enero 20th, 2008

Destrucciones artísticas de ayer y de hoy


Me está pareciendo que destruir o deconstruir o como cada uno quiera llamarlo, galerías de arte, se ha puesto de moda.


Ya hablé de la impresión que me causó ver la famosa grieta de la Tate Modern, y del mal rollo que me me produjeron los comentarios que sobre ella había hecho su autora Doris Salcedo. Me lo tengo merecido por leer más de la cuenta, ya me lo advirtió mi amigo Ángel.


Por eso cuando he visto que el suelo de otra galería ha sido destruido por amor al arte, he decidido leer lo imprescindible, evitando a toda costa las explicaciones de su autor.

Esta vez la grieta de Doris se convirtió en el cráter de Urs Fischer y es que este artista hizo desaparecer casi por completo el suelo de la galería Gavin Brown dejándolo convertido en un agujero de tierra rojiza de unos 11 x 9 metros y 2,5 de profundidad. El coste de esta instalación que más bien es una des-instalación ascendió a la bonita suma de 250.000 dólares pagados por el señor Brown.


La pieza se llamó You y ha permanecido en la galería hasta el pasado 22 de diciembre. En la puerta se advertía al publico del peligro que suponía internarse en este espacio que sólo conservaba a nivel, un pequeño pasillo alrededor. Aún así se permitía al público descender por la obra bajo su responsabilidad.

Alguna crítica que he leído sobre dicha exposición, definió la obra como lo más innovador que se había hecho en mucho tiempo en una galería de arte. Y desde luego debió ser impactante ver, que en un espacio de inmaculadas paredes blancas se habría un socavón de semejantes proporciones.

Este gusto moderno por destruir espacios públicos o privados, me ha llevado a pensar inevitablemente en un artista pero en mayúsculas, GORDON MATTA CLARK.


Ya he dicho en alguna ocasión que para mí es uno de los más grandes creadores del S.XX pero paradójicamente se ha considerado, hasta hace muy poco, un artista maldito, por intentar llevar a cabo hace 40 años, estas mismas intervenciones que ahora son aplaudidas como genialidades.


Matta Clark fue un arquitecto provocador, que nunca construyó nada y fue repudiado por sus compañeros de profesión. Su obra fue destructiva y destruida, sólo conservamos de ella fotos y películas, y esa era la intención del autor, ya que situó todas sus intervenciones en edificios de zonas deprimidas a punto de ser demolidos.


Así las cosas, fue excluido de una exposición de arquitectura en la Cooper Union porque su obra consistía en el desmontaje de las ventanas de la sala de exposiciones para poner en su lugar fotografías de las ventanas reventadas de edificios degradados del Bronx. Por lo que llevo visto, esta misma acción en este momento sería considerada de lo más innovadora.


Y es que este hombre, que vivió hace 40 años y murió con 35 años, fue autor de una obra impresionante que me recuerda muchísimo a algunas cosas que estoy viendo en artistas urbanos actuales cuyo trabajo también es efímero, provocador, crítico con lo establecido, basado en el activismo político y social…


A sus destrucciones las llamó anarquitecturas, y estaban inspiradas en la transformación de la materia. Dotaba de una segunda fugaz vida a edificios en estado de demolición, los diseccionaba y abría, sacando sus entrañas a la luz. Su mirada y punto de vista sobre las ciudades me parece de lo más viva y actual.


Como no soy experta en arte, he cortado y pegado a continuación párrafos que me han llamado la atención, donde se cuentan ideas y proyectos del autor que me son familiares. Están sacados de un artículo titulado Gordon Matta-Clark Una comunidad utópica: Soho en la década de 1970, escrito por Jane Crawford, esposa del artista y que ha publicado la revista Brumaria.


Podéis dejar de leer si os aburráis aunque os recomiendo que acudáis al artículo original, es interesantísimo y ameno. Yo aquí acabo mi intervención por hoy.

Jane cuenta cosas como estas:


«Diseñando para el fracaso
Diseñando para la ausencia

Diseñando para la memoria

Sin un lugar para vivir
Incómodo en tu propia piel»


«La ciudad de Nueva York que algunos veían como ruinosa y llena de basura, era considerada por Gordon Matta-Clark como una rica fuente de materiales a partir de la cual se podía producir arte. La propia ciudad era su paleta. Él se dedicaba a abrir agujeros que dejaban su piel y sus huesos a la vista. Su aproximación era la de un arqueólogo urbano que explora las capas y estratos de vidas previas desarrolladas en edificios ahora abandonados. Poca gente pudo ver el trabajo de Matta-Clark porque las galerías estaban enfocadas al trabajo tradicional que podían vender y casi nadie quería ir de visita a edificios abandonados del Bronx, el distrito más peligroso de Nueva York.


