He pasado parte de mi tiempo libre del puente, viendo trabajos de Shuji Terayama, y no es que sea la ocupación más placentera del mundo, pero tengo que confesar que me he sentido fascinada por sus imágenes, cargadas de erotismo, crueldad y referentes políticos.
Este artista construye universos descarnados, pero con momentos verdaderamente poéticos… no en vano, además de un prolífico y vanguardista director de cine y activista político del Japón de los 60, fue un aventajado escritor y poeta.
Podéis encontrar algunos de su trabajo, sobre todo los cortometrajes, en la red, y merece la pena dedicarle tiempo porque tiene gran cantidad de piezas interesantes. Además, si os sentís con fuerza, no os perdáis Emperor Tomato Ketchup, yo sólo he visto fragmentos y aun estoy impresionada.
Pero hoy no voy a ser muy cruel y os recomiendo una de sus piezas más poéticas, para que os introduzcáis suavemente en un trabajo que desde luego no deja impasible.
La obra que os dejo por aquí se llama Shadow Film-A Woman with Two Heads y cuanta una triste historia, en el que se mezclan los recuerdos de infancia y el deseo sexual, siendo interpretada por los actores y sus sombras, dotadas de vida propia. Deliciosa.
No dejo de pensar en cómo hacerme con toda su filmografía…
Sí, triste, sexual y deliciosa.
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