
Hoy quería traer al Ático la obra de un pionero y maestro absoluto de las instalaciones sonoras, Bernhard Leitner que desde los años 60 lleva experimentando con espacios, construidos a base de arquitectura, escultura y sonidos.
Este artista, crea sus piezas, convirtiendo el sonido en un dúctil material constructivo, con el que moldea espacios, relacionándolos estrechamente con el cuerpo humano que los habita.
Trabaja con sonidos que se mueven con velocidades diferentes a través del espacio, que suben y bajan y resuenan una y otra vez que sin poder fijarse visualmente, puedes sentirse por todo el cuerpo convirtiendo la estancia en una experiencia acústica que se percibe no sólo a través de los oídos, sino a través de cada una de las parte del cuerpo, que puede captar las ondas acústicas de forma diferente.




















