Me maravillan las fotos de Nadav Kander, cada una de sus series tiene algo especial que pocas veces encuentro en otros fotógrafos. Su trabajo me provoca oleadas de sentimientos, sobre todo relacionados con la soledad y el abandono, con la destrucción y la lucha del hombre por conquistar el espacio que habita y que trata de domesticar, otras son de una intimidad pasmosa.
Hoy elijo, por no dispersarme mucho, su serie, Yangtze, The Long River, en la que retrata escenas mortecinas de un mundo en transición, donde cualquier forma de vida tradicional ha desapareciendo bajo el efecto de las máquinas de demolición y el trabajo de los propios habitantes del lugar, pagados por destruir lo que hasta ahora fuera su entorno y cuyas ruinas acabaron bajo las aguas de una de las más gigantescas presas del mundo.
Impresionante cómo ha conseguido fotografiar, sin demasiado dramatismo, los coletazos de este proceso, los restos de esas gigantescas construcciones de hormigón que formaban al antigua presa y la ocupación improvisada que llevaron a cabo los habitantes que tuvieron que vivir y trabajar en ese entorno viciado y húmedo.
En otras fotografías de esta serie, Nadav nos da algunas pistas para visualizar el profundo cambio que se ha producido en la región, en aras de una civilización que se les ha presentado de improviso.
Este trabajo me trae a la mente, la película Naturaleza Muerta, que está rodada en los mismos escenarios.
El trabajo de este fotógrafo ya lo conocía pero hoy no se por qué, me ha apetecido especialmente hablar de él. Las fotos se las he cogido al autor y recomiendo un tiempo para ver el resto de sus series, no dejan impasible.
«demoledor»
espeluznante!
Sencillamente sobrecogedoras. Te hacen sentir muy pequeño.
Im-presionante. Qué maravilla de fotografías. Por cierto, Remedios: ¿qué ha pasado con tus 10×24?. Hace tiempo que no publicas ninguna y las encuentro a faltar.
Son inquietantes pero poéticas…