El enérgico idealismo que se encuentra presente en buena parte del arte del período se extendió al genuino deseo de esos artistas por ayudar a mejorar y restaurar la ciudad de Nueva York. Robert Morris, Robert Rauschenberg, Alanna Heiss y Gordon propusieron cada uno formas diferentes de llevar el arte a las comunidades más olvidadas mediante la instalación de centros de arte, exposiciones o proyectos. Gordon estaba interesado en los jardines comunitarios, una idea que había germinado durante sus días como universitario. Para eso propuso la idea de los jardines “relámpago”, según la cual los artistas y paisajistas debían reunirse por la noche en un solar vacío y trabajar hasta la salida del sol, de manera que cuando los vecinos se despertasen, encontrasen un hermoso jardín nuevo donde antes sólo había basura y desechos. Él y su amigo Robert Smithson discutían también la idea de los jardines móviles plantados sobre las barcazas del río, que podían ser desplazados flotando a diferentes vecindarios alrededor de la isla de Manhattan.


…También exploró la idea de una casa canasta en una serie de bosquejos, que no era otra cosa que un dispositivo que se podía cargar en la espalda, tal como los caracoles llevan consigo su casa. A Gordon le gustaba esta idea porque los alquileres eran muy caros para cualquiera que dependiese del dinero proveniente de becas y de las escasas ventas de arte…


…En 1973, en un esfuerzo por llamar la atención ante las difíciles circunstancias que debían enfrentar los sin techo, Gordon creó Dumpster Duplex, una casa hecha a partir de un enorme cubo de basura…


En 1971, Gordon abrió el Restaurante Food junto con la bailarina Carol Godden. En poco tiempo, el local se transformó en parte integral de la escena artística de Soho. Los artistas no sólo acudían a hacer vida social sino que además podían trabajar cocinando o limpiando, con lo que conseguían el dinero para llevar a cabo una exposición o una performance…


…Al igual que su padre, Gordon creía que todos podían y debían hacer arte. Quedó totalmente encantado cuando surgió el movimiento de los grafiti en el gueto y lo consideró como una suerte de revolución artística del proletariado. Se dedicó entonces a fotografiar esos grafitis sobre los trenes para luego imprimirlos como estampas fotográficas de 4,8 metros de longitud coloreadas a mano.


En su proyecto Splitting Gordon empleó una sierra para partir por la mitad una casa familiar de dos pisos, algo que reflejaba aquello que ocurre cuando una mitad de la comunidad resulta separada de la otra.

…Al entrar y ver esta casa, las personas también eran separadas de la comodidad, de la seguridad y del anonimato que reina en los museos y galerías. Matta-Clark sacó el arte del pedestal en el que lo colocaba el espacio institucional para traer al espectador dentro del trabajo artístico, de tal modo que ya no era cosa de pararse frente a la obra sino que había que desplazarse en o con ella. A medida que el público se movía, su perspectiva se veía modificada constantemente, ofreciendo múltiples puntos de vista en el tiempo y el espacio. En otras palabras, la participación de la audiencia era requerida para activar la obra, lo que significaba alterar la responsabilidad del espectador. Dentro de una escultura de Matta-Clark, los visitantes se encontraban en una situación que los llevaba a cuestionar todo lo que una casa representa. Para empezar, esta casa no ofrecía protección de ningún tipo; era realmente perturbadora. Me di cuenta de que los espectadores que se desplazaban al lugar de la obra de Gordon o a otras obras site-specific, eran más sensibles o, por decirlo de algún modo, más receptivos al arte planteado de un modo novedoso…


Day’s End fue un proyecto que se llevó a cabo en uno de los depósitos abandonados en los muelles de la ciudad. Hacía años que la mayor parte de la industria de transporte marítimo de Manhattan había dejado la isla para trasladarse a Nueva Jersey, a la orilla opuesta del río Hudson. Por esta razón, en el Lado Oeste de la ciudad quedaron abandonadas una serie de estructuras industriales en progresivo estado de deterioro. Gordon decidió que, con algo de trabajo, una de ellas podía convertirse en el lugar perfecto para un parque público. Durante el verano de 1975, por espacio de tres meses Gordon trabajó para hacer una disección en uno de los lados del galpón con la forma de una gran vela. En el ala que daba al oeste, cortó una enorme media luna. Cada tarde, cuando el sol se ponía sobre la ciudad, los rayos atravesaban la abertura hecha por Gordon e iluminaban por un momento el oscuro interior de ese galpón. Su parque se transformó así en una hermosa sinfonía de luz, aire y agua reflejados en todo ese espacio. Por desgracia, los burócratas del gobierno no fueron capaces de apreciar ese regalo hecho a la ciudad y sólo vieron un acto de vandalismo que los llevó a emitir una orden inmediata de arresto. Gordon se vio obligado a huir a Europa…


