marzo 23rd, 2008

Fachadas de hojas de papel


Me ha cautivado la obra Architecture+Paper+Drawing de la artista Karen Brumund, y lo siento, pero no se por qué.


Se trata de, intervenciones en fachadas bueno en dos fachadas para ser exactos, y no se caracterizan precisamente, por su delicadeza, ni por su armonía, ni por su simbolismo, ni por su poesía, ni por nada parecido.


Es más bien un caos de papeles fotocopiados y parcialmente pegados, en anodinos edificios, creo entender, intentando componer un dibujo, que tampoco acabo de captar, pero que me atrae a pesar del desorden.


Podría fantasear pensando que los papeles se despegarán y saldrán volando a sitios lejanos, dejando la evolución de su obra al azar de la climatología, qué poético sería, pero tampoco estoy tan segura de que me agrade que todo se llene de hojas impresas.


Total, que no sé por qué me gusta, pero me gusta. Si a alguien más le ocurre, a ver si me puede decir cual es su razón.


Mañana espero andar algo más fina.

marzo 14th, 2008

Verdes pastos para mínimos espacios (en Tokio)


A los japoneses en general les gusta la vegetación pero los habitantes de las ciudades no lo tienen fácil para disfrutar de ella. Mientras en New York el 12% del suelo de la ciudad se emplea como zona verde, en ciudades como Tokio, debido al escalofriante desarrollo constructivo, sólo se utiliza un insignificante 4%, con lo que es prácticamente imposible conseguir un metro cuadrado para plantar algo.


Pero como ingenio no les falta, se les han ocurrido soluciones innovadoras, como por ejemplo, aplicar todos sus conocimientos informáticos y científicos en construir una granja subterránea de más de 1000 m2.


Pues sí, como si fuera lo más normal del mundo, han creado un ecosistema completamente artificial, para que esta particular granja crezca frondosa, aun estando bajo tierra.


El invento se llama PasonaO2 y se define como una granja urbano orgánica mantenida con tecnología high tech. Está ubicada en uno de los distritos de negocios más importante de Tokio debajo de un edificio de oficinas, en el sótano de un banco.


Su propósito es que sirva como una especie de escuela para facilitar conocimientos agrícolas a los jóvenes que están teniendo problemas para encontrar empleo y también a las personas de mediana edad en busca de una segunda carrera. Sin tener para ello que salir del centro de la ciudad, vamos, de camino a casa después del trabajo o las clases.


Unos 100 aspirantes a agricultores ya han tomado un curso de capacitación agrícola en esta granja subterránea.


En un total de 6 salas, producen verduras, frutas, flores, hierbas aromáticas y también un campo de arroz en terrazas. En total hay además 15 plantas autóctonas del Japón procedentes de zonas suburbanas y que artificialmente son producidas en este centro.

En ausencia de luz solar, las plantas se mantienen con sofisticados sistemas de iluminación artificial. La temperatura de la habitación y la humedad es controlado por ordenador y la hortalizas verduras y frutas son ecológicas, se cultivan sin pesticidas.

Si no os lo creéis, sólo tenéis que mirar las fotos. No me quiero imaginar a cuánto saldrá un kilo de tomates subterráneos. Del sabor no dicen nada, dudo mucho que tenga un gusto como los que crecen al aire libre, pero bueno, como se trata de que practiquen labores del campo, tampoco es que esto importe mucho.


Pero no todas las plantas de Tokio están enterradas bajo tierra, menos mal, porque pese al poco espacio que se puede conseguir entre la maraña de edificios, los habitantes, como buenamente pueden, crean sus mini espacios con vegetación, en medio de una construcción urbana, que intentando aprovechar el espacio al máximo, no ha dejado muchos huecos para patios, terrazas y mucho menos, jardines públicos.


Así las cosas, no les ha quedado más remedio que buscarse la vida y plantar, textualmente, sus macetas en la calle. Y como en general son muy respetuosos con la propiedad privada, el vandalismo no se ensaña con ellas y se mantienen en el sitio asignado, sin ser destruidas ni robadas.


Esta especie de guerrilla floral es un movimiento que se va extendiendo, donde hay un pequeño hueco en el pavimento, una isleta en un cruce, una acera algo ancha, una valla, ahí surge un minijardín. Muchos son creados por los comercios de la zona, otros los propios vecinos de manera individual o compartiendo la responsabilidad de su cuidado.


