enero 16th, 2009

Casa en blanco y blanco


Necesitaba algo ligero que me ayudara a terminar con suavidad, una semana cargadita de proyectos personales, trabajo y blog.


Por eso me ha venido estupendamente toparme con la, blanca blanquísima, casa Ghost, diseñada por la empresa japonesa Datar Architecture.


No es que se trate de una casita para que los niños jueguen, aunque la imagen de su fachada así lo puede parecer, se ha creado para vivir en ella a pesar de que su apariencia externa es tan básica, que parece el dibujo de un niño.


Cuando la he visto, me daba la sensación de estar contemplando la maqueta de la síntesis de una casa, idea que se ve reforzada por haber elegido casi exclusivamente el blanco en toda ella, techo muros, patio, paredes divisorias…


La cosa cambia en el interior que, aunque sigue siendo escrupulosamente blanco, ha perdido la simplicidad para convertirse en un intrincado espacio de tres plantas lleno de escaleras, tragaluces, paredes inclinadas, techos abiertos, columnas …


Vamos que me parece más un conjunto de planos, colocados estéticamente para las fotos, que una construido con intención de albergar personas, que seguro por más que lo intenten evitar, tendrán que introducir objetos de colores, en su interior.


Eso sí, bonita es un rato, aunque tengo que reconocerle sus limitaciones en movilidad, usabilidad y limpieza. Además de verla poco apropiada, para que niños vivan en ella, rodeados de esta tremenda blancura.


Nada es perfecto… lo he conocido aquí.


Miguel, como ves, algunos arquitectos siguen prefiriendo el blanco…



diciembre 29th, 2008

Felice Varini en la calle


Repasando el trabajo de algunos artistas urbanos que he dejado por aquí y de otros de los que no he hablado aún, no puedo evitar recordar la particular obra de Felice Varini, un artistas sorprendente y elegante en cuyo trabajo pictórico son esenciales los elementos arquitectónicos y el punto de vista del espectador, además de los colores primarios.


Es un maestro del trampantojo geométrico y tiene el poder de colorar al espectador donde él quiere, aunque su obra evoluciona e incluso mejora si cada uno adopta su propia punto de vista.


Ya hablé hace mucho tiempo de él y es hora de una revisión, pero esta vez me centro únicamente en sus interesantes trabajos de exterior, aunque recomiendo una visita con tiempo al resto de su trabajo, que aunque parezca mentira se remonta a 1979.


Para los que, como a mí, gustan sobre todo de las imágenes, dejo fotos que hablan por sí mismas… una advertencia, todos los dibujos están realizados en ubicaciones reales y en ningún caso se trata de retoques fotográficos, aunque podría parecerlo, dada su impecable ejecución.


Para el que quiera saber más, copio este artículo de Arkinetia en el que el propio artista explica su obra.


«Es el espacio arquitectónico, paradójicamente, el campo de acción de Varini en su búsqueda de la segunda dimensión, cuya comprensión nos es tan inaccesible como la cuarta.


Varini hace el camino inverso: pinta la segunda dimensión sobre un lienzo tridimensional, y nos revela mágicamente la esencia de la arquitectura, lo único que nos es dado ver de ella. La fotografía de arquitectura, no la arquitectura misma, es el contenido fundamental de esta revista, como de muchas otras.


Conocemos la arquitectura casi exclusivamente a través del ojo intencionado del fotógrafo de arquitectura y nos remitimos a su arte cuando alcanzamos el privilegio de bucear en el espacio real de una obra conocida.


El trabajo de Felice Varini enfatiza al extremo esa intencionalidad pictórica del fotógrafo, y propone una lectura del espacio arquitectónico que se equipara en importancia con el hallazgo renacentista de la perspectiva y su poder instrumental en el proyecto de arquitectura. Es Varini, sin duda, una referencia insoslayable en la investigación arquitectónica. (arkinetia)


Mi campo de acción es el espacio arquitectónico y todo lo que constituye dicho espacio. Estos espacios son el soporte original de mi pintura. Trabajo in situ cada vez en un espacio diferente y mi trabajo se desarrolla en relación con los espacios que encuentro.

Generalmente vago a través del espacio observando su arquitectura, materiales, historia y función. A partir de esa información espacial y en referencia al último trabajo que he producido, identifico un punto de vista especialmente favorable desde el cual mi intervención toma forma.


El punto de vista es cuidadosamente escogido: está generalmente situado a la altura de mis ojos y ubicado dentro de un trayecto inevitable, por ejemplo una abertura entre un cuarto y otro, un punto de llegada… Sin embargo, no hago de esto una regla, no por todos los espacios pasa sistemáticamente una línea evidente.


