abril 19th, 2009

Refugio para nómadas urbanos


Winfried Baumann es un arquitecto que ha dedicado tiempo a la creación de construcciones portátiles para nómadas urbanos y personas sin hogar.


Estas construcciones, agrupadas bajo la marca Urban Nomads, están diseñadas con material de primera calidad y con un ocurrente sistema de montaje, sencillo y rápido de usar, para que una sola persona pueda transportarlas y estar acomodado en ellas en pocos minutos.


La mayoría de sus inventos, están pensados como vivienda inprovisadas, pero también ha ideado sistemas nómadas de cocinas, clínicas de primeros auxilios, oficinas, o salas de exposición.


Todos sus modelos de vivienda son fáciles de desplazar, mediante sistemas de ruedas que no necesitan motor y que por consiguiente no consumen energía.


Según nos explica la página del autor: «Winfried Baumann fusiona los límites del arte el diseño y el activismo social. Como un experto escultor crea objetos con atributos funcionales que siempre tienen un carácter ejemplar y escultórico».


Y yo pienso que, aunque formalmente sus soluciones son interesantes, se quedan en un bonito ejercicio de estilo sin un uso real, en primer lugar porque no llega a cubrir las necesidades básicas de un refugio o vivienda improvisada.


No puedo evitar preguntarme si habrá alguna persona, de las que vive en la calle, que pueda pagar este invento de más de 1.000 euros, el modelo más básicos. Además, ese aspecto de lujo que ha querido dar a sus creaciones en la que las botellas de Moët & Chandon aparecen constantemente, me molesta bastante ya que es un asunto muy serio eso de vivir en las calles y no se debe frivolizar.


Pero bueno, dejo las fotos aquí porque a lo mejor a alguien le pueden inspirar…


Lo he conocido aquí.































abril 10th, 2009

La belleza de las naves industriales


Ante tanto exceso de imágenes dramáticas y sangrantes de Semana Santa, quiero desengrasar el espíritu, compartiendo estas imágenes, que aunque en otro momento me podrían resultar algo artificiales, hoy día de Viernes Santo, me han enganchado, por su simplicidad colorista.


El ¿fotógrafo, pintor, ilustrador, operário de photoshop? bueno, dejémoslo en artista, Josef Schulz, para su série Sachliches, se ha fijado en encuadres abstractos, que ha fotografiado en polígonos industriales y que a base de limpiar, retocar y despojar de todo tipo de aditamentos, ha dejado reducidos a unos pocos planos constructivos, que la vista interpreta como manchas de vivos colores, rodeadas de los tonos verdes de un paisaje artificial y solitario.


El resto de su trabajo también merece un vistazo, tanto las fantásiosas construcciones de Formen como las pequeñas e insignificantes casetas de control de carreteras, de su serie Übergang.


Lo he visto aquí.
























abril 2nd, 2009

Arquitectura en salas de exposiciones


El trabajo de Callum Morton es tan variado y numeroso, que he decidido dejarlo reducido a poco texto y mucha imagen.


Lo que os muestro, son algunos ejemplos, que se centra en temas arquitectónicos en los que la construcción, la destrucción, la desolación, la guerra, los espacios publicitarios, la vida en la ciudad, la vivienda… quedan reducidos a tamaño museo para que puedan ser observados por los espectadores a corta distancia.


Muchas veces sus maquetas a escala, colocadas en una sala de exposiciones, traspasan los límites del espacio físico para desbordarse por el recinto y así muros, rocas, vallas, construcciones y elementos arquitectónicos se adaptan, comprimen y hasta deforman, para quedar incrustadas en frías paredes.


También trabaja a tamaño real y ha hecho piezas tan impresionantes como Stonewash un escaparate real de la marca Levi’s que fue construido en las ruinas de un edifico de Estambul.


Y bueno como siempre digo, es mucho mejor ver de lo que estoy hablando, que yo, como crítico de arte… no tengo precio…


Lo conocí aquí y las fotos las he cogido prestadas de aquí.





















marzo 17th, 2009

Corpiño de hormigón para montaña


No me parece necesito saber demasiados datos sobre algo para que me atraiga. Para qué sirve, por quién ha sido encargada, si su autor es un prestigioso artista, un artesano o simplemente un personaje anónimo que lo llevó a cabo sin ningún interés en trascender, es algo que en muchos casos intento obviar.


