He estado visitando el Solar Decathlon Europe que estos días ha acampado, cual feria ambulante, en la Rivera del Manzanares de Madrid y he quedado francamente decepcionada de lo que allí se mostraba.
En teoría, se trataba de una competición entre universidades del mundo, en la que el reto era construir modelos de casas ecológico-sostenibles, pero a mí me pareció, que se había convertido en una exhibición de casa de campo para ricos riquísimos, a la par que caprichos caprichosísimos, en las que la ecología y la sostenibilidad parecían metidas con calzador.
Ilusa de mi, imaginaba encontrar casas de bajo coste, fáciles de construir, autoabastecibles e ideales para ser empleadas en zonas de conflicto o azotadas por catástrofes naturales… nada más lejos… me debería haber informado mejor…
La mayoría, no todas, tenían un aspecto tan high tech, que además de aparentar ser poco sostenibles, no apetecía demasiado encontrarlas en un entorno natural, pero bueno a lo mejor no hay que fiarse de las apariencias…
Lo que si puedo opinar, es que los paneles solares, omnipresentes en todas las construcciones, afeaba demasiado la tan buscada estética y funcionalidad, más cuando se empeñaban en esconderlos o semicamuflarlos de las maneras más peregrinas…
Una visión rara la que me proporcionó esta feria de casas de lujo, con amplias zonas exteriores, que contrataba demasiado con el entorno de modestas construcciones suburbiales, tremendamente reales, en las que la gente vive compactada en feas torres con aspecto de colmena… como digo, curioso contrate.
Y por asociación de ideas, algo traída por los pelos, he recordado una instalación, que trata de llamar la atención sobre la precariedad de la vivienda, el hacinamiento y otros problemas habitacionales de las grandes urbes, otro proyecto utópico, pero esta vez visto desde una perspectiva más artística.
Ya he hablado otras veces de intervenciones en esa línea, quizás desarrolladas con más medios, pero hoy estaba sensible con el tema vivienda y me apetecía dejarla por aquí…
Se trata de un Camping Vertical, llevado a cabo en Amsterdam para el festival Art Amsterdam, por el artista Leonard van Munster, que ya había desarrollado previamente proyectos similares que podéis ver en su página.
El camping, realizado con andamios, materiales reciclados y mínimos recursos, estaba instalado en la fachada de Het Magazijn en el Distrito Rojo y pretendía hacer reflexionar sobre la cultura del camping, que aunque nos parezca una práctica del pasado o asociada a la cultura americana o la juventud sin recursos, por lo que me he podido ver, es un modo de vida, al que se está volviendo la vista, ya sea por la crisis o por las separaciones matrimoniales que dejan a una de las dos partes, sin recursos económicos para mantener una vivienda digna.
Y ese proyecto enlaza con otro, bastante más radical, en el que unos artistas brasileños, Tiago y Gabriel Primo, vivieron 12 horas al día, colgados en una pared vertical de un edificio histórico del centro de Rio de Janéiro, y eso a 10 metros de altura.
En esas condiciones extremas realizaron, durante 3 meses, todas las actividades de la vida diaria, comer, dormir, trabajar, colgados de arneses y a la vista de la gente que pasaba por la calle.
En realidad se trataba de una performance que desafiaba las leyes de la gravedad y que tuvo lugar en la pared de la galería A Gentil Carioca.
Estos proyectos los he conocido aquí, de donde también he sacado algunas fotos, el resto son de los autores.