A menudo es una elección arbitraria. El punto de vista funcionará como un punto de lectura, o sea, como un punto de arranque potencial en la aproximación a la pintura del espacio. La forma a pintar logra su coherencia cuando el observador está en ese punto de vista. Cuando se mueve fuera de él, el trabajo se funde con el espacio generando infinitos puntos de vista en la forma.


No es, por lo tanto, desde el punto de vista original que veo el trabajo exitoso, sino en el conjunto de puntos de vista que el observador puede adoptar frente a él. Si establezco una relación especial con las características arquitectónicas que influyen en la forma de la instalación, mi trabajo preserva su independencia de cualquier espacio que encuentro.


Comienzo a construir mi pintura desde una situación real. La realidad nunca es alterada, borrada o modificada, ella me interesa y me seduce en toda su complejidad. Yo trabajo “aquí y ahora”. «.













diciembre 22nd, 2008

Castillos en el aire


No soy muy dada a hablar de obras megalómanas, ni grandiosas, ni heroicas, ni similares, pero la obra del artista Josep Pujiula i Vila me ha llamado la atención no por ser el trabajo colosal de un solo hombre, sino por su apariencia provisional y por haber sido creada con elementos humildes de la naturaleza, troncos, pértigas y ramas entretejidas con hilo de hierro y fijada con clavos.


Mas de 20 años le costó construir el Parque de cabañas del torrente de can Sis Rals en Argelaguer, Girona, un sistema de laberintos torres y pasarelas que conformaron un fantástico parque natural.


Según me cuenta Pablo, que estuvo allí, fue construyéndolo poco a poco en sus ratos libres, sin un fin determinado, aquí una cabaña, allá un puente, hasta que se fue complejizando todo, convirtiéndose en un laberinto que protegía el acceso a las cabañas secretas. El conjunto se remató con torres donde ondeaba la bandera del Barça.


Pero este sueño hecho realidad, acabó dramáticamente, ya que un nuevo trazado de la carretera obligó a destruir esa maravilla, aunque parece que al autor le dio igual.


En Archilibre nos cuentan más cosas sobre la apariencia de esta construcción «esto no es sólo una escultura grandiosa que se admira del exterior, es un laberinto fabuloso en el cual se entra, se pierde en la transparencia de las ramas, se sube, se vuelva atrás, se descubren, se consigue áreas de descanso, un baño de juventud para los pequeños y los grandes. Un paseo fuera del tiempo.


Parece esta construcción totalmente improvisada pero no es la realidad: el acceso a las más altas vueltas, la más bonita vista sobre el conjunto y la campaña circundante, es el resultado del camino más largo y más complejo, de los túneles ventilados que llegan hasta el fondo del barranco, vuelven en torno a la construcción, que suben poco a poco los pisos, donde no se cesa de subir y de descender escalas de ramas y de disfrutar el camino.


Según Josep, solamente una persona sobre diez llega a este nivel y otros demasiados intimidados, ni siquiera se atreven a entrar allí.


Este parque encantado es el resultado de una larga historia sin acabar.
Porque le gustaba bañarse en el arroyo de «Can Sis Rals», Josep hace más de 20 años arregló progresivamente este lugar enselvado que no le pertenece, trayendo animales, asnos, cabras, palomas… después los construye refugios, y otros lugares para su comida, luego construyó chozas extraordinarias, puentes de ramas franqueando el barranco… Discreto al principio, este lugar poco a poco fue conocido y visitado, hasta pasar a ser un parque natural, un espacio de libertad donde cada uno podía venir para su placer, un día, una noche o más tiempo.


El artículo cuenta más cosas, yo como siempre, me quedo con las fotos. Las preciosas en blanco y negro son de Ojo Vivo y hablan por si solas. Las de color las saqué también de Archilibre.


Gracias Pablo, por habérmelo contado.





diciembre 16th, 2008

Viajes de lo urbano a lo rural y vuelta


Estas navidades no voy a poder viajar y tengo mono de ir a un sitio cálido, además una amiga ha venido de Japón y me ha contado maravillas, me invitó a ir con ella y ahora me arrepiento de no haberlo hecho.


Todas estas circunstancias me han hecho recordar a Leslie Furlong especialmente su trabajo Tokio to Osaka 2007, una instalación hecha con dos canales de vídeo que la artista ha grabado en un trayecto en tren de Tokio a Osaka.


