Hoy retomo uno de los temas que más me ha interesado desde que comencé el blog y que ahora, quizás por estar un poco saturada, he dejado  algo apartado, aunque me sigue interesando por supuesto.

Son esas intervenciones de guerrilla, en el espacio público, que con mínimo presupuesto y máxima creatividad,  apropiándose de los elemento que ya existen y que no se están usando o que incluso molestan, ayudan a que los ciudadanos interactúen y se diviertan en él.

Uno de los más activos hackivistas urbanos es Florian Rivière, fundador y director desde 2008 del colectivo Démocratie Créative de los que ya he hablado por aquí. Ahora ha publicado sus últimas producciones en solitario y me gustaría repasarlas ya que algunas son de lo más ocurrentes.

Según nos cuenta él mismo «está inspirado por la cultura hacker, y reinventa el espacio público para ayudar a los ciudadanos a usar su medio ambiente.

Sus intervenciones, situada entre el diseño urbano «Do It Yourself» y el upcycling (mejora de los residuos), tienen la particularidad de ser espontáneas, construidas con materias primas encontradas en la calle, y siempre ejecutadas con humor.

Juegos, trampas, muebles, mapas, instrucciones… un catálogo de tácticas urbanas para mostrar la funcionalidad de los sitios, y la acción directa del usuario en el espacio urbano».

Un activista que trabaja de manera altruista para mejorar el espacio público, reciclando y reutilizando… perfecto…

Lo he conocido aquí y las fotos se las he cogido al autor.