septiembre 24th, 2007

Y… ¿que pasó esa noche?


Pues que pudo el Blanco sobre el Negro y me imbuí casi sin darme cuenta en el espíritu «qué guay y moderna es mi ciudad» dejándome llevar sin reservas por las distintas localizaciones de este gran escenario que fue Madrid por una noche, junto a mis amigos y algún otro desconocido que se fue uniendo a lo largo del recorrido.

Por causa de la lluvia que calló a primera hora, no me salieron los planes como pensaba y tuve que cambiar el Templo de Debod por unas cervecitas en el Palentino, que tampoco estuvo mal para ir cogiendo el pulso a una noche, en la que (a pesar de la edad) no dudé en decantarme por los itinerarios que me parecieron más alternativos y vanguardistas.

Hubo momentos verdaderamente interesantes y divertidos a lo largo del recorrido.


Frente al Edificio España, todos con la boca abierta observando como la fachada cobraba vida y se llenaba de coloridos píxeles que representaban jardines pintados por niños y que iban cambiando cada poco tiempo la apariencia del edificio. Todo gracias a Ron Haselden y su Family Garden.

Estupenda la narración que nos hizo una voluntaria, ocupante de una de las 400 ventanas, sobre cómo tuvo que entrar en el edificio pisando cascotes y con un casco de seguridad, y de qué manera pasó 45 minutos cambiando filtros a intervalos de un minuto siguiendo una escaleta de tiempos y colores.


No me extrañaría que estas navidades algún espabilado quiera utilizar ese mismo edificio y esa técnica para dibujar en sus ventanas arboles de navidad o mensajes de «Feliz año nuevo». Ahí dejo la idea.

Otro momento emocionante, fue cuando entramos en uno de los patios de Conde Duque y nos vimos inmersos en la gran orgía del reciclaje organizada por Basurama, ese colectivo de jóvenes arquitectos que dan valor a la basura hasta convertirla en un material noble con el que conforman sus interesantes proyectos.


Un poema la cara que se nos puso al ver que el espacio estaba invadido por montones enormes de ropa de segunda mano, de la que todos podían hacer uso según su imaginación, dentro del evento llamado «Se regala Plaza».

Era raro encontrar a alguien que no se hubiera mimetizado con el ambiente y hubiera añadido a su atuendo algún elemento sesentero o simplemente cutre. Unos por estética y muchos otro por frío, las batas de estar en casa, los sueter apretados, las gafas de plástico los sombreros, los abrigos, la ropa interior nada gamurosa era la tendencia en esta pasarela de moda y reciclaje que haría palidecer de envidia a alguno que otro modisto modernillo, de esos que han estado por aquí estos días en la «Madrid Fashion Week» como dicen que se llama ahora la Pasarela Cibeles.


Y una vez conseguido el atuendo más impactante, se podía pasar el rato dentro de una bañera charlando con un amigo, lanzando, cual guerra de almohadas, ropas al aires al compás de la música, tomando algo sobre muebles de deshecho, sentando en un inodoro viendo uno de los interesantes trabajos reunidos por Future Shorts. o codeándose con los componentes del «Taller de Costura Movible» que te customizaban la ropa armados con su moto maquina de coser. A esto no llegue y me hubiera gustado mucho.

Y llegó la hora de salir de este recinto, las 5 de la mañana y los alrededores del Conde Duque eran lo más parecido a el escenario de la película Mad Max . Algunos personajes que parecían alienígenas, iban cargados con grandes bolsas que habían llenado hasta arriba de ropa seleccionada en esa gran superficie textil. Otros arrastraban muebles que Basurama había donado para que nos lleváramos a casa.


El trayecto de Conde Duque a Plaza España, dónde se cogía el búho que iba al Matadero presentaba un extraño aspecto que sorprendía a los viandantes y conductores que cansados volvían a sus casas después de pasear por otros itinerarios menos alternativos y que de momento se vieron rodeados de unos seres extraños esperando un autobús, que parecía les iba a retornar, a sus lejanas galaxias. Desternillante.

Y qué momento inefable, el vivido en el autobús urbano que nos llevaba al Matadero, donde teníamos puestas nuestras esperanzas de fin de fiesta apoteósico.