A través de una organización llamada “Sweat Equity”† consiguió comprar un edificio en la parte baja en el lado este de Nueva York por quinientos dólares. El edificio se encontraba en un estado lamentable y Gordon quería hacer unos cortes para ver si reunía algún dinero. Para ello organizó a un grupo de artistas como Richard Nonas, Jene Highstein y Gerry Hovagimyan, de modo que lo ayudasen a enseñar la construcción a los chicos del barrio. Se trataba de niños que habían abandonado el colegio para deambular por las calles, en las que conseguían drogas y no paraban de meterse en líos. La idea de Gordon consistía en darles clases de construcción a ese grupo de muchachos empleando para ello el edificio que acababa de comprar y que luego pasaría a pertenecer a los propios chicos. A continuación les ayudaría a vender el edificio para invertir en la reconstrucción de otro inmueble. Se trataba de la continuación de una idea que había tenido varios años antes, junto a Robert Morris y Bob Rauschenberg, y que suponía la transmisión de lo que ellos mismos habían aprendido colectivamente como artistas en Soho. Gordon Matta-Clark murió en agosto de 1978, víctima de un cáncer de páncreas, dejando el proyecto sin acabar.


Durante los años 80… ante los nuevos mercados surgidos en Europa y en los EEUU, el mundo del arte se convirtió en algo de orientación mercantil, el propio arte se volvió una actividad más comercial y menos idealista y la vida democrática en comunidad pasó definitivamente a convertirse en algo del pasado…»

¿No os resultan familiares y cercanos estos conceptos?.

Las fotos de Matta Clark las he sacado de Artnet y de la galería David Zwirner.

enero 17th, 2008

Microclima para la ciudad y para el agua


Sigue llegándome información de interesante propuestas para desarrollar en espacios públicos y no puedo resistirme a contarlas. Espero que a los que me leéis os interesen algo, porque últimamente me estoy repitiendo mucho con el tema. La semana que viene prometo más decoración, a ver si soy capaz de controlarme.


Hoy he sucumbido a los encantos de una artista Australiana llamada Kirsten Bradley. En su blog, The June Box, cuenta que en junio del 2007 impartió, en colaboración con el colectivo Cicada, un taller llamado Microclimates, desarrollado en el marco del Taranaki Arts Festival de Nueva Zelanda.


El taller, en su parte práctica, consistía en la creación de pequeños microclimas, es decir diminutos jardines compuestos de plantas, musgo, semillas, objetos encontrados, led y mucha imaginación.


En dicho taller, no sólo se trataba de desarrollar la imaginación en composiciones verdes, cual entretenido curso de ikebana, también se habló de arte efímero, de relación con los espacios públicos, del diálogo permanente del artista con los habitantes y de las distintas posibilidades de recuperación de dichos espacios.


Como acto final, cada uno de los artistas-jardineros se echó a la calle con su creación y la colocó en el escenario que consideró más apropiado..


Así, como por arte de magia, recónditos lugares de la ciudad, se vieron adornados con estas delicadas miniaturas vegetales, con capacidad para vivir por si mismas durante un tiempo.


La noche de la clausura del taller, todos los interesados, pudieron asistir a un recorrido guiado por la ciudad, visitando los microclimas, que fueron iluminados con led. Espero que luego los quitaran, porque naturaleza y pilas abandonadas no casan nada bien.






Me ha gustado la iniciativa, hablar de arte urbano, utilización de los espacios públicos, intervenciones efímeras, mientras se elaboran estas miniaturas es de lo más original. Además algunos de los pequeños jardines son muy ingeniosos y delicados.


Como también pequeños y muy delicados son los microclimas que he descubierto en 13utterfish, un blog que recomiendo.


En este caso son microclimas acuáticos, es decir acuarios vegetales que José Vicente Ruiz ha creado con un gusto exquisito.


En su ¿blog? AquaVerde, nos muestra sus trabajos, que además de ser de gran belleza están muy bien fotografiados.


Yo no tenía idea de que hubiera acuarios, donde los peces no fueran lo más importante y me he llevado una agradable sorpresa, vamos que los típicos de peces no me gustan nada y estos me encantan.


Los compone de todos los tamaños y para todos los gustos desde los dos litros hasta los 900 y con una gran variedad de plantas de las que nunca oí hablar. En un recipiente de 60 litros ha llegado a criar hasta 26 especies. También viven peces, aunque no parecen lo más importante de la composición.


Es tanto y tan interesante lo que cuenta el autor que no quiero enrollarme demasiado y os invito a que le echéis un vistazo. Las fotos son una gozada, con esos maravillosos verdes y rojizos flotando en el agua clara.


Además, el autor muestra la obra de otros artistas, holandeses, japoneses y brasileños sobre todo, además de comentar los concursos internacionales a los que asiste, algunos trucos de fotografía y curiosidades varias.


