junio 18th, 2008

Casas que parecen esculturas

Herman Van Ingelgem, es un artista que crea instalaciones arquitectónicas y luego las fotografía.


Su serie Locations, es sorprendente, elige edificios solitarios y suburviales, de construcción moderna pero totalmente anodina, y les tapia puertas y ventanas, con lo que consigue un efecto de lo más surrealista.


Se podría decir que por el hecho de haber desaparecido todas la aperturas al exterior en estas construcciones, el autor ha conseguido que estas casas se hayan convertido en esculturas.


Así de simple y para mí, así de inquietante. Me estoy imaginando cosas horribles dentro de ellas. Qué miedo. Ya casi me asustaban antes de la intervención.


Después, ha fotografiado los resultados y vende cada obra por 550 euros.


Su instalación,
Home, Kunst & Zwalm es como una aparición en medio del campo, un edificio destruido, pasa a un primer plano, cuando se encienden los tubos de neón que el artista ha instalado en el casi inexistente esqueleto de la construcción. El contraste de la potente e industrial luz, con el fondo verde y la estructura herrumbrosa, produce un efecto teatral y siniestro.


Otra serie que me llama la atención es la Descripted spaces. Compuesta por mini construcciones sin terminar, como maquetas de una fase del proceso de edificación.


Todas las piezas de esta serie son de pequeño formato, por lo que podría decirse que representan detalles de patéticas casas de muñecas, a las que se hubiera paralizado la construcción. La crisis también afecta a los juguetes… perdón por el chiste fácil.


En el resto de sus instalaciones, elementos propios de la construcción, son domados y metidos en el espacio de una galería, esta vez a tamaño real. Me gusta sobre todo la pieza The visitor donde la distancia que se ha dejado del ventilador a la pared, se ha reducido tanto que el ventilador ha dejado un surco en la pared.


Bueno, es que así explicado no queda muy claro de lo que estoy hablando por eso como siempre os dejo las fotos.


Visto en Pytr75.






junio 16th, 2008

El increible artista menguante

Llevo tiempo queriendo escribir sobre uno de los artistas urbanos que más me interesa, que no son demasiados, todo hay que decirlo, él es Sam3. Que me gusta, lo sabe todo el que pare por aquí, aunque hasta ahora no había visto el momento de invitarlo a mi ático y pasar un rato con él.

Ha sido por pura timidez no por falta de ganas, pero es que me parecía tan ocupado, yendo de un blog a otro, siempre en los mejores y no sólo en los específicos de arte urbano… que tampoco veía la oportunidad de conversar sobre alguno de sus trabajos que no se hubiera tratado hasta la saciedad en la red.


Pero, parece que algo de lo que ha hecho últimamente ha pasado desapercibido en el radar de altos vuelos de la bloggosfera y a mí, que tengo un detector de corto alcance, me ha llamado la atención especialmente.

Se trata de unas pequeñas sombras, que claramente se reconocen como suyas y que ha recortado y pegado por las calles de Londres. No tengo ni idea de cuantas habrá dejado, pero seguro que han sido más de las que yo he encontrado.


Me ha alegrado verlas, porque estaba pensando que últimamente todos los artistas urbanos sufren un exceso de megalomanía que les hace confundir el tamaño con la calidad, generándose así exceso de obra de gran formato que no aporta nada al resultado artístico.

Pues en este panorama de street art king size, Sam3 me ha sorprendido gratamente, se ha recogido, hecho pequeñito y manejable, simplemente porque le ha apetecido, desde luego no por falta de espacio donde trabajar, ya que en este período ha tenido a sus disposición pedazo de muros londinenses.


Así, mientras fecundaba muros en el Cans Festival, invitado por el todopoderoso Banksy ¿he dicho alguna vez que este hombre me cansa con sus evidentes intentos de provocar? o daba su particular visión sobre los 60 años de ocupación de los territorios Palestinos, en compañía del que nunca me cansa, Blu, estaba también recortando sombras para dejarlas por la ciudad, un pequeño obsequio para paredes con menos categoría… (tengo que vigilar mis frases subordinadas, parece que no van a acaban nunca).


Le sigo la pista a través de su blog y me gusta que, además de reducir tamaños, Sam3 esté eliminando muchas otras cosas superfluas de su obra, quedándose con lo que de verdad le vale para contar sus historias, esas que hablan de personajes mitológicos, de seres grandes relacionándose con otros pequeños, de sexo, de soledad, de vida, de amor, de árboles, de mensajes publicitarios, de lo cotidiano, de política, de animales con raíces, de escaleras y zancos, de hombres con la cabeza en otra parte…


De este período, más sobrio y maduro, por supuesto me quedo con sus sombras, no podía ser menos siendo yo admiradora del trabajo de maestros como Rober Wilson, o Paul Chan y es que a mi entender, las sombras son la esencia de lo mínimo, de lo efímero, también de lo que desaparece cuando se va la luz, todo lo cual me atrae.