Su construcción más usual es por acumulación de macetas o recipientes de lo más variopinto, cualquiera vale, para nada tienen que ser todos iguales. Además, para darle más sentido de jardín, algunos le añaden construcciones para pájaros e incluso gnomos de jardín.


Con sus plantas, naturales y en algunos casos artificiales intentan dar color al gris asfalto a las máquinas expendedoras, objetos abandonados, feas paredes, escaleras, material urbano, obras, sitios de paso y todo mínimo espacio libre, o no, en la vía pública.


A mí personalmente, me encanta este tipo de jardín-maceta sea grande, pequeño, con gnomo o sin él. Se adapta tan bien a los espacios, tienen un aspecto tan delicado y provisional… cada uno es único e inimitable porque se construye con los recursos que en ese momento se tienen, lo que le da un aire destartalado y desordenado que me agrada.


Tiene, además la capacidad de adaptarse a cualquier cambio, crecer o decrecer según convenga, se pueden reutilizar objetos inservible y ademas, seguro que une a los vecinos en las tareas de mantenimiento.


Si no fuera por lo cafres que somos por aquí, me iniciaba una acción de guerrilla, plantando un jardín de macetas en la Plaza de La Luna. Ya se que soy pesada con el tema, pero es que me parece tan horriblemente gris y triste y la tengo tan cerca de mi casa…


Además, el dichoso jardín vertical con dibujo de luna en cuarto creciente, ni crece ni reverdece. Si ya me lo imaginaba yo, sin saber nada de jardinería…, señores planificadores…, que en esa pared no da nunca el sol…


Lo he visto en Marukuwato y cómo no, en Pingmag. A ambos le he cogido prestadas las fotos.



marzo 12th, 2008

Objetos grabados en paredes abandonadas


Nesting Site el trabajo fotográfico de Gregor Graf es inquietante.


En una casa abandonada a punto de ser demolida, el artista deja la huella indeleble, de los muebles y objetos que pudieron acompañar a sus habitantes. Después saca una fotografía.


Con un cincel va dejando grabados en la pared, mesas, cama, estanterías, silla, televisión… en un entorno tan deteriorado, que en poco tiempo será destruido.


Primero han desaparecido los objetos, pronto desaparecerá el edificio, el artista estuvo allí para documentar esta fugacidad.


Otra de sus series de fotos, Hidden Town, nos muestra calles de Londres, Varsovia, o Linz desprovistas de vida, de anuncios, de señales viales. Al dejar a la vista arquitectura pura y dura, se produce un efecto de irrealidad y de desubicación cultural que sobrecoge.





Lo he visto en Pytr75.

marzo 10th, 2008

El poder de juzgar

Controversial Graffiti Report Card

Estamos cada vez más convencido de que nuestra opinión cuenta y es que nos lo dicen a todas horas, la tele, las instituciones, la web 2.0,las marcas, you tube… nosotros, nos lo tomamos a pecho y vamos encantados a ejercer ese derecho, por el que la mayoría de las veces acabamos pagamos un dineral.

De este modo, todos tan contentos, alguien recauda mucho dinero, otro se libera de la responsabilidad de una decisión polémica y nosotros nos lanzamos de cabeza al reclamo, por eso de «estar en nuestro derecho». De esta manera, aunque el resultado final se resienta, es lo de menos, lo importante es participar… y así están las cosas en este momento.

Graffiti Report Card in Action

Algunos miembros del colectivo artístico ya han sufrido en sus carnes esta «democrática» modalidad de evaluar lo que es bueno y lo que es malo, ahora les ha tocado a los artistas urbanos someterse al juicio del respetable.

Brandon Baunach de DesignCrack ha ideado un proyecto, que pretende facilitar la labor de todos los que deseen expresar su opinión, sobre la calidad artística de los graffiti y cualquier tipo de arte urbano que se encuentre en la vía pública.

Para ello, ha diseñado unas pegatinas con forma de flecha y que en formato pdf te puedes descargar de su página. En ellas hay que rellenar unos datos sobre la obra, localización, fecha… también expresar tu opinión y dejarla al lado de la obra.

Después, se hace una foto y se manda a la página de Flick Graffiti Report Card para así compartir la experiencia con los demás miembros del proyecto, que por ahora nos son muchos que digamos.

