septiembre 24th, 2018

Ikebana a gran escala

Paseo con frecuencia por el mundo Ikebana sobre todo cuando estoy hasta las narices del asfalto y no puedo moverme. Mirar imágenes de flores en extraordinarias composiciones, me ayuda a acercarme a la naturaleza en formato reducido, por no hablar del placer visual y la relajación que me proporcionan, debe ser que la armonía con la naturaleza, me llega a través de las imágenes.

En el orden práctico, mirar tan frágiles equilibrios, me inspira a arriesgarme con formas mas audaces y ligeras para mis piezas FEEAS.

En realidad hasta la fecha, nunca he practicado el arte de «dar vida a las flores» que es lo que significa la palabra Ikebana, pero seguro que cuando lo haga, me resultará la mar de terapéutico. La imperfección, el valor de lo efímero y la intención de buscar cierto equilibrio en los contextos mas inhóspitos, dan bastante sentido a mi vida. Aunque a lo más que he llegado en este curativo arte, es a meter algunas hojas en recipientes con agua o a pararme a mirar lo bien que compone la flor mustia que el viento arrastró, con el empedrado de la calle, en fin, nada que ver.

Los japoneses de toda condición, encuentran tanto bienestar con los arreglos florales que los incluyen en sus quehaceres diarios. Además de su evidente propósito estético, y su interés por llevar algo natural al entorno domestico, también lo utilizan como método de meditación, ya que les hace estar mas receptivos al paso del tiempo a los cambios estacionales y a los ciclos de la vida.

Mas o menos, todos sabemos lo que es el Ikebana, si no, internet es una gran fuente de conocimiento sobre el tema. Por aportar algo, dejo aquí un haiku del poeta Bashō Matsuo que define el sentimiento que se puede llegar a sentir por una simple flor:  “Camino de montaña / Una sorpresa emotiva / Pequeña violeta”, palabras sencillas y recursos estilísticos escasos, algo así entiendo que debe ser la esencia del mas auténtico y ancestral arte de dar vida a las flores.

Esta actividad, que se remonta la sXV, ademas de ser una práctica de lo mas popular, ha servido de soporte artístico para grandes creadores, que la han hecho trascender del ámbito de lo cotidiano, para dar forma a piezas de gran valor artístico y también económico.

Por supuesto, no sólo se usan flores en las composiciones de Ikebana, también hay lugar para todo tipo de elementos naturales, que suelen ser expuestos en maravillosos recipientes fabricados por otros maestros artesanos igualmente cotizados. Con todos ellos se consiguen piezas complejas con arriesgadas formas, muchas veces de enormes dimensiones y equilibrios casi mágicos, pero siempre conservando la esencia de la simplicidad.

Hoy voy a centrarme en el trabajo de Tetsunori Kawana un artista que ademas de ejercitar sus habilidades con las mas tradicionales composiciones vegetales a pequeña escala, se dedica a dar vida a grandes piezas, en las que supera los imites y trasciende las reglas del Ikebana, creando un estilo propio, muy conectado al medio ambiente, y usando ademas de las tradicionales flores, otro tipo de materiales naturales, como grandes ramas, secas o en flor, troncos de manera y sobre todo el bambú, con el que consigue formas orgánicas inesperadas que mutan y se descomponen hasta desaparecer.

Cuenta el autor: «En mi trabajo utilizo bambú verde recién cortado. Debo respetar este bambú; tiene vida, energía y belleza propia. No puedo controlarlo al cien por cien. Debo comunicarme con el bambú para que funcione con éxito. Debo extraer la energía y la belleza del bambú y darle nueva vida a mi creación, una especie de «reencarnación» del bambú».

Kawana piensa que que la vida y la belleza son transitorias y, por lo tanto, sus instalaciones de Ikebana también deben serlo «sólo para el momento y el lugar». Eso hace que su trabajo deba apreciarse cuando se crea ya que os materiales naturales que usa, con el paso del tiempo se transforman.

Así pues, de su trabajo al final sólo queda el recuerdo en la memoria del que lo vio y por supuesto la documentación fotográfica que se tomó.

 

Poco mas que decir sobre este tema, mejor mirar, aprender, y recordar que «debemos atesorar cada momento que compartimos con la naturaleza porque no volverá».

 

He llegado a este autor dando paseos virtuales por lo japonés y las fotos las he sacado de google.

 

 

 

 

julio 21st, 2013

Viviendo en la publicidad

Muchas veces ha hablado aquí de un tema que me preocupa sobremanera, la ocupación del espacio público por parte de las marcas comerciales, bueno, últimamente vivo más horrorizada, aún mas si cabe, por la ocupación que hace la hostelería de las calles y plazas del centro de Madrid,  llegando a desplazar con sus mesas, sus plantas artificiales y sus tremendas estructuras de plástico, a los peatones que nos vemos lanzados a la calzada sin ningún miramiento, al habernos dejado sin espacio natural para transitar y sin lugar para el ocio, si no viene acompañado de consumo.

