mayo 27th, 2008

La muerte se instaló en las calles de Nápoles


Varias circunstancias se han dado para que cambie el post que iba a escribir hoy sobre algo que me he traído de Copenghague y decida hacerlo sobre Ernest Pignon-Ernest un particular artistas urbano que compone su obra con técnica al más puro estilo clásico pero que remata con mensajes reivindicativos de actualidad que, creo, no dejan impasibles a los que se topan con ella.

He dado con él a través de A desgana justo después de leer los post sobre La ética de la muerte en los que Paul M. de Inicios nos hace participes de sus dudas sobre si deben o no ser mostradas imágenes explicitan sobre la muerte.


Le comentaba yo, que me parece que llaman mucho más la atención las escenas de muerte, sacadas de su contexto habitual en los medios de comunicación, de ahí lo efectivo que resulta que esas imágenes lleguen por conductos relacionados con el arte. La publicidad, en ocasiones, también ha tratado de enfrentarnos con ese mismo tipo de escenas, pero como sus fines son mucho más perversos no merecen ser tenidos en cuenta aquí.

Hace tiempo, publicamos en Flylosophy un artículo, Art not war sobre el arte y la guerra, con ejemplos de cómo el artista tiene el poder de ponernos, de una bofetada visual, en la órbita de la realidad del momento, el artículo es del 2005, dios ¡cómo pasa el tiempo! la información ahora resulta algo obsoleta pero bueno, son trabajos que en su momento verdaderamente nos impactaron y a mí, aún pasado el tiempo, lo siguen haciendo.


Bueno, pues a lo que iba, que me he encontrado en A desgana con la obra de Ernest Pignon-Ernest y he pensado… un ejemplo buenísimo, que me viene al pelo para tratar de dar significado a mis tribulaciones de hoy…

Porque en mucha de la obra de este artista, justo la que a mí mas me ha interesado, la muerte es protagonista. Una muerte que saca a las calles y que muestra sin pudor, que no es un documento fotográfico sino arte urbano, del que te encuentras cuando vas a la compra y que está condenado a desaparecer. En este caso, viene envuelto en una elaborada técnica de carboncillo cuya apariencia de arte clásico no le quita ni un ápice de dramatismo y actualidad.


Cuando he visto su trabajo en la ciudad de Nápoles que desarrolló de 1988 al 1995, tampoco es que sea muy actual que se diga, me ha dado un vuelco el corazón, del primer vistazo he creído ver cómo las obras de José de Ribera (El Españoleto) han salido a las calles de su ciudad. Por si no os lo había dicho, cuando tengo que nombrar a de mis pintores preferidos, él siempre está en mis pensamientos.

Pero no es Ribera sino Caravaggio el inspirador de su trabajo, por lo que he leído, pero a mí me parece que alguno de sus martirios ha debido ver. En cualquier caso, en el artículo aparecido en la revista sepiensa.net nos hablan del significado de esta serie de trabajos del autor. Sin que sirva de precedente os animo a que lo leáis, pues contiene algunas reflexiones sobre arte urbano en general.


Yo, a golpe de vista, me quedo con que, es una obra que me conmueve, inevitable tratándose de la muerte, aunque también ayuda que haya sido realizada con bastante perfección técnica y que se emplee un lenguaje artístico de hace 400 años que en mi opinión resulta igualmente eficaz y conmovedor a día de hoy, sin importar que se hable de sida o de cualquier otro tema que nos queramos imaginar.

Otra cosa que me parece importante en esta obra, es que tiene todo en sentido del mundo haberla dejado en las calles de la maravillosa y actualmente inmunda, Nápoles, una ciudad donde es inevitable pensar en la muerte, en el caos, en la suciedad en los mitos y en esa especie de belleza decadente que impregna todo y da color a sus muros. En otro lugar no hubiera sido lo mismo.


Es muy interesante que Ernest realice su trabajo pensando en el contexto en el que va a ser visto, no siempre ocurre, muchos artistas urbanos realizan el mismo tipo de trabajos en cualquier parte del mundo, ¿será porque ahora casi todo se conoce por internet y así el entorno deja de tener importancia?. En el caso de la relación del artista con Nápoles se intuye una total familiaridad y armonía.

El resto de su obra, es interesante también, aunque no tanto para mí, dado que su temática me parece más evidente. En cuanto a la perfección de su técnica pictórica, pues lo que digo siempre, aunque no se puede apreciar bien es su web, creo que me gusta por estar en la calle, en una galería seguramente tendría criterios mucho más exigente, ¿será por eso que no me hace gracia que el arte urbano ande metiéndose en los espacios cerrados?…


Se puede ver más obra, que no aparece en la web, en este vídeo tan efectista.

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