Todo un mundo hasta hoy desconocido para mí, y que me parece tan interesante y estético que me dan ganas de ponerme manos a la obra para crearme uno propio. Si no fuera porque tiene pinta de requerir mucha dedicación y conocimientos.


Me quedo con el nombre de Amano un artista japonés que realiza obras de gran belleza y que es uno de los referentes en este tema. Alucinante.





enero 16th, 2008

Arbol en el que anida la luz


Hoy no voy a escribir mucho, entre otras cosas porque no tengo gran cosa que contar, he visto estas fotos y me han cautivado así que ahí os las dejo.


El autor se llama Simon Husslein y la instalación de luz, Nest One. Naturaleza y tecnología unidos para conformar un fantástico amanecer artificial que se pudo disfrutar el pasado año en Espace Chateau Des, una «comunidad de creatividad» situada en la región de Borgoña Francia.

El otro día un cielo artificial, hoy, un amanecer eléctrico. ¿Que está pasando?.

Lo he visto en Today and tomorrow.



enero 15th, 2008

Cielo azul por arte de la publicidad


Un día dije por aquí que estaría eternamente agradecida a las empresas que comprara espacios publicitarios y los llenaran de cosas bonitas, sin marcas, sin logotipos, sin mensajes, simplemente algo para disfrutar, altruistamente.


Pues no os hagáis ilusiones, aún no ha pasado ni creo que pase en mucho tiempo. Pero los artista, que son los que suelen ir más adelantados en proyectos innovadores, ya se han dado cuenta de las posibilidades que brindan los soportes publicitarios como medio de expresión de un arte reivindicativo muy cercano a una juventud desencantada.


Ya hablé del artista Helmut Smith, un holandés que se dedicó a plantar arboles delante de las antiestéticos soportes publicitarios. Esta vez ha debido pensar, si no puedo con el enemigo era mejor que me alíe con él. Así que se ha valido de una gran valla publicitaria para enseñarnos lo que es un cielo verdaderamente azul, sin contaminación, sin nubes, sin aviones… lo que se dice un azul inmaculado.


Y no se trata de un degradado de color hecho por ordenador, ni una pintura, es una auténtica fotografía de un cielo rotado 180 grados, que ha sido situada en medio del OdaPark de Venray, y que pertenece a la exposición Rock My Religion.


Hasta el 27 de enero todos, los que pasen por allí podrán disfrutar de este ejemplar cielo por gentileza de Helmut.

Debe ser divertido sentarse delante de un soporte como este a contemplar el cielo, pero también da cierta grima, ¿y si dentro de poco, esta es la única manera que tenemos de verlo?, no lo quiero ni pensar.


Este artista al que le gusta intervenir los espacios urbanos, es el autor de otra curiosa iniciativa relacionada como el cielo azul. En el 2002 añadió una nube de helio, a los soleados días de verano, hasta que las autoridades se lo prohibieron, por cuestiones relacionadas con el tráfico aéreo.


Curiosa es también la Paddling Pool Fountain, una especie de fuente pública pero con la estética y el colorido de las piscinas hinchables de los niños.

Otra serie, llamada Territories, ha secuestrado al puma de la marca Puma, al cocodrilo de Lacoste y a otros animales de la fauna empresarial y los ha soltado en medio de la naturaleza. Seguro que ahí no sobreviven por mucho tiempo.


Además en su Parking for white cars only, las mejores plazas están reservadas sólo para coches de color blanco.

Tiene más intervenciones interesantes y divertidas, mejor mirar en su página, dónde también podréis conocer sus esculturas y sus divertidos objetos que merecen una referencia especial, que guardo para otro día.


Ojalá el cielo siga siendo azul por mucho tiempo para que no tengamos que disfrutarlo, por gentileza de la publicidad.

Lo he visto en Guerrilla Innovation.

diciembre 31st, 2007

Creativo 2008


Como los milagros no están a la orden del día, ya lo dijo Nathan Coley, espero que por lo menos la creatividad no nos falte en el 2008.

Es la mejor manera que se me ocurre de afrontar lo que sea que nos depare el futuro. Hay otras maneras de hacerlo, con optimismo, con resignación, con alegría, con confianza, con calma, con tranquilidad… pero la creatividad… esa que no falte, por favor.

Así pues eso es lo que os deseo, una buena dosis de creatividad y muchas posibilidades para usarla.

Hasta el año 2008, que ojalá será, algo más ecológico, algo más verde, algo más húmedo, algo más limpio, algo más artístico, algo más social, algo más loco, con más comida casera, más cosas bonitas, mas amigos y mejor sexo.

Los menos, que cada uno ponga los que prefiera.

Y si esto sucede… los milagros… ¿quién los necesita?.

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