 

Pero desde luego, el tema de la publicidad invasiva me sigue tocando la moral, y estos días, vuelvo a relamerme, gracias a capacidad que tienen algunos artistas de subvertir la realidad que nos rodea y hacer de ella otra mucho más interesante, benditos artistas…

 

 

Esta vez la alegría visual me la da Karl Philips que ha ideado unas casas tomando como punto de partida las vallas remolque. Gracias a dios aquí no son muy usadas, pero que en otros países se han convertido en una manera habitual de hacer publicidad, supongo que al no tener asignado un espacio fijo, no tendrán que pagar tantas tasas de ocupación.

 

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mayo 31st, 2012

Arte en formato publicitario

Hoy de manera muy rápida, estoy de viaje por algún tiempo, os quiero dejar el Billboard Project de Zoe Strauss, que me gusta sobre todo porque ha sido capaz de apropiarse de los espacios publicitarios para llevar a cabo una acción artística que puede gustar más o menos, pero que tiene el valor de invertir los procesos normales de ocupación del espacio público ya que esta vez es el arte el que deja sin espacio a las marcas, y eso siempre es interesante…

Este proyecto se basa en imágenes que Strauss, tomó durante 10 años, impresas a tamaño gigante y expuestas en 54 vallas diferentes, de decenas de barrios de Filadelfia.

Las imágenes se exhiben sin texto informativo, sin marca o logotipos, neutralizando de forma eficaz 53 espacios disponibles para publicidad comercial.

Hay fotos hechas en Filadelfia, en Alaska o en Francia, ya que el proyecto no representa un único lugar o periodo de tiempo y es una interpretación libre de la Odisea de Homero y su viaje de 10 años.

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diciembre 19th, 2011

Girando sobre un soporte publicitario

Siguiendo con el tema de los soportes publicitarios, hoy quería dejaros una poética intervención llevada a cabo por el colectivo de arte checo  Vojtěch Fröhlich y Vladimír Turner.

Estos artistas ha llevado a cabo una performance de guerrilla Merry-Go-Round, en la que han intervenido un soporte publicitario, convirtiéndolo en un improvisado tiovivo en el que se mantuvieron girando durante 20 minutos sin que la policía los detuviera.

Intervención muy sencilla de planteamiento, aunque peligrosa de ejecutar, en la que trepando por las escalerillas de mantenimiento de un gigantesco soporte publicitario giratorio, ayudados de un básico equipo de escalada, consiguieron instalar unos precarios columpios a los que se subieron y en los que dieron vueltas durante 20 minutos, consiguiendo así convertir un elemento inútil  para los ciudadanos, en una atracción de feria improvisada mucho más de acuerdo con el uso lúdico que se debería hacerse de muchos espacios públicos, ahora convertidos en no lugares, diseñados para consumir publicidad sin control.

Esta pieza me ha traído a la cabeza otras en las que se utilizan de manera ilegal, objetos inútiles colocados en el espacio público, e igualmente inspiradas, que ya publiqué en el Ático hace tiempo, casualmente, también tienen que ver con el balanceo…


Un trabajo interesante y muy en la línea del anterior, aunque más sofisticado fue, The Unbearable Lightness of Being, llevado a cabo por Didier Fiuza Faustino del estudio Mésarchitectures. Este artista creó otro columpio, partiendo de un soporte publicitario, que vació de contenido, dejándolo reducido a un marco, del que colgaban los asientos desde los que la gente podía balancearse a gran altura.

La intervención de guerrilla Playful Spaces del artista Bruno Taylor convirtió las marquesinas de autobús en un espacio para columpiarse mientras se espera el autobús.

Algo similar hizo la artista Caroline Woolard que proponía pasar los trayectos del metro balanceándose en un columpio portátil.

Y por último la maravillosa Carousel Slide Swing, creada por la artista Kamila Szejnoch con la intención de  cambiar es uso de algunos monumentos construidos por el gobierno comunista, tras la Segunda Guerra Mundial, en Varsovia.

Bueno aquí van algunas ideas de utilización alternativa del espacio público al margen de las que nos proponen los ayuntamientos estas fechas  y que pasan por consumir en cutremercadillos y en eventos patrocinados por marcas comerciales.

diciembre 16th, 2011

Soportes publicitarios como instalaciones luminosas


Entre tantas luces navideñas que me deslumbran con su fastuosidad y gasto de electricidad no deja de alegrarme topar con las intervenciones antipublicidad que el artista urbano Neko deja semana tras semana en las calles del centro de Madrid.

Son intervenciones que reflexionan sobre el exceso de los soportes publicitarios, colocados en un espacio público que es de todos sin tener en cuenta la comodidad de los peatones, obedeciendo sólo a los dictados de la visibilidad.

Por razones como esta, Neko emprendió hace tiempo, una cruzada personal en Madrid y otras grandes ciudades del mundo que ha culminado con una serie de intervenciones de guerrilla de luz y color en soportes publicitarios que me parecen de lo más inspiradoras.

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