Como no se prodigaban mucho que se diga, la gente se lanzaba literalmente sobre ellos cada vez que llegaban a la parada, no se lo que hubiera dado por ver de cerca la cara de horror que debieron poner los conductores cuando se vieron asaltados por esa masa humana, vestida extrañamente y con cara descompuesta por el esfuerzo de meterse a presión en un espacio tan limitado.

Por supuesto en el trayecto de media hora, diversión a raudales, se deshace mi grupos por las apreturas y me encuentro encajada entre un tipo alto con unas bragas de flores en la cabeza y un sujetador con refuerzo sobre su jersey de diseño, una chica con bata de guatiné rosa, y otros compañeros mártires tocados con sombreros, gafas de plástico de colores, bufandas de plumas y demás complementos inenarrables.


Y así empezó una especie de rastrillo ambulante en el que la gente se intercambiaba la vestimenta, trajes de niño pequeño rellenos de tela, volaban por los aires y quien más y quien menos hizo amistades e incluso pudo ser el principio de algo más. Y como banda sonora, unos espontáneos nos deleitaron con cancioncillas populares subidas de tono de esas que se cantan en las excursiones escolares, vamos que sólo faltó decirle al conductor que saludara.

Pero al final del destino nos esperaba una sorpresa. Suspendidos todos los actos del Matadero y desalojo por parte de las autoridades. Así que nos quedamos sin fin de fiesta memorable y con un palmo de narices por no poder disfrutar del recinto que más prometia y sin poder ver a Aldo Linares, Georges Rousse, Daft Punk, Audio Drive, etc…


Aunque la versión oficial, es que había más aforo del permitido, lo que oímos por allí es que alguna gente de esa que no sabe beber, se puso violenta y se dedicó a lanzar botellas de cristal al respetable. ¡Qué bestias!.


Así las cosas y antes de que se desmandaran más, nos volvimos andando a casa, eso sí haciendo un alto en el camino a la altura de Embajadores para calentar el estómago con un pinchito de tortilla y un cafetito. Con lo que dimos por terminada nuestra particular Noche en Blanco de luces de colores, autobuses y seres extraños de inimaginables vestimentas.

septiembre 4th, 2007

Cesta que parece hecha de ganchillo


Por fin me he comparado las cestas de Design House Stockholm, y las voy a utilizar para reciclar parte de mi basura, concretamente el vidrio y el papel.

El modelo se llama Carrie, la ha diseñado Marie-Louise Gustafsson y la podemos encontrar en versión cesta de la compra con asa, o para acoplarla en la parte delantera de una bici.

Y es que desde que vi por primera vez estas cestas de plástico troquelado con motivo que recuerda antiguas labores de ganchillo, primero en la web y luego físicamente en Víctimas de Celuloide, me parecieron tan divertidas y decorativas que se me ocurrió que sujetas a la pared, serían ideales para esta función. Además pensé, cuando estén llenas las puedo descolgar y con ellas transportar los residuos al contenedor directamente.


Aún o las he puesto y puede que no sean todo lo resistentes que yo pienso, pero me parecen tan bonitas que no he podido resistirme a ellas. Su precio es de 35 euros.

Y porque no tengo bicicleta, si no me compraba el modelo verde para transportar en ella la compra. ¿Se podrá acoplar a una moto?.

septiembre 3rd, 2007

Verde que te quiero verde


Aunque normalmente no tengo añoranza del campo, debe ser porque he vivido en contacto con él desde pequeña y no me causa mucha novedad, bueno, eso y que disfruto más con las creaciones del hombre, hay veces que se hace muy duro pasar tanto tiempo pegada al duro asfalto, sin un poco de verde que me refresque la vista.

Y ese mono de naturaleza, aumenta todos los días cuando paso por la Plaza de la Luna, y constato con pena, que no es que esté a medio terminar y que falte por poner la parte vegetal, sino que eso nunca va a ocurrir, vamos que se va a quedar así de fea y gris. ¿Será para que no se escondan los drogadictos detrás de los arboles o tiren la jeringuillas en el césped?.

Así pues, la esperanza de tener un sitio agradable y fresco al lado de mi casa, donde salir a tomar algo e incