Niños jugando con un tubo moldeado… esta escena me han enganchado por su simplicidad.
Contra el sofisticado mundo de tecnología y super diseño que rodea a los pequeños desde su nacimiento, el estudio holandés KapteinRoodnat, ha optado por la simplicidad extrema, al convertir 1oo metros de tubo pintado de llamativo color verde, es todo lo que necesitan los pequeños alumnos de un colegio, para jugar en sus horas de recreo.
Una larga línea conforma ilimitados espacios para el juego, que sorprenden por su variedad a pesar de haber sido realizados exclusivamente con ese componente tubular, al que, eso sí, han sabido dar ingeniosas y divertidas formas, en cada uno de sus tramos.
Además de ser un instrumento para el juego, esta línea verde, sirve de conexión física y emocional entre la zona exterior de recreo y el interior del edificio, con lo que de una manera pasmosamente sencilla, consiguen transmitir el espíritu lúdico del patio exterior, al interior del edificio.
Me quito el sombreo ante semejante alarde de ingenio y sentido práctico. Ojalá los que diseñan los parque infantiles públicos de nuestras ciudades, aprendieran algo con estas cosas, por dios si algunos juegos parecen auténticos instrumentos de tortura…
Lo he conocido aquí de donde también he sacado las fotos.
