De regreso a la jungla de asfalto de Madrid, con los pies calientes por un pavimento a punto de derretirse y la cabeza dándome vueltas, por el sonido de los helicópteros que patrullan a todas horas, para que un señor vestido de blanco venga a una ciudad en la que la indignación no tiene cabida en las calles.

Con este panorama me resulta altamente reconfortante, perderme entre las imágenes del una de las últimas instalaciones de Hector Zamora, un artista que ya ha pisado varias veces el Ático y que tiene todos mis respetos.

Se trata de una simple y poética pieza, de 500 banderas blancas, ondeando al viento de la playa de Bethells, en la costa oeste de Auckland, que fueron clavadas en la tierra con la ayuda del público asistente.

White Noise, que así se llama, se ha llevado a cabo dentro del Auckland Art Festival y por desgracia duró un sólo día en la playa, después, y eso ya me gusta menos, se desmontó y se llevó a un espacio expositivo, donde ya no ondeó más.

Y poco más que contar sobre ella que no podáis ver en las fotos, yo desearía estar ahora mismo paseándome sobre esos impolutos trozos de tela blanca con los pies mojados por las olas.

Yo aquí me quedo, esperando una instalación, menos artística aunque también blanca, 200 confesionarios en el Parque del Retiro, ¡qué gran pieza conceptual!…

He conocido el trabajo aquí y  las fotos son del artista.