febrero 15th, 2008

Objetos en dos dimensiones


Pero, pero, pero, qué simple y divertida idea, que me deja pensando cómo no lo había visto antes y cómo no se me ha ocurrido utilizar algo parecido en mi trabajo.

Y ha tenido que venir Finn Magee, un joven diseñador industrial Irlandés, para ponerme ante los ojos, cómo se puede dar vida a un papel, otorgándole atributos que en principio no le corresponden y que él vincula con la imagen que representa.


Vamos, que me lío, lo que se le ha ocurrido es dar uso a los objetos que imprime en un papel formato poster. En este caso han sido, un flexo de los de toda la vida, y un despertador digital, también de los de andar por casa.

Así en esta serie llamada Flat Life, el poster con el reloj, nos da la hora en formato digital y la lámpara, pues ilumina, todo ello gracias a unos diminutos leds.


El despertador seguramente no tenga alarma y la lámpara tampoco iluminará como si se tratara de la versión real, pero el efecto es increíble e inspirador, la de cosas que haría con esta idea…

Se trata de un proyecto exhibido en el Museo del Diseño de Londres y la propia presentación del producto es original, en una secuencia de posters el artista va mostrando con imágenes su instalación.


En este caso, estos posters se van a vender, por lo que si estamos interesados en conseguirlos, debemos contactar con el diseñador.

Me encanta sobre todo por lo que me ha inspirado.

Lo he visto en Designerblog.

febrero 12th, 2008

Teatralización de un accidente


Mal día para la creatividad, mejor no haber salido.


Según piso fuera de la oficina, me «asalta», una simplona aunque carísima campaña de publicidad exterior, para un coche que a pesar de todo… me gusta. Triste.


Mas cosas tristes… paseo tardío por Recoletos para descubrir: 1, que el apartamento reversible, que mi admirado Santiago Cirugeda ha instalado en Cibeles, para Madrid Abierto no estaba aún listo. 2, que me hubiera gustado verlo montado en una verdadera azotea, porque en su ubicación actual queda un poco desangelado, no se entiende bien y parece casi una caseta de obra.


3, que el resto de las cosas que he visto (Recoletos, Cibeles, Alcalá) relacionadas con este evento, no me han interesado. Es posible que las intervenciones no estuvieran funcionando del todo, pero no se por qué, me han parecido poco creíbles, y que no se ofenda nadie por favor, pero me he acordado de cuando un cliente te pide un encargo y te dice cosas como… hay que hacer algo «estilo arte urbano»… es para vender bien Madrid… que vienen los de Arco…, por el dinero no hay problema… pero que quede bien… ya sabes.


Así que, relacionando coches, espectaculo y creatividad, me ha venido a la cabeza un artista chino que ha hecho la mejor intervención con coches que he visto en mi vida.


El artista se llama Cai Guo-Qiang y es un maestro de la escenografía, sus montajes son dramáticamente teatrales, de difícil ejecución y de una sensibilidad bastante brutal. Del 22 de febrero al 28 de marzo, se podrá ver I Want to Belive, una exposición retrospectiva sobre él, en el Museo Guggenheim de Nueva York.


Según cuenta la página del museo, «el artista ha adoptado un lenguaje artístico contemporáneo. Bebe de fuentes de la antigua mitología, de historia militar, cosmología taoísta, estudios sobre extraterrestres, tácticas revolucionarias maoísta, filosofía budista, tecnología, medicina china, y métodos de la violencia terrorista. Para Cai el arte es una forma de energía social, constantemente mutable, la vinculación de lo que él denomina «el mundo conocido y el desconocido».


Bueno, así debe ser, de lo que no cabe duda, es que su obra es rabiosamente moderna, y dramática. Basta con echar una ojeada al montaje, Innoportune: Stage One del 2004, en el que recrea un accidente de coche, para quedarse boquiabierto.


