, en las que nos da una visión más profunda de su trabajo.

«Ader se avienta en bicicleta a un canal en la Ciudad de Ámsterdam. Ader se cuelga de un árbol y se mantiene el mayor tiempo posible hasta que termina por caer en un río. Ader se sube a la azotea de su casa, rueda por el techo inclinado y cae al suelo; y así, siguen las caídas, una tras otra, en la calle, en el bosque, en el agua.

Bas Jan Ader plantea la caída como una metáfora existencialista. El ser humano, que es libre por naturaleza, utiliza esa libertad para provocar su propia caída y con ella caen ideologías, historias, tradiciones y hasta el alma misma.


Y hablo del alma no sólo como un simple referente, la obra de Ader es un trabajo que se desarrolla a partir del uso de su cuerpo, como objeto y sujeto de su trabajo. Dentro de las más antiguas y difundidas concepciones filosóficas del cuerpo encontramos aquella que lo considera como el instrumento del alma. Hablar del alma hoy puede resultar un tanto arcaico, actualmente el alma es entendida en términos de conciencia y ésta ha servido a menudo para presentar nuevos ideales o reglas aún no aceptados por la moral corriente. Se ha recurrido a la conciencia para sostener la insurrección y la lucha contra la autoridad o para mostrar el carácter de lo incierto de las tradiciones, creencias e ideas constituidas.



Ader se avienta y cae, con su cuerpo y con su pensamiento, en una muestra de libertad plena, ausente de condiciones o límites y así, manifiesta su libertad, consistente en la capacidad de actuar o no como consecuencia de su elección.

Es muy difícil reconocer las influencias o conexiones que Ader tuvo en el tema de la caída. Muchos artistas del performance, el teatro y la danza en la década de los 60 experimentaron con caídas reales y ficticias… La diferencia con la obra de Ader es que éste presenta una mezcla de ironía y romanticismo dramático. Combina la comicidad al estilo Buster Keaton con la exaltación de su propia destrucción…»


La intensidad de su obra parece agrandarse por el hecho de ser un artista atrevido que desapareció misteriosamente a la edad de 33 años, cuando iniciaba la segunda fase de su obra In Search of the Miraculous.

Su búsqueda lo llevó a la muerte, un viaje que simbólicamente representaba la última afrenta, el riesgo de caer al vacío explorando los límites de una tierra plana y finita. Así, en el verano de 1975 se embarcó en un pequeño bote, se armó de provisiones e inició el trayecto que debería llevarlo desde Cape Cod, Massachussets hasta Falmouth, Inglaterra.

Pero Ader nunca llegó, a las pocas semanas de su partida se perdió el contacto con su embarcación y ocho meses después se encontró su bote a la deriva cerca de las costas de Irlanda; su cuerpo nunca fue hallado.


Ader dejó una obra breve y contundente, su trabajo ha sido influencia e inspiración para artistas contemporáneos que ven en el arte un viaje y un proceso de descubrimiento. Como Ader mismo expresó: “El mar, la tierra, el artista, tristemente saben que ellos, no serán más”.

Y no tengo mucho más que añadir, sólo que  no estaría mal ejercer de vez en cuando nuestra libertad, lanzandonos al vacío que nuestra voluntad elija…

Algunos ya lo hacen, en homenaje a Ader y se lanzan en bicicleta a los canales de Amsterdam y Londres.

junio 18th, 2010

La vieja Alicia

Hoy os dejo una película corta de Alicia en el País de las Maravillas. Tienen la particularidad de que se rodó en 1903, cuando las cosas se hacían de otra manera… Acaba de ser restaurada por la BFIfilms y es un placer verla, a pesar de su mal estado de conservación…

Espero que disfrutéis tanto como yo con esa manera tan «inocentemente encantadora» de contar el famoso cuento de Lewis Carroll.

