Tendréis que perdonar mis intermitencias durante el mes de agosto, estoy medio de vacaciones y la lucha por encontrar un buen wifi es agotadora, pero bueno por aquí andaré, cuando pueda y como pueda.
Hoy quería dejaros para comenzar el mes de agosto, la obra de un ilustrador que me encanta, Troche, un día me crucé con una de sus ilustraciones y me quedé impresionada, después, un amigo me informó de quién era y ya no he podido dejar de seguirlo.
Ahora copio palabras escritas por otro grande del género, Kioskerman, que nos explican a la perfección por qué Troche es un dibujante tan especial:
«Más de la mitad de su vida estuvo Troche con el humor gráfico. Si alguna vez fue una pared con la que se topó en el camino, hoy se la lleva por delante. No porque sea torpe, claro, sino porque como un gigante lo hace avanzar hacia nuevos y brillantes terrenos. Si alguien alguna vez se preguntó sobre la caducidad de los géneros en el comic, él me demuestra que son eternos, infinitos como sus negros de tinta Ecoline. Y que si los dejamos de lado es simplemente por un capricho nuestro. Troche le ha dado nueva vida al gag estilo «New Yorker», cuando el mundo parece apresurarse a abandonarlo en pos de la bendita novela gráfica. Al principio eran chistes, luego ideas, luego un poco más de chistes. Ahora ya no sé qué es lo que hace y creo que él tampoco lo sabe. Porque, como uno de sus personajes, avanza en la noche, en un terreno oscuro, que no ha sido iluminado aún. En la mano una linterna y en el haz: luz de estrellas. Increíbles de mirar. Su trabajo me transporta a esas «antípodas de la mente» que Aldous Huxley planteba en «Cielo e infierno». Creo que el arte de Troche es único e irrepetible. Su camino fue largo, apasionado y sincero. En mi biblioteca mental está al lado de los grandes del género, como Sempé, Addams, Steinberg y Quino.»
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