En esta obra, el artista ha sabido captar el instante de la colisión de un coche, para ello va dramatizando toda la secuencia, presentando en varias escenas consecutivas cómo va girando el vehículo a la vez que saltan chispas de él.


Para ello se vale de varios coches que cuelga del techo con cables transparentes cada uno más girado que el anterior. Para representar los chispazos, varillas de acero con led de colores en las puntas que atraviesan la carrocería de los coches. El efecto es el de una autentica imagen congelada.


Esta obra fue creada en el 2004 para el Mass MoCA de Massachusetts, en el 2006 se montó en Shawinigan, Canada y ahora en El Guggenheim de Nueva York. Recomiendo echar un vistazo a las fotografías del montaje de esta última exposición.


Nunca hubiera pensado que me podría atraer mirar un peligroso accidente de coche a cámara lenta.


El resto de sus instalaciones también merecen una visita. Hay muchos temas recurrentes, como son la congelación del movimiento, las chispas, los fuegos artificiales, el fuego, las secuencias, las proyecciones, los animales, los objetos destruidos…


Aunque mi instalación favorita es Innoportune: Stage One, me gustan otras como el 99 Golden Boats, el Clear Sky Black Cloud, Illusion II, Explosion Project, Inopportune: Stage Two, Dream, Fireworks from Heaven, Red Star Flying Saucer, etc, etc, etc, etc…


Menos mal, ya me encuentro mejor, después de esta explosión de creatividad, de técnica y de imaginación. Lo he visto en The Cool Hunter.





febrero 4th, 2008

Los relojes de sol encuentran su sitio en las calles


Me gusta la intervención urbana Streetclock que ha desarrollado 3eyes, una consultora de diseño especializada en acciones interactivas orientadas a clientes interesados en nuevos usos creativos de la tecnología y que desarrollan en el entornos de la movilidad, la conectividad y los factores humanos.

Bueno, pues precisamente la acción que me ha llamado la atención de esta empresa, es una de las menos tecnológica, pues se trata ni mas ni menos de crear relojes de sol a partir de mobiliario urbano.


Lo que hacen, es elegir elementos urbano como bolardos, perfiles de casas, postes de señales o farolas… que harán las veces de agujas de un reloj pintado por ellos en el suelo, y que funciona a medida que las sombras que proyectan van desplazándose a lo largo del día.

La configuración de sus relojes solares ha quedado reducida a unas marcas viales, propias del suelo urbano y anotaciones horarias que no tienen que indicar horas en punto, sino otras más personales como 10:19 o 5:02.


Según 3eyes, el tiempo no es sólo es que nos dan los relojes digitales, los móviles o las PDA´s, sino que su paso es algo físico, tangible y tan simple como las sombras que se desplazas y hacen referencia a la posición del sol en el cielo.

A lo mejor estas sombra no son tan precisas como los dígitos de nuestros relojes y además se distorsionan o desaparecen momentáneamente con el paso de los viandantes, pero tampoco dejan de funcionar nunca al no dependen de la tecnología.


No está entre sus preocupaciones la precisión horaria, sino más bien recuperar y acercas los territorios urbanos a sus habitantes y para ello se inspiran en la estética del propio lenguaje vial que satura los espacios públicos.

Buena y simple idea de cómo interactuar en espacios públicos sin dañarlos y que además aportar una beneficio para los habitantes de ese espacio que podrá saber mas o menos la hora pero sin estar sujetos a la tiranía de los fríos dígitos que nos acosan en nuestra rutina diaria.


Sutil y de lo más creativo.

3eyes, tiene más proyectos interesantes relacionados con el espacio urbano. Es el caso por ejemplo de su proyecto Loca, en el cual nos hacen reflexionas sobre la facilidad de ser localizados y vigilados a través de nuestros teléfonos móviles.

¿Qué pensaríais si de golpe empieza a pitar vuestro móvil y os llega un mensaje por bluetooth parecido a este «En estos momentos estamos teniendo dificultades con la supervisión de su posición: por favor, mueva su dispositivo de red en el aire» o «Usted ha estado en una floristería y 30 minutos en un parque ¿está usted enamorado?» os aseguro que a mi me da un pasmo y apago el móvil inmediatamente.


