Bueno, ya se nos ha echado encima diciembre y con él nuestro 7º desayuno en La Luna, aunque este mes debería llamarse Desayuno en El Polo.

Es más necesario que nunca que vayamos en tropel, porque nos han dejado la plaza los señores de Triball a reventar de hielo en forma de mastodóntica pista, a la que sólo se puede acceder previo pago de 5 euros los 15 minutos, o algo así. Precios populares, que digo yo…

Cada ves que he pasado hasta ahora, sólo he visto a 3 o 4 personas usándola y no puedo evitar preguntarme, ¿dónde estará el negocio?.

Esta vez sería conveniente llegar pronto, para decidir entre todos dónde nos ubicamos, la cosa está complicada. Y además será necesario usar nuestra ropa de más abrigo, pues el hielo y la humedad tampoco nos lo va a poner muy fácil. Aún así, hay que resistir…

Creo que sillas no harán falta, cualquiera se sienta, pero sí mucho café y chocolate calentito…

Espero que el calor humano nos haga más llevadera la estancia en este helado lugar, conseguido gracias a la generosidad de unos buenos vecinos, con algo de dinerillo, que sólo quieren nuestro bien y que tienen esa clase de generosos detalles, con la sana intención de que disfrutemos, sin reparar en gastos.

A diferencia de nuestros amigos de Desayunos con Viandantes de Valencia, que cambian de plaza para cada desayuno, nosotros no lo necesitamos, porque la sorpresa siempre nos viene a buscar al mismo sitio, ¿para qué movernos entonces?.

No seáis cobardes, poneos el pijama de franela, los calzoncillos largos, la termolactil y los mitones, haceros con una taza navideña y a la plaza a desayunar. Ya vendrán tiempos más soleados.

Además tengo que contaros lo de La Plaza de Lavapies. Esa sí que es una buena plaza pública.

Actualización:

Un éxito de convocatoria, más teniendo en cuenta el frío y la lluvia que a ratos se convertía en nieve, menos mal que esta plaza tiene de todo hasta unos soportales que nos cobijaron de las inclemencias.

Muchos asistentes que ya se van convirtiendo en amigos y después unas cañas para afianzar las relaciones y entrar en calor.

El chocolate calentito fue un éxito y los platos caseros como era de esperar deliciosos… nos faltó el señor de Bimbo… pero mi preciosa sobrina con 9 días se convirtió en nuestra desayunante más joven.

Nuestro amigos de Valencia están que se salen y eso que es su segunda convocatoria, 42 viandantes acudieron al desayuno, según me ha contado David lo pasaron genial incluso una realizadora mejicana se ha interesado por su iniciativa y les va a hacer un documental. Pero que genial está esto de los desayunos.

El próximo mes celebraremos el desayuno el día 24, a ver si para esas fechas, ya nos hemos quitado todas las casetas navideñas y podemos volver a nuestro rincón favorito.

Nos vemos allí, taza en mano.