Lo cual, irremediablemente, me ha hecho pensar en un comentario anónimo, en tono amenazador, que recibí tiempo atrás, en referencia a un post que escribí contando la historia de los Splasher.

La verdad es que me dejó bastante mal sabor de boca, con mayor motivo porque entonces andaba por Nueva York y ya me había dado cuenta, de que a los artistas de allí, no parece importarles demasiado que otros compañero pisen la obra que dejan por las calles.

Se ve como algo común, que unos tapen la obra de los anteriores, que a su vez serán tapadas inmediatamente por algún tercero, que casualmente quiere estar exactamente en el mismo sitio que el anterior, ni más a la derecha, ni más a la izquierda.

Y así, capas y capas de pintura y papel se van acumulando en sitios estratégicos, creando collages vivos, que van transformándose día a día con sucesivas aportaciones y en los que todos los artistas parecen querer estar presentes, aunque no puedan hacerlo en primer plano. A los que no les gusta ser pisados… escalan y buscan sitios de difícil acceso.

Con este panorama, no me parecía muy importante la existencia de unos Splasher arrojando pintura sobre los trabajos…

Pero, a lo que verdaderamente quería llegar con todo esto, ya sabéis que me suelo ir algo por las ramas, es a un hecho reciente que me ha parecido relevante ya que habla, de manera muy expresiva, sobre lo que pasa en la calle, sobre las galerías, sobre arte urbano comercial, sobre vandalismo y también sobre descontento y marginalidad.

El hecho ha ocurrido en Brasil el 6 de septiembre pasado, y ha tenido como escenario la galería Choque Cultural, especializada desde el 2004 en dar a conocer la obra de artistas del graffiti, diseñadores gráficos, ilustradores y tatuadores de la escena cultural de la ciudad de Sao Paulo.

¿Qué ha pasado en esta galería? pues que un grupo de graffiteros autóctonos, los pixação, decidieron hacer evidente su malestar por la comercialización, la institucionalización y la domesticación del arte de la calle, pintando sobre la obra de conocidos artistas, que en este momento exponían en ella.

30 personas entraron con botes de spray y etiquetaron todas las paredes con su particular estilo de escritura, dejando tras si daños por valor de entre 5.000 y 10.000 dólares.

La pregunta es inevitable ¿por qué un grupo respetado y coherente como el de los pixação, con codigos de conducta muy estrictos en cuanto al respeto por la obra de los demás, ha decidido arremeter y destrozar el trabajo de compañeros artistas?.

Hasta donde yo entiendo, que no es mucho, este grupo debe estar muy descontento con el giro mercantilista que está tomando el arte urbano. Hechos como la exposición de street art en la Tate Modern, en la que participaron tres artistas brasileños y sobre todo por algo que les afecta más directamente, la consulta que el gobierno de Sao Paulo tiene planteado hacer entre los graffiteros de la ciudad, sobre qué obras de la calle deben o no ser borradas, me parecen razones potentes para hacerse oír, ojo, con esto no estoy diciendo que la manera en que lo han hecho sea la correcta… teniendo en cuenta que una galería es un espacio privado…

Creo que invita a la reflexión, que esta acción haya sido llevada a cabo por un grupo, no de mentirijilla como Splasher, sino por artistas con importantes cosas que decir, admirados y respetados ya que vienen de la calle y luchan con un reconocible lenguaje gráfico para hacerse oir entre tanta marginación y pobreza.

La acción pues, no es la pose antisistema de un grupo que quiere su minuto de gloria, ni el capricho de los que se dedican a firmar extensivamente todos los muros que se les vienen a la mano. Los que levantan la voz en esta caso, lo hacen para hablar desde un punto de vista muy particular, mediante una forma de expresión artística, que para ellos es una forma de vida y por la que a veces corren verdadero peligro físico, y eso pesa…

El artista español Eltono se ha visto en medio de la polémica por lo que he podido ver en su blog. Es interesante que leáis lo que él tiene que decir como parte afectada, esto os dara una visión más completa sobre el tema.

Yo lo voy a dejar aquí, porque no me considero capaz de llegar a una conclusión objetiva sobre el tema, que me dejo llevar por un sentido romántico del arte que no corresponde ni a la realidad ni atiende a las circunstancias personales de los artista…

Me gustaría saber vuestra opinión sobre el tema, seguro que es más objetiva que la mía…

Lo he leído en varios sitios, pero las fotos las he sacado del Flickr de Danillo Madaro de Designboom, Aerosol y del blog de Eltono.