Preguntas como ¿Qué ocurre cuando es fácil para todo el mundo realizar un seguimiento de los demás?, ¿de qué manera la vigilancia de unos a otros se puede ver afectada por el nivel de consumo de tecnología peer-to-peer sin que se controle a través de un punto central? son algunas a las que 3eyes nos obliga a enfrentarnos con esta acción.

Son muy inteligentes estos señores y adelantadillos, porque en vez de platearse este tipo de acciones bajo un sello artístico, como sería habitual, ellos se lo ofrecen a clientes inquietos e innovadores para que de esta manera llegue su mensaje provocador al público final.


Si hasta han conseguido con su taller Feral London que un grupo de clientes ¿ricos? paguen por sobrevivan 48 horas sueltos en las calles de Londres, solos, sin dinero, sin llaves de casa, sin móvil, sin robar, desplazándose a pie y vestidos con un traje de chaqueta y corbata, y sin nadie que les ayude…

Perfecto, ellos viven estupendamente haciendo lo que les interesa y además grandes clientes les sirven como altavoz de sus subversivos mensajes.


enero 30th, 2008

Una mirada humorística hacia la tecnología


Ayer fui algo densa y trascendente en mi post, hoy quiero compensar con algo más divertido.

La obra del escultor bostoniano Nick Rodrigues utiliza situaciones y objetos humorísticos para que nos enfrentemos con la sonrisa puesta a una realidad tecnológica que ya está cambiando sutil pero profundamente nuestros hábitos de comportamiento.

Hay un tipo de sofisticados productos tecnológicos, que nos dan confianza y ayuda a que nos acepten socialmente, otro sin embargo nos aíslan e incluso ayudan a adoptar otras personalidades.


A esos dos grupos de objeto se dirige la mirada burlona de Nick y a partir de ellos ha creado su The Human Interaction Series, un grupo de 5 obras interactivas, situadas en espacios públicos, y que llevan instaladas cámaras de vídeo que captan las reacciones de la gente que se topa con ellas.

Uno de sus objetos preferidos es el Ipod con el que ha creado tres de sus obras y que a mí son las que más me divierten.


El Porta-Party es una pieza que nos ofrece la posibilidad de bailar en la intimidad de un cubículo parecido a un baño público, pero con la forma exterior de un Ipod.

Si alguien va por la calle escuchando música y con ganas de bailar pero es algo tímido o si odia a la gente pero le gusta la fiesta, en el Porta Party puede dar rienda suelta a sus deseos en la intimidad, con bola de discoteca y todo. En el vídeo, se ve cómo la gente se mete entro y baila y baila, solos o en compañía.


DiePod es una tumba para Ipod, ese objeto que va con nosotros a todas partes y cuya música e imágenes está creado la banda sonora y la reconstrucción gráfica de nuestra propia vida.


No hay momento importante que no se pueda compartir con nuestro Ipod, así que al final de nuestros días merece un lugar de descanso digno de su dueño. Y de diseñar esa última morada, se ha encargado nuestro Nick.


La AdverTie es una corbata aparentemente tradicional pero en ella se puede insertar nuestro Ipod de manera que sólo se ve la pantalla. Con ella puesta y el Ipod funcionando a modo de presentación, podemos mostrar lo que nos apetece que los demás vean de nosotros.


Si la presentación es buena, será más fácil vendernos, también ahorra muchos preliminares.


La Automotive Armor es una pieza con forma de minicoche. Se insertada en la cabeza y permite a su portador tener los mismos comportamientos como peatón que los que tiene cuando se sienta al volante, es decir, ser maleducado, tocar constantemente el claxon, avasallar a los demás, poner la música a todo volumen, insultar y otros comportamientos propios de los automovilistas. El vídeo que adjunta, da una idea de lo más completa.


