Quiero dejaros por aquí un inspirador proyecto que habla en tono poético de los recuerdos y añoranzas personales de una artista.
Es interesante en este caso y sin que sirva de precedente, conocer un poco la historia que impulsó a la artista a llevarla a cabo.
Según cuenta Paula Rebsom, If We Lived Here, está inspirada en su historia familiar y se remonta a más de 30 años, cuando su madre estaba embarazada de ella, un duro invierno se vieron obligados a dejar la granja de Dakota del Norte en la que los abuelos habían permanecido durante 50 años.
Después de que sus padres se fueran a la cercana ciudad de Dickinson, la tierra fue arrendada a los vecinos y la casa se alquiló a una pareja que dejó la casa tan destrozada que ya no era segura para la ocupación humana.
Fue entonces cuando las golondrinas, conejos, mapaches y ratones comenzaron a establecerse en un nuevo hogar y llegando un punto en que la construcción se degradó tanto que ningún humano pudo volver a pisar el interior de la casa, con lo que el paso de los años convirtió el hogar familiar en un perfecto refugio para la fauna y flora autóctona del lugar.
En febrero del 2009, la abuela de Paula dio a los padres un poder sobre la propiedad, pero las autoridades les obligaron a quemar la casa, el granero y el gallinero, para evitar problemas de responsabilidad legal. Lo que no se quemó fue sepultado, y todo lo que queda como evidencia de la granja son dos pequeños graneros.
En septiembre de 2009 la artista volvió al terreno donde estaba el desaparecido hogar de sus antepasado, portando una especie de display diseñado a la imagen de la antigua casa pero en formato plano, de 16 pies de alto por 40 pies de ancho, tenía la intención de colocarla sobre la colina desde donde fue la casa original.
Utilizado la última imagen tomada de la casa antes de que fuera quemada para la parte delantera de la estructura, en la parte posterior fijó 20 casas de pájaros y la frase » If we lived here, I’d be home by now».
Según cuenta la propia artista, en su forma más simple, la instalación fue construida para dar cobijo a las aves que fueron desplazadas cuando la casa fue destruida. y en su forma más compleja, es un lugar tranquilo e inquietante, recordatorio fantasmal de lo que fue, lo que ya no es, y lo que nunca podrá ser.
La obra, abarca recuerdos más allá de sus años de comprensión y al mismo tiempo proporciona una nueva y esperanzadora presencia en el paisaje rural.
Para complementar la pieza, la artista utilizó una cámara de vigilancia, alimentada por energía solar, gracias a la cual se podía observar en tiempo real, la vida de los pájaros habitantes de la pieza.
Interesante instalación que habla del habitad humano y animal y lo que pasa cuando ambos se mezcla, cuando se abandonan las estructuras construidas y empiezan a ser habitadas por otras presencias. También habla del momento en el que se pierden las raíces y el arte puede servir para de recuperarlas, aunque sea en sentido metafórico.
No sé que ha pasado con la instalación y si todavía sigue en pie. Quizás perviva aún como refugio de pájaros, o quizás habría que pensar en quemarla también (sigo dando vueltas a la imagen del Toro de Osborne)… a mí me encantaría verla arder con fuego purificador. Quizás sería una manera de que volvieran al entrono familiar otros animales, más temerosos de la presencia humana que los pájaros.
Conocí el proyecto aquí y las fotos se las he cogido a la artista. También he dejado imágenes de otras piezas que os recomiendo echeis un vistazo.
cómo nos resistimos a que nos borren de los lugares que hemos sido, y menos mal!!!
Qué poético…
aliceinbo2.blogspot.com
Como me gratifica esta entrada que nos muestras, en contraposición a otra muy publicada estos días (no aquí), que trata de escombros en un pabellón en Venecia.