Me ha gustado encontrarme con él en las medianeras y solares abandonados de The Unconscious Art of Demolition, he admirado sus dibujos en los cristales de una fábrica abandonada de Bucarés, muy intensos todos ellos y no he podido evitar quedarme enganchada a su contemporáneo Mr. Hulot de Radiografía Urbana.


Ahora, a Sam se le han escapado esos los pequeños personajes que acompañaban a tus sombras gigantes, han decidido huir antes de que los destruyan, como a sus mayores y andan sueltos por la ciudad en busca de lugares donde pasar desapercibidos y evitar así ser exterminados; puro instinto de supervivencia.

Ojalá algunas de sus pequeñas sombras de papel se reproduzcan por Madrid, nos hace falta fauna de calidad en nuestra jungla de asfalto, ya que el servicio de limpieza del ayuntamiento sólo nos ha dejado una patética combinación de colores grises, al hacer desaparecer definitivamente su obra de los muros.


Recomiendo perderse un rato por su web y blog para disfrutar el resto de su obra, igualmente interesante, o más… no he hablado mucho de ella, porque está en todos lados.

Si encuentro más sombras recortadas, las iré añadiendo.

junio 3rd, 2008

Entornos cosidos con luz


Para descansar un poco de las densas entradas que estoy escribiendo últimamente, os presento un trabajo de gran simplicidad y bello resultado. Así, sin más.


Fibra óptica, luz eléctrica y un entorno cuidadosamente elegido, es lo que puedo apreciar en la obra del artistas italiano Carlo Bernardini. Es simple, ligera nada monumental ni pretenciosa. Y no es que su trabajo carezca de un significado más profundo, pero yo no lo he querido buscar. Para el que lo quiera, aquí podéis leer los escritos del autor a propósito de su obra.


Aunque también ha creado esculturas sólidas con tubo de acero y luz, a mí, su obra que mas me gusta, es la que está realizada únicamente con fibra óptica, esa que da la sensación que al desconectar la luz, desaparecerá sin dejar rastro, conservando los espacios en los que se exhibe en el mismo estado en que se los encontró.

Me gusta esa manera juguetona que tiene el artista de utilizar la luz, conduciéndola a su antojo para hacerla rebotar en las paredes o en los pequeños objetos que encuentra a su paso, consiguiendo así dibujos lineales de complejas figuras geométricas perfiladas con luz.


Estas piezas suelen estar integradas en bellos edificios italianos, en espacios industriales y también en inspiradores paisajes y es reseñable cómo de una manera sutil y elegante, consigue este hombre coser su obra al entorno, sin quitarle un ápice de protagonismo, muy al contrario yo diría que realzándolo.


Eso sí, para apreciar los resultados en toda su magnitud, hay que esperar a que se ponga el sol y caigan las tinieblas.


Pues poco más, sólo que lo he visto en Infostuka.
















mayo 27th, 2008

La muerte se instaló en las calles de Nápoles


Varias circunstancias se han dado para que cambie el post que iba a escribir hoy sobre algo que me he traído de Copenghague y decida hacerlo sobre Ernest Pignon-Ernest un particular artistas urbano que compone su obra con técnica al más puro estilo clásico pero que remata con mensajes reivindicativos de actualidad que, creo, no dejan impasibles a los que se topan con ella.

He dado con él a través de A desgana justo después de leer los post sobre La ética de la muerte en los que Paul M. de Inicios nos hace participes de sus dudas sobre si deben o no ser mostradas imágenes explicitan sobre la muerte.


Le comentaba yo, que me parece que llaman mucho más la atención las escenas de muerte, sacadas de su contexto habitual en los medios de comunicación, de ahí lo efectivo que resulta que esas imágenes lleguen por conductos relacionados con el arte. La publicidad, en ocasiones, también ha tratado de enfrentarnos con ese mismo tipo de escenas, pero como sus fines son mucho más perversos no merecen ser tenidos en cuenta aquí.

Hace tiempo, publicamos en Flylosophy un artículo, Art not war sobre el arte y la guerra, con ejemplos de cómo el artista tiene el poder de ponernos, de una bofetada visual, en la órbita de la realidad del momento, el artículo es del 2005, dios ¡cómo pasa el tiempo! la información ahora resulta algo obsoleta pero bueno, son trabajos que en su momento verdaderamente nos impactaron y a mí, aún pasado el tiempo, lo siguen haciendo.