Por último y en la misma línea, la Portable Cellular Phone Booth trata de representar el aislamiento y la perdida de interacción con el entorno, que produce ir hablando con el móvil por la calle. Tiene la forma de una cabina portátil, se transporta en los hombros y cuando se quiere hablar por teléfono se mete la cabeza en ella para encontrar ese espacio de intimidad que antes representaban las cabinas públicas y que ahora está despareciendo.


En definitiva, según explica el autor, vivimos en un mundo donde las personas están trabajando día y noche para hacer robots humanizados, en contraposición, él intenta crear obras que muestran a los seres humanos con comportamientos cada vez más robotizados.

Yo no entro ni salgo en la calidad artística de la serie pero tengo que reconocer que alguna de las piezas me parece muy ocurrente. ¿No os apetecería a veces meteros en un espacio cerrado e íntimo y poneros a dar botes al ritmo de la música, incluso lanzar algún que otro alarido?.

Lo he visto en ArtMoCo.

enero 27th, 2008

Cenas de gran altura


Aunque me desagradan bastante las excentricidades de los que no saben qué hacer con el dinero, tengo que confesar que a veces espío su forma de vivir a través de blog y revistas especializadas. Y alucino, claro.


Lo hago en parte por voyerismo y en parte porque en mi trabajo se supone que debo estar informada de lo que se cuece en el mercado de lo exclusivo….


Bueno, pues cotilleando la revista Forbes, he encontrado la selección de los 10 restaurantes más inusuales del 2006. La noticia no es lo que se dice novedosa, pero es que dentro de los seleccionados, me ha llamado la atención la extravagancia de cenar en el cielo, suspendido por una grúa.


No se trata de la acción puntual de una marca, para dar difusión mediática a alguno de sus productos, para nada, es un negocio montado por una empresa, con una continuidad y por lo que veo con gran éxito y proyección de futuro.


Dinner in the Sky es una idea de la empresa belga Benji Fun, especialista en montajes de altos vuelos, todos francamente espectaculares. Recomiendo a los que trabajan en agencias de eventos que le echen un vistazo, puede ser una fuente de inspiración.


Lo que ha hecho esta empresa es montar cenas a a 50 metros de altura, en un restaurante, bueno, más bien una plataforma, de 9 x 5 metros, suspendida por una grúa y con espacio para chef, camarero y animador, que están situados en el centro y 22 comensales sentados alrededor de la mesa, los cuales deberán permanecer durante la velada, sujetos por un cinturón al asiento.


Muchas empresas ya han contratado este singular espacio, pero particulares con dinero también pueden hacer uso del servicio para sus fiestas, bodas, o simplemente por capricho.


El precio del alquiler de la superficie flotante para una noche es de
7.900 euros, por 8 horas de uso. Ahí se incluye la plataforma, la grúa y la seguridad.


La gestión del sitio para la instalación del «restaurante» 1.125 euros, fotógrafo sin vértigo otros 630, pack de bienvenida, es decir azafatas, hospitality y ¿wc? 475, música e iluminación especial 850 y la hora extra 265 euros.


El catering, una segunda plataforma, transporte a otros países o customizar el espacio… eso se presupuesta aparte. El espacio requerido para todo el montaje es de unos 500 m2.


Esto es lo que nos cuenta la web, pero a mí se me plantean varias dudas metódicas, por ejemplo: ¿se mueve mucho la plataforma?, ¿te puedes marear arriba? ¿qué pasa si tienes ganas de ir al baño?, ¿hace mucho frío por ahí arriba?.


En fin, no es que me muera precisamente por cenar a 50 metros de altura, atada como si estuviera en un avión y con el riesgo de marearme y echar todo encima de mi compañero de mesa. Tampoco se cómo reaccionaría flotando, con los pies casi colgando, en principio no tengo vértigo, pero no se, no se, además seguro que me dan ganas de ir al baño a la media hora de estar allí atada.


Aún con todo, si me invitan… tampoco diré que no…

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