A la insurreción por la arquitectura, nada más y nada menos a esto nos invita Stéphane Malka, con su propuesta Self Defense.
Según el autor cuenta, este revolucionario proyecto, está motivado por el deseo de crear un nuevo escenario social, mediante una serie de módulos constructuvos que se acoplan a arquitecturas existentes y que ofrece la posibilidad de vivir un estilo de vida rebelde, que se posiciona en un permanente estado de insurrección.
Su crecimiento estáría articulado por la vitalidad de su comunidad e iría extendiéndose a medida que la vaya aumentando. Se trataría de una forma de resistencia activa que acogería a los más descontentos.
En esta propuesta de arquitectura de guerrilla modular, el autor pretende secuestrar un edificio simbólico y monumental, el Arco de La Defensa de París, acoplando un auténtio panal de espacios auxiliares hechos de módulos habitacionales que han sido fijados en el inmenso interior del edificio ya existente.
El artículo de Bldgblog por el que conocí este proyecto, habla extensamente sobre él y cuenta que se trataría de una bolsa de resistencia activa que se instalaría dentro del edificio, en forma de una oferta modular, para un estilo de vida militante, ya que el proyecto lleva implícito la insurrección permanente, uniendo a descontentos, refugiados, apátridas, disidentes, parias y utópicos.
Su modo de construcción permitiría una expansión rápida ya que se apoyaría sobre la estructura existente mediante pasarelas fijadas en los ascensores y un sistema de andamios apoyados en la fachada posterior. Además se podría utilizar en cualquier otro tipo de construcciones monumentales del mundo.
Según Malka, el valor estimado de cada módulo sería de unos 3.000 euros, con lo que no resultaría nada costoso hacerse con una de estas parcela de insurrección, donde vivir sin estar tiranizado por una hipoteca de por vida.
Algunas interesantes opiniones del autor:
El proceso de la producción arquitectónica no está adaptada a las necesidades reales, es costosa en tiempo, por lo tanto en dinero, y aumenta la brecha entre la arquitectura y las necesidades de los ciudadanos.
Por otra parte, es difícil hablar de arquitectura sostenible cuando el acto de creación en sí mismo genera la degradación del medio ambiente, la industria de la construcción contamina enormemente el entorno.
Es necesario reconsiderar la ciudad con la lógica de la transformación: a través de la superposición, más que de la extensión, esto significa la recuperación de territorios marginales de nuestras ciudades, con proyectos que lleven a la insurrección y la movilización cívica.
Esta metodología busca fomentar la participación pública como un acto de resistencia contra las restricciones urbanas. Se trata de una colonización de los espacios públicos abandonados, por la participación de un colectivo de trabajo no especializado, que edifica con prefabricados y sistemas constructivos secuestrados.
Mucho que pensar sobre el tema, a mi ya se me ocurren algunos espacios para el secuestro y la superposición…
Otro proyecto del autor, que va en la misma línea, es la Bunker Gallery, una galería de arte alternativo debajo de la vías elevadas de una estación de metro de Paris.
Se trata de un conjunto de elementos prefabricados de hormigón en el que los módulos están unidos entre sí y asegurado a las vigas del viaducto. Los módulos de esta galería responden al desafío de hacer frente a los espacios abandonados, generando un lugar singular, un espacio cultural espontáneo, diferente de las galerías de París.
He conocido estos proyectos aquí, las fotos son del autor.