Últimamente me estoy cruzando con bastantes intervenciones artísticas singulares ya que tienen como soporte elementos tan particulares como son las torretas de alta tensión, de esas que aun pueblan nuestro paisajes cotidianos, y que encontramos en nuestros viajes por carretera y logran adormecernos en el asiento del copiloto cuando desfilan rítmicamente ante nuestros ojos.
Sinos fijamos un poco, nos daremos cuenta que nuestro entorno urbano también cuenta con cantidad de estas estructuras de hierro, que se levantan desafiantes en los lugares más insospechados y aparentemente innecesarios.
Entiendo pues, aunque la verdad no me había percatado hasta ahora del hecho, que en otros países también son elementos comunes del paisaje y por eso muchos artistas y arquitectos los han tomado como base para sus trabajos. Enumero algunos de los trabajos más llamativos que he ido encontrando en los últimos tiempos.
Os muestro en primer lugar de un trabajo de arte urbano, que como es habitual, con una mínima intervención ha conseguido un resultado bastante interesante. Leuchtturm se llamó la pieza llevada a cabo por unos estudiantes de Klasse Löbbert, que intervinieron una gran torre de Hattingen, Alemania para convertirla en un refugio colorista donde quedarse un rato como si de una capilla con vidrieras se tratara.
Para conseguirlo, se valieron de simples triángulos de metacrilato de colores, que fueron acoplando cuidadosamente a la estructura metálica, de manera que quedalas piezas quedaron perfectamente integradas en ella.
Imagino que los destellos de luz de color se extendieron por todo el paisaje y no hay duda de este simple gesto, cambió la percepción de la torre y de todo su entorno, y como a mí me gusta, con mínimo coste.
Otra intervención, esta vez de carácter humorístico, sirvió para dar vida o más bien robotizar, otra de estas famosas torres. La pieza fue llevada a cabo por el colectivo de arte urbano DOMA para el evento Tecnopolis que tuvo lugar en Buenos Aires en el 2013.
Los artistas, consiguieron dar vida a Coloso, un enorme robot creado con el esqueleto de una alta tensión al que aditamentaron con otras piezas metálicas y con neones luminosos y animados transformando en apariencia el aspecto de la torre que quedó convertida en la gigante mascota del evento técnológico.
Shall we dance es otra pieza, también humorística que trata de poner en valor y hacer que la gente se fije en estas torres que a pesar de su aparatosidad, logran pasar desapercibidas.
Para eso, Floris Schoonderbeek se fue a Doetinchem, Países Bajos, y construyó, con el mismo tipo de materiales que las torres existentes, una pieza gigante, con la idea de que les hiciera compañía en el paisaje, manipulando eso sí, ligeramente la forma con el fin de que pareciera más humanas, dotándolas de una pose gentil con la que parece querer solicitar un baile a sus compañeras más convencionales y aburridas.
Seguro que definitivamente logró llamar la atención sobre estos pilares…
Otras piezas, algo diferentes son las series de Richard Box llamadas Field, consistentes en intervenciones masivas llevadas a cabo con grandísimas cantidades de tubos fluorescentes reciclados de hospitales, que lucían gracias a la energía sobrante, que se almacenaba alrededor de esas torretas eléctricos de alta tensión. Ya os conté hace tiempo en el Ático el proyeccto así que no digo más sobre ellas.
Entrando en el terreno de los proyectos aun no llevados a cabo, no puedo dejar de mencionar, el ideado por el estudio de arquitectos Choi and Shine, que ha sido galardonado con un montón de premios.
El proyecto que está pensado para el paisaje islandés, consiste en transforma torres eléctricas en estatuas humanas, haciendo sólo pequeñas modificaciones en el diseño del ya existente.
Estas torres, podrán, si es que se hacen, convertirse en monumentos icónicos en el paisaje de este país, elevando las torres a algo más que un diseño funcional sino elementos representativos y con ideosincracia propia. Además sobre un elemento base, haciendo mínimas transformaciones agrupándolos o cambiando la posición de «manos y cabeza» pueden adoptar expresiones acorde al paisaje en el que son instalados.
Y para terminar, otro proyecto no realizado y de corte poético Land of Giants, que también toma como referencia es aspecto y ubicación de las torres. En este caso, ha sido llevado a cabo por el estudio ruso Design Depot, que pretende convertir el aspecto erguido y casi amenazador de las torres en otro más amable y acorde con el entorno rural, dando a las estructuras metálicas forma de gigantes y realistas figuras de animales y de personas…
He encontrado más propuestas sobre el tema pero por hoy es suficiente, no quiero saturar, solo despertar el gusanillo, seguro que a más de uno se le habrá ocurrido ya alguna idea sobre como tunear las torres más cercanas a su casa, desgraciadamente, en el entorno urbano sigue habiendo muchas incordiando.
Las fuentes están reseñadas en los párrafos de cada uno de los proyectos y las fotos las he sacado de los artículos o a los autores.
Me gustan mucho estas propuestas (especialmente Coloso).La verdad es que desde siempre he visto estas torres un poco así, como gigantes…tienen algo de majestuoso que siempre me ha gustado, sobre todo en paisajes muy horizontales…
Me ha gustado mucho el aprovechamiento de los postes. De un material tan molesto como monótono en el paisaje han conseguido hacer una obra de arte simpática. Qué raro que Joanna Vasconcelos no haya aprovechado esta base; miraré a ver si es mi ignorancia quien lo desconoce. Gracias por traerlo aquí y por motivarme en la búsqueda de otros artistas, Remedios. Mil gracias
Hola, en las primeras fotos las figuras de colores son de que material? vidrio o acrílico ?