noviembre 20th, 2013

El cuerpo como mecanismo

Desde que llevo trabajando en mis piezas feeas, he estado a la caza y captura de artistas y creadores que trabajaran con el cuerpo humano lo que me ha permitido conocer y admirar a una gran cantidad de gente que  a través de diferentes disciplinas, lo utilizan como soporte para sus creaciones.


Una de las más interesantes mujeres del mundo del arte contemporáneo Rebecca Horn, merece una referencia especial, ya que durante toda su vida transformó con sus creaciones el cuerpo conciviéndolo como un objeto mecánico y valiéndose de él para expresar sus profundos sentimientos, sus miedos y fobias siempre en un tono sorprendentemente poético y expresivamente dramático.

Hizo de las máquinas y los automatismos, uno de los puntos de interés que sus reflexiones artísticas, infiriéndoles cualidades humanas y implementando con ellos funciones humanas a la manera de funcionan las prótesis.

Una obra multidisciplinar la de esta mujer, que trabaja la escultura, el vídeo, la performance, las instalaciones, el cine y  la poesía, siempre con una gran carga conceptual y sentido metafórico, muy inquietante, y que transmite a la perfección, los profundos sentimientos de una artista con un pasado complicado y una salud delicada.


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noviembre 1st, 2013

Sol domesticado

 

A veces el arte puede ayudar a mejorar la vida de las personas, no ya su vida interior que se da por sentado, sino su calidad de vida. Suelen ser estos, proyectos innovadores y un poco locos pero que gracias al empeño y empuje personal del artista se sacan adelante.

Este es el caso del proyecto Solar Mirror, ideado por Martin Andersen, un artista vecino del pueblo noruega de Rjukan que con ayuda de sus vecinos, fue capaz de doblegar y cambiar la trayectoria de los rayos de sol, redireccionándolos para incidir en la plaza del pueblo en el que vive, que por estar situado entre montañas, se pasa 6 meses en sombra.

Según leolos residentes tienen que subir en un teleférico hasta la cima de un monte cercano para tomar un poco de vitamina D. pero la semana pasada los débiles rayos del sol de invierno llegaron por primera vez a la plaza del mercado de la ciudad, gracias a tres espejos colocados en la montaña. 

Antes, cuando el clima era bueno, veíamos que el cielo era azul y sabíamos que el sol brillaba. Pero no podíamos verlo. Era muy frustrante”, dijo Karin Roe, de la oficina de turismo local. “Ahora, cuando no hay tiempo para llegar a la cima de la montaña durante la semana, podemos salir de nuestras casas y sentir el calor del sol en nuestras caras”.

 

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