Hoy, algo sencillito para la vista y para el gusto… que tampoco es nada despreciable…
Os invito a un paseo por las instalaciones de Motoi Yamamoto un artista que utiliza la sal como único elemento para llevar a cabo instalaciones a gran escala con formas laberínticas.
La sal, además de proporcionar un aspecto blanco deslumbrante a sus trabajos, le otorga connotaciones sagradas y purificadoras que de algún modo se perciben al contemplar sus extensas y minuciosas instalaciones.
Un trabajo paciente y abnegado de un artista que pone su arte al servicio de un material liviano y volátil, que él maneja con paciencia y disciplina para conseguir domarlo y convertirlo en complejas formas con las que crea un gigantesco tapiz, que un leve soplo de viento podría destruir.
Debes ser muy sobrecogedor estar delante de una de sus piezas y saber que existe la posibilidad de destruirla con un simple movimiento … seguro que me costaría contenerme para no contribuir con un poquito de desorden a tanta perfección formal… A veces, qué gustazo, deja a la gente que le ayude a destruir sus piezas.
Al artista ya lo conocía, pero lo he recordado aquí. Las fotos las he cogido prestadas de su web.
Impresionante y fascinante. Gracias, Reme! Besos
Qué bonito¡
Me encantó no lo conocía… Me he hecho una adicta a tu tumbrl y a tu blog
Besos
Cata
diosssssssssssssantapaciencia!!! Eso sí, es una maravilla.
Besitos Remedios!!