La encontré en YouTube.

junio 11th, 2010

Arquitecturas habitadas por gigantitos

Ante la grandiosidad de los proyectos de videoproyección en espacios públicos que me llegan por todas partes, en los cuales el principal objetivo es cambiar la configuración arquitectónica del edificio sobre el que se proyecta, convirtiéndolo en otro del que, por ejemplo, cae un torrente de agua, o que se destruye y vuelve a resurgir convertido en otro mucho más espectacular y otros miles de efectos sorprendentes, hoy fijo mi atención en intervenciones urbanas, también realizadas con complejas proyecciones, pero que no son  tan sobrecogedoras en su resultado final.

Estas han sido llevadas a cabo por el artista Ed Purver que trata, en casi todos sus trabajos, de dar vida a arquitecturas que en algunos casos se encuentran vacías y sin uso, introduciendo en su interior, seres de  gigante tamaño pero de aspecto cotidiano, que la habitan, juegan y miran al exterior, logrando animar el espacio y humanizarlo hasta puntos insospechados.

Esto ocurre en su obra, In Residence, llevada a cabo para la Liverpool Biennial, en la que el artista ha tratado de dar vida con sus imágenes, un barrio de Liverpool deprimido y con la mayoría de sus casas vacías durante años.

En esta pieza ha colaborado con jóvenes vecinos, realizando una vídeo instalación que los sitúa dentro de las casas, para lo que han tenido que quitar algunas de las protecciones de las ventanas dejando que por ellas salgan la imágenes de estos jóvenes en forma de proyecciones sincronizadas en 5 casas separadas dentro de la misma manzana.

Según cuenta el artista «estaba interesado en la restauración temporal de la relación entre una estructura construida y la presencia del cuerpo humano que constituye un «hogar»». Desde luego en mi opinión el resultado es mágico.

Algo similar hizo en su instalación There are giants in my building, esta vez en Brooklyn, o en A Show Of Hands, en la que mensajes de móvil fueron traducidos al lenguaje de los signos y proyectados en forma de manos y brazos emergiendo de las ventanas de un edificio.

Espero que os apetezca echar un vistazo a los vídeos, no os perdáis tampoco Future Perfect en el que se nos muestra de manera interactiva, la especulación inmobiliaria que está sufriendo Brooklyn. Muy interesante ver lo que puede llegar a ser el barrio en un futuro no muy lejano y lo que los niños que lo habitan querrían que fuera.

He conocido a este artista aquí y las fotos y vídeos son del autor.

mayo 20th, 2010

Volando desde la ventana

Perfecto día para lanzarse por la ventana y dar volteretas en el aire, me siento contenta y en parte es por haber visto varias veces este vídeo llamado Agyness Deyn del  famoso Ryan Mcginley del que para seros sincera no me interesa demasiado su universo fotográfico de seres etéreos e intranscendentes…

Pero este vídeo me ha inspirado y hecho sentir ligera por un rato, por lo que quería compartirlo sin más.

Con él os dejo con la duda de si será que hoy ando un poco ñoña…

enero 25th, 2010

Selva de sombras chinescas


Sombras que se convierten en divertidos monstruos gracias al talento de
Philip Worthington un licenciado en el Royal College of Art que creo sus Shadow Monsters, una versión digital de las tradicionales sombras chinescas, como proyecto fin de carrera.

A través de una compleja interacción de software y fotográfica las manos de los espectadores se convierten en directo en monstruos fantásticos que evolucionan y se mezclan con sonidos consiguiendo, sorprendentes animaciones interactivas.

Siluetas de divertidos dinosaurios con pinchos, reptiles con pelo, lobos con afilados dientes, animales fantásticos con pelos extraños, que hablan y chillan proyectados en una blanca pantalla, consiguen que la imaginación de los espectadores vuele a mundos extraños.

Es esta una encantadora pieza interactiva que me hace recordar escenas de mi infancia y que me gusta especialmente porque a pesar de tener detrás un increíble despliegue de tecnología, respira frescura, inocencia y alegría.

Lo conocí aquí. Las fotos las saque de google.

Hay bastantes vídeos en internet que podéis visionar.










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