En este proyecto, flojo para mi gusto, veo algo de ese humor y crítica que los artista urbano saben bien como emplear. Además pretende ser interactivo, como las webs por donde este tipo de arte se mueve, pero con un método más tradicional como es el papel y el pegamento.

Este proyecto tiene sus antecedentes en otro de Drew Heffron llamado Graffiti Critique del que está prácticamente copiado.

grafcrit1.jpg

Espero que los artistas se tomen bien las criticas, que ellos utilizan constantemente en su trabajo. Personalmente eso de dejar pegatinas por las paredes no me hace ni pizca de gracia. Me imagino como quedaría Malasaña si a unos cuantos les diera por expresar su opinión a base de pegatinas, con lo saturados que están los muros…

Otra iniciativa con algo más de enjundia es el proyecto Yellow Arrow, en el que cada participante sale a la calle con flechas de papel amarillo.


Estas pegatinas, que compran en la web del proyecto, les sirven para marcar sus lugares, aquellos con alguna connotación especial, que les gustan, que les recuerdan a alguien, que les sugiere o que les hacen reír…

Cuando dejan las pegatinas, tienen que mandar un sms con la localización exacta de la flecha y lo que el sitio representa para ellos. Así, cada participante crea su propio mapa personal, con pensamientos, recorridos, gustos…


Al encontrar las pegatinas de otros, pueden recibir mensajes explicativos de lo que representa para quién la puso. Además puedes compartir tus espacios con el resto de la comunidad, mediante la web.

Es una buena manera de conocer itinerarios alternativos de gente que ha querido compartir sus gustos personales con los demás.


A este tipo de proyecto se le llama M.A.A.P (Massively Authored Artistic Publication) una especie de red social que va extendiéndose con la incorporación de gente de otros sitios del mundo. La información completa se puede encontrar en su web.

A mí, por pedir, me gustaría que hicieran algo parecido con la publicidad exterior un proyecto donde se pudiera opinar abiertamente sobre lo que gusta y lo que molesta. Pero habría que inventar algún método que no ensuciara aún más la ciudad.

marzo 8th, 2008

Jugando a las casitas, de cartón


Visto que no soy la única a la que le gustan las casitas de cartón para niños, quería compartir, el trabajo de graduación «El fin del mundo mirando al techo» realizado por Producciones Invisibles compuesto por Adrián Villa y Carolina Pinzón, dos estudiantes de la Facultad de Artes, para su trabajo de grado, en la Universidad Nacional de Bogotá.


Este grupo intervino un apartamento de 30 metros en el centro de Bogotá reorganizando los espacios interiores para adaptarlos a las necesidades de las dos personas que iban a habitar en él.


Para ello, utilizaron cajas de cartón que compraron a una empresa de reciclaje de cartón. No estaba entre sus intenciones salvar el planeta mediante el reciclaje sino replantearse el uso de objetos que existían entre ellos sin entrar en si era basura o no.


Eligieron los cartones que más les interesaron y los transportaron a la casa, en total 9 bultos, con los que empezar a reorganizar el espacio interior. Uno de los trabajos más interesantes que tuvieron que hacer fue el de clasificar los cartones, entre los que venían de regalo todo tipo de documentos en papel, cartas de amor, apuntes, dibujos facturas…


A medida que los dos estudiantes iban levantado las paredes de cartón se iban quedando más atrapados en el interior del espacio, ese que había sido diseñado por y para ellos.


El resultado es un extraño habitáculo de cartón compartimentado, dentro de un apartamento a cuyo interior se accede por medio de pequeñas puertas y túneles. Una especie de casita de muñecas para mayores que no quieren crecer, hecho con un patchwork de cartones de los que se utilizan para embalar todas esas cosas que compramos para decorar nuestra vida.


Me parece un sitio ideal para quedarse en un día de reflexión como hoy.


Lo he visto en The June Fox y las fotos las he sacado de Flickr. Toda la documentación sobre este trabajo lo podéis encontrar en su blog.


Ahora me voy corriendo que me dicen que tengo que celebrar que hoy es mi día, el de la mujer, ¿será que el resto de los días no nos corresponde protagonismo ninguno?. En fin, aun nos queda mucho por avanzar, pero eso es otra historia…


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