Imperdonable ausencia en el Ático de un artista, Héctor Zamora, que me encanta y que, porque su web me daba pereza, he ido dejando postergado para otro momento.
Pero hoy me he topado con uno de sus últimos proyectos, Bananas en Bogotá en el que tapió con plátanos las ventanas de un piso así que sobreponiéndome a mi pereza, lo he invitado al Ático, donde tendría que haber estado hace tiempo.
Sus proyectos en el espacio público son admirables, muchos con un componente de crítica social muy potente, otros del gran delicadeza y simplicidad, han sido pensados para embellecer el entorno o para invitar a ser usado por sus ciudadanos.
No hay temática que se le resista, pero a mí me gustan sobre todo aquellos trabajos en los que emplea materiales naturales, básicos, reciclados o propios del entorno en el cual se va a realizar la instalación. Con ellos consigue transmitir su mensaje, muchas veces con el simple gesto de sacárlos de su contexto original.
Alguno de mis trabajos favoritos son además del de las bananas, Geometrias Daninhas que llevó a cabo para la Bienal de Sao Paulo 2006, en el que creo islas flotantes de vegetación autóctona. También para esta bienal montó una zona de recreo con neumáticos que simplemente tuvo que depositar en el agua, atados para que no se escapasen.
Para la Bienal de La Habana construyó parques infantiles a base de tejer con simples cuerdas unas telas de araña con las que los niños podían jugar y trepar a los arboles.
Con Basurama realizó una intervención en el 2005 llamada Unidad Habitacional, en la que, recolectando cajas de la calle, fueron construyendo un simulacro de habitat para una hipotética tribu en busca de nuevo asentamiento urbano.
Hay muchas más obras que me gustan y de las que dejo fotos por aquí.
Sus incursiones en los espacios cerrados tampoco tienen desperdicio, ya que siguen la misma filosofía de uso de materiales simples, pero estas ya las dejo para que investiguéis por vuestra cuenta.
Queda pues subsanada esta imperdonable ausencia.
Lo he recordado aquí.