A veces, me puede llegar incluso a molestar conocer la intención del autor, porque sus comentarios distorsionan mi percepción y me condicionan a la hora de sacar conclusiones propias. De ahí mi vicio de publicar excesiva imágenes, a las que acudo cuando no sé qué decir.


Por eso creo que me encanta mirar páginas en desconocidos idiomas que no entiendo y en las que simplemente me tengo que fiar de mi intuición y mi gusto personal para decidir si algo me interesa.


Este es el caso de las fotos que hoy publico, son de una construcción que no se ni donde está, ni de qué época es, ni con qué intención ha sido hecha y aunque a simple vista parece un muro de contención para una montaña, sus formas sinuosas me sugieren otros propósitos mucho más misteriosos.


De hecho, sólo sé que lo vi aquí y no entiendo nada de lo que su autor cuenta.


Para mí, el muro, tan infranqueable como dúctil, constriñe como si de un potente corpiño, de gris cemento, se tratara, una montaña mágica, que lucha con todas sus fuerzas, por desasirse de sus mordazas, deformado la superficie y consiguiendo que su vegetación se escape por la parte superior y por las grietas, que a base de presión, ha conseguido infringir, a la superficie del muro.


La pared de contención, para mantener a raya a la díscola montaña, le clava tremendos tornillos en la carne, lo que le da una apariencia dramática, potenciada por las fotos en blanco y negro.


Me arriesgo a decir, que se trata de una construcción, que el tiempo ha ido moldeando a su capricho, dándole una trabajada apariencia, entre industrial y vegetal que me sobrecoge.

Seguro que ahora alguien me dirá que es una construcción famosa y completamente moderna que no es de hormigón sino de madera y que ha sido hecha, pues no sé, para convertirla en un jardín vertical… o qué se yo…

Ojalá pueda seguir imaginado mis propias historias, por un tiempo.

marzo 15th, 2009

Donde dije temporal, digo temporada

Hace unas semanas, David Estal, me hizo el regalazo de escribir este refrescante texto para Flylososphy y hoy, aprovechando que hemos tenido un día caluroso, quiero dejarlo en el ático porque al leerlo, siento como si un poco de brisa fresca soplara y se llevara volando el polvo rancio y gris que se va posado sobre el entorno urbano que me rodea. Espero que os guste tanto como a mí.

A partir de un inocente juego semántico se trata una cuestión de mayor relevancia: la pertinencia de lo efímero para identificar las posibilidades y las claves del espacio público, también como experiencia o transición para lo permanente.

¿Quién dijo arquitectura temporal

Dicta la R.A.E que el calificativo ‘temporal’ responde a aquello que dura un tiempo, que no es eterno. Coloquialmente, estamos acostumbrados a asociar este término a situaciones con cierta connotación negativa como el ‘trabajo temporal’, la ‘baja temporal por enfermedad’, o el ‘temporal de lluvia’.

En cambio, la expresión ‘temporada’ viene definida como un espacio de varios días, meses o años que se consideran aparte formando un conjunto. Y pone como ejemplos de carácter positivo: ‘temporada de verano’ o ‘la mejor temporada de mi vida’. También responde gozosamente al tiempo durante el cual se realiza habitualmente algo como la ‘temporada de ópera’ y, temporada también es aquello que ha sido o se usa en cierta época como ‘la fruta de temporada’ o ‘un vestido de temporada’.

De igual modo que hace un tiempo en Flylosophy se aportó en el artículo “La arquitectura como regalo” otro término más adecuado para la arquitectura efímera: ‘arquitectura de travesía’, recurro inocentemente a este matiz semántico entre ‘temporal’ y de ‘temporada’ como punto de partida para reafirmar la intervención en espacio público, a veces desatendida o considerada como de segunda categoría dentro de la construcción de la ciudad. Sin embargo esta arquitectura también es una obra ‘de verdad’ porque también ‘se construye’ y, lo bueno si breve, dos veces bueno.