Me gusta ver pasar las imágenes en movimiento, montadas en dos pantallas, en las que va mostrándose a distintas velocidades el trayecto de un tren, que en su recorrido por el perímetro de Tokio, nos va descubriendo un paisaje que parte de lo más urbano para ir transformándose en un híbridos con apariencia de polígono industrial hasta convertirse, casi sin darse uno cuenta en un paisaje rural. Después, retorna de nuevo, a la urbe de donde partió.

Este viaje virtual, me hace recordar mis propios trayectos en tren, en los que me gusta observar, si no me duermo, de qué manera se produce la transición entre las grandes ciudades y sus periferias, hasta llegar al ámbito rural puro.


En su video instalación de 3 canales llamado Interferences, la artista filma otra vez la transformación del paisaje, ahora del perímetro de Islandia, por carretera. En él se pueden distinguir, paisajes naturales que son interrumpidos constantemente, por elementos algo discordantes, símbolos de la vida moderna, como señales de tráfico o barreras, tan habituales en los recorridos en carretera, que ya no les prestamos demasiada atención.

Un post muy evocador y nostálgico, pero con no muy buena documentación gráfica, es que no se cómo meter estos vídeos en el blog, así que he puesto capturas de pantalla, con links a la página donde los podéis ver, aunque son muy pequeños. (Bueno ya he aprendido, gracias a Gemma de Hipertextualidades que me lo ha explicado de manera sencilla).


También dejo fotos de paisajes, que la autora ha tomado en estas mismas zonas de transición entre lo urbano y lo rural.


Ya no recuerdo donde lo conocí.















diciembre 14th, 2008

Casitas en los árboles


Dos proyectos que tenía guardados y que hoy me apetecía dejar aquí, debe ser porque echo de menos el buen tiempo, el sol y sobre todo el verano bajo la sombra de un árbol, o puede ser que lo que me pase es que odio las navidades, con su casposa estética de casetas en todas las plazas y su excesiva iluminación.

El caso es que en este frío día de domingo, me han inspirado estas dos versiones de casita en el árbol, tan diferentes y tan apetecibles para esconderse un rato, sin que nadie te moleste.


La primera versión la ha realizado el diseñador y artista Nacho Carbonell, se llama Por las Ramas y según se muestra en el vídeo que adjunto, es bastante fácil de realizar.

Sólo se necesita un árbol, ni muy grande ni muy pequeño y un rollo de plástico transparente, bioplástico, para ser mas exacto, un material biodegradable que se usa en agricultura y que desaparece al poco tiempo.


La idea es crear un espacio muy privado y efímero en la naturaleza, donde uno se sienta protegido, como si estuviera dentro de una crisálida, en este caso semitransparente y aunque antes hablaba de usarla en el verano, este refugio es más apropiado para un soleado día de invierno, ya que estar dentro, con un sol de justicia no me parece de lo más recomendable…

El aspecto de este refugio, es completamente artificial, pero al situarlo en plena naturaleza, genera resultados contradictorios y provocativos que es lo que el autor pretendía desde el principio, para reivindicar de esta manera, conceptos dispares como privado y publico, natural y artificial.

El siguiente proyecto, también trata sobre casitas en los arboles y como en el caso anterior, éstas también generan sensaciones contradictorias cuando se las observas. Han sido creadas por el fascinante artista Tadashi Kawamata del que ya mostré sus increíbles creaciones con sillas y maderas, hace unos días.


En este caso, sus Tree Huts estarán poblado hasta el próximo enero, los urbanos árboles gigantes del Madison Square Park, de Nueva York.


No se exactamente la cantidad de casitas de madera que se han construido y tampoco he podido encontrar muchas fotos del resultado final, pero me han informado en el blog del proyecto, que estas instalaciones no son nada perjudiciales para los árboles, ya que la construcción ha sido seguida meticulosamente por especialistas que han vigilado para que nada le pase a los árboles.


El artista ha querido mostrar en esta obra, «la intersección que existe entre los objetos privados en espacios públicos, como un método de renegociación del significado de ambos».


Tadashi está muy interesado en mostrar en esta obra, sus métodos de trabajo y el significado del proyecto, al mayor número posible de personas, para lo cual ha montado en paralelo, talleres y comidas in situ, con la prensa y con los visitantes interesados en aprender y comprender su metodología para así poder fabricar cada uno su propia casa particular.

Una pena que por lo que parece, no se pueda acceder a estas construcciones. Hubiera sido fantástico esconderse en ella y observar lo que pasa en Nueva York desde esta atalaya tan rural.


Lo he conocido aquí y las fotos son de aquí.


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