Bueno, pues a lo que iba, que me he encontrado en A desgana con la obra de Ernest Pignon-Ernest y he pensado… un ejemplo buenísimo, que me viene al pelo para tratar de dar significado a mis tribulaciones de hoy…

Porque en mucha de la obra de este artista, justo la que a mí mas me ha interesado, la muerte es protagonista. Una muerte que saca a las calles y que muestra sin pudor, que no es un documento fotográfico sino arte urbano, del que te encuentras cuando vas a la compra y que está condenado a desaparecer. En este caso, viene envuelto en una elaborada técnica de carboncillo cuya apariencia de arte clásico no le quita ni un ápice de dramatismo y actualidad.


Cuando he visto su trabajo en la ciudad de Nápoles que desarrolló de 1988 al 1995, tampoco es que sea muy actual que se diga, me ha dado un vuelco el corazón, del primer vistazo he creído ver cómo las obras de José de Ribera (El Españoleto) han salido a las calles de su ciudad. Por si no os lo había dicho, cuando tengo que nombrar a de mis pintores preferidos, él siempre está en mis pensamientos.

Pero no es Ribera sino Caravaggio el inspirador de su trabajo, por lo que he leído, pero a mí me parece que alguno de sus martirios ha debido ver. En cualquier caso, en el artículo aparecido en la revista sepiensa.net nos hablan del significado de esta serie de trabajos del autor. Sin que sirva de precedente os animo a que lo leáis, pues contiene algunas reflexiones sobre arte urbano en general.


Yo, a golpe de vista, me quedo con que, es una obra que me conmueve, inevitable tratándose de la muerte, aunque también ayuda que haya sido realizada con bastante perfección técnica y que se emplee un lenguaje artístico de hace 400 años que en mi opinión resulta igualmente eficaz y conmovedor a día de hoy, sin importar que se hable de sida o de cualquier otro tema que nos queramos imaginar.

Otra cosa que me parece importante en esta obra, es que tiene todo en sentido del mundo haberla dejado en las calles de la maravillosa y actualmente inmunda, Nápoles, una ciudad donde es inevitable pensar en la muerte, en el caos, en la suciedad en los mitos y en esa especie de belleza decadente que impregna todo y da color a sus muros. En otro lugar no hubiera sido lo mismo.


Es muy interesante que Ernest realice su trabajo pensando en el contexto en el que va a ser visto, no siempre ocurre, muchos artistas urbanos realizan el mismo tipo de trabajos en cualquier parte del mundo, ¿será porque ahora casi todo se conoce por internet y así el entorno deja de tener importancia?. En el caso de la relación del artista con Nápoles se intuye una total familiaridad y armonía.

El resto de su obra, es interesante también, aunque no tanto para mí, dado que su temática me parece más evidente. En cuanto a la perfección de su técnica pictórica, pues lo que digo siempre, aunque no se puede apreciar bien es su web, creo que me gusta por estar en la calle, en una galería seguramente tendría criterios mucho más exigente, ¿será por eso que no me hace gracia que el arte urbano ande metiéndose en los espacios cerrados?…


Se puede ver más obra, que no aparece en la web, en este vídeo tan efectista.

mayo 19th, 2008

Interactuando con el arte urbano


El artista sudafricano Robin Rhode tiene un interesante trabajo que combina, el más puro estilo urbano, con la fotografía.


Sí, porque su particular trabajo, consiste en dibujar con tiza en la calle y después interactuar personalmente con la obra, en una especie de performance, documentada en fotografías, que en algunos casos exhibe en galerías.


Por ejemplo, si dibuja la silueta de una bicicleta, se fotografía como si se estuviera montando en ella. Si plasma una cancha de baloncesto, juega en ella fotograma a fotograma. Así en todos los casos.


Su obra está muy relacionada con temas tan urbanos como el hip hop, el breakdance, o los deportes. También, según parece, hay en su obra gran carga de crítica social, a simple vista, yo no la he apreciado mucho.


Yo no soy partidaria de informarme demasiado del significado de las obras de arte que veo en la calle, porque digo yo que por eso las han puesto ahí, para que se entiendan por sí mismas, pero si alguien está interesado en saber más cosas sobre el trasfondo más profundo de la obra de Robin, en Rebel:art nos dan todo lujo de explicaciones para su buen entender.


Yo me quedo con las imágenes, que son las que os dejo por aquí y que me hablan de un trabajo ocurrente y con grandes dosis de humor, pero que necesita de un apoyo fotográfico para revelar su verdadero valor artístico.


Lo he visto en Rebel:art de donde he cogido prestadas algunas fotos, la mayoría son de la galería Perry Rubenstein. Os recomiendo echar un vistazo al vídeo.





This work is licensed under GPL - 2009 | Powered by Wordpress using the theme aav1