Sorprendida me quedé al enterarme, no hace mucho, que el malvado Hans Christian Andersen, no sólo había canalizado su creatividad en escribir cuentos perversos, para martirizar a niñas sensibles como yo, sino que también se prodigó en el difícil arte de recortar siluetas de papel.
Por lo que cuentan, tenía como afición hacerlo para divertir a sus amigos e hijos y acompañaba este acto con la narración de algunas historias, me imagino del tipo que serían, las piezas me hacen intuirlo, para al final de la narración, desplegar el papel y mostrar el resultado a todos los allí reunidos.
Los recortes de papel no estaban destinados únicamente a ser disfrutados con la vista, sino que eran un desafío para la mente. Poseían un significado oculto y misterioso, y aunque en apariencia eran puro divertimento, algunos de esos pedazos de papel, eran auténticos rompecabezas o representaban símbolo lingüísticos.
A mi me han encantado, más que sus cuentos despiadados, no sé, a lo mejor debería probar a leerlso de nuevo, uffff, perfiero no torturarme más de lo debido, mejor os dejo una selección de mis figuras favoritos.
Lo conocí trasteando por ahí, pero las imágenes pertenecen al Museo Odense y a The Royal Library.
muy pero que muy interesante, no tenía ni idea, y me encantan! gracias 😉
Son alucinantes, gracias!
La verdad es que son una pasada. Mucho más interesantes que sus cuentos