La ‘arquitectura de temporada’ es una arquitectura valiente con gran capacidad de resolución que, como ‘la otra’, también responde a un lugar, razona la forma, aspira a la belleza, atiende a una función e interactúa con los ciudadanos en general y con el usuario en particular, el cual se apropia de ésta con mayor facilidad, por su cercanía, por su menor imposición o intimidación. Igualmente, los usos temporales del espacio público son vistos como herramientas para activarlo, éstos revelan las posibilidades del espacio y son capaces con pocos medios de resolver grandes problemas.



Intento de re-habilitar un solar del
Cabanyal (Valencia) por los vecinos y su respuesta institucional.

Como curiosidad ociosa, tecleamos en Google-Imágenes las expresiones ‘arquitectura temporal’ y ‘arquitectura de temporada’. A continuación observamos los resultados. Vemos que al menos no nos indica ‘quiso usted decir arquitectura efímera’. Así pues, fijándonos exclusivamente en la primera página de fotografías comparamos que, con la entrada ‘arquitectura de temporada’, se nos ha colado como primera imagen la temporada de fútbol. En ese sentido también aparece una obra teatral en una facultad de arquitectura. Intentando encontrar entre las imágenes alguna que se aproxime a lo que buscamos, ‘arquitectura de temporada’, con cierta emoción vemos que surge ‘algo’ del blog de Edgar González. Sin embargo se está refiriendo a que comienza la temporada de talleres de arquitectura de verano, siendo el de Santander el primero de ellos. Por otra parte, sorprendentemente aparece la cara de Frank Gehry. Y, sin más importancia, también encontramos unas habitaciones en el campus-anuncios, un urbanista colombiano que busca hospedaje por una temporada en Madrid y una frase que reconforta: buenos tiempos para la arquitectura.



Resultados Google para ‘arquitectura de temporada’.

En cambio, en el Google-Imágenes para la locución ‘arquitectura temporal’ gana protagonismo con tres entradas el Kubik Ilumina, realizada en el 2007 en el Fórum de Barcelona. Y como éste, el resto de imágenes, más o menos, están relacionadas con el término tecleado. Cabe destacar el almacén temporal para fruta dentro del conocido blog de Judith Bellostes, aunque aparece dudosamente clasificado en la sección de arquitectura rural, disponiendo este blog de una sección dedicada a la arquitectura efímera.



Resultados Google para ‘arquitectura temporal’.

Este pasatiempo manifiesta que rebautizar como ‘arquitectura de temporada’ a la ‘arquitectura temporal’ no solo sería novedoso, sino que si se repite muchas veces en este artículo tal vez consiga aparecer en la primera página del Google e incluso, con voluntad, podría definirse en la Wikipedia. De este modo, esta redefinición de lo temporal con un matiz más positivo y pertinente, enaltece el valor del mismo y la actitud frente a ello.

¿Cuánto dura lo que no dura?

Resultaría excesivamente simple el pensar que la arquitectura efímera tiene una vida corta. Las cosas efímeras pueden durar mucho tiempo, solo hay que preocuparse por ellas. Lo efímero en la arquitectura viene acompañado implícitamente de una voluntad orientada hacia la sostenibilidad referido en cuanto a la economía de la acciones, optimizando aquello que se construye. .



Búnker transformado en un rocódromo urbano.
Sternschanze.

Frente a la permanencia del monumento tradicional, Antoni Muntadas anima al artista, al arquitecto a la necesidad de actuar ante determinadas circunstancias en momentos específicos, poniendo en duda el carácter impositivo del signo que permanece, trabajando a partir de la idea de lo efímero en relación con el contexto y con un carácter interdisciplinar.

Lo construido, lo creado se enfrenta al paso del tiempo con negatividad. En las escuelas de arquitectura se hace referencia a la vida útil de lo construido con una vocación de permanencia, para durar el máximo tiempo posible. Ésta es seguramente una idea occidental, de herencia defensiva, reflejada desde la firmitas vitruviana. Pero en otras culturas, como la asiática, aparecen materiales más frágiles que la piedra o el ladrillo como el papel, el bambú o la madera. Así pues, encontramos conceptos como el japonés wabi-sabi que incluye la idea de que las cosas frágiles sobreviven por el modo como la gente se relaciona con ellas. Parece que la idea de lo efímero está más enraizada en la sociedad asiática, mientras que el mundo occidental se centra más en la conservación. En compensación a esto, el consumismo, lo desechable y la moda son reacciones extendidas en la sociedad y la arquitectura occidental.

Aún así, en los años sesenta, Marshall McLuhan ya enunciaba el tránsito de una arquitectura de ‘lo visible’ (representación) a una arquitectura de ‘lo táctil’ (percepción). Al fin y al cabo, la arquitectura se acerca a la sociedad a través de sensaciones, más que a través de la geometría y la perspectiva. Y la ‘arquitectura de temporada’ posibilita este acercamiento de forma más ‘natural’. Por tanto, lo efímero en el espacio público no es una limitación, sino una oportunidad.

La rutina hace invisibles las cosas

“Muros comunicativos”, “Transprogramación de espacios comunes”, “Sobre ruedas qué”, “Escaparatismo”, “Cacharros heridos”, “Entre paréntesis”, “Desayunos públicos”, “Ni vallas ni luces”, “Marcas de posición”, “Iconos reversibles”, “Bosques invertidos”, “Traducciones de espacios urbanos”, “Descampados habitados”, “Intrometidos”, etc. Todas estas prácticas así catalogadas en mi ordenador son intrusiones urbanas que a modo de señales interrogativas en la calle reclaman nuestra participación y atención.



Campo de fútbol utilizado como cine de vernao. Millerntor Stadio. Hamburgo.

El espacio con autoridad de ser público también tiene nombre. De la A a la Z, el alma de la ciudad se materializa según la A.E.A.T en: ‘alameda, aldea, área, arrabal, arroyo, avenida, bajada, barranco, calle, calleja, camino, carretera, caserío, colegio, colonia, conjunto, cuesta, entrada, escalinata, explanada, extramuros, extrarradio, glorieta, gran vía, grupo, huerta, jardines, lado, lugar, manzana, mercado, monte, muelle, parcela, parque, pasaje, paseo, plaza, polígono, prolongación, puente, puerta, ramal, rambla, rampa, rincón, ronda, rotonda, salida, sector, sección, senda, solar, subida, torrente, travesía, urbanización, vía, vía publica’.

Sin embargo, tal como indicaban Ábalos y Herreros en “Áreas de impunidad” (otro término ‘inventado’) hay otros lugares desregulados como los descampados, asociados a la periferia urbana, donde el concepto convencional de espacio público se transforma en una libertad pública extrema. Esto da lugar a unas formas no tan conocidas de utilización del mismo, y por tanto, las intervenciones dependen y atienden al uso inconsciente del deseo de la gente. Una oportunidad de renovación que se materializa a través de una arquitectura efímera con carácter periurbano que descubre lo público.

La ‘arquitectura de temporada’ en diálogo con el espacio urbano, lo sirve y lo mejora. Así pues, la obra no tiene que imponerse, sino exponerse, dejarse apropiar con una preocupación contextual. De lo que se trata es de mirar las cosas de otras maneras, de releer el entorno con optimismo, de identificar oportunidades, de ceder, de implicarse, donde el contenido es importante y la forma se adapta a las necesidades de cada trabajo. Es decir, llenar no el espacio físico sino el espacio mental del imaginario colectivo, buscando iconografías comunes.

Dígase ‘arte público’, ‘arte urbano’, ‘arquitectura efímera’, ‘exteriorismo’, ‘instalación’, ‘intervención en espacio público’, ‘arquitectura temporal’ o ‘arquitectura de temporada’. Más allá de etiquetar ambiguamente, debemos pensar en arte o arquitectura que se reencuentra con la cultura de lo público, que mira a su alrededor, que incide en los procesos de activación urbana. Éste es uno de los retos de la ciudad actual.

Quizá, en el momento actual más que en ningún otro, frente a una aclamación del verticalismo aburrido en las ciudades que reitera la exhibición de un poder económico o político, se nos presenta la oportunidad de la improvisación, la generación de experiencias, la construcción de situaciones, la intervención en el espacio público como un panorama más participativo (‘autoespacio público’), alternativo a la hiper-planificación y un signo de mediación y libertad. Por ello, insisto, no digamos ‘temporal’ porque con la ‘arquitectura de temporada’ la ‘Ciudad’ permanecerá.

David Estal (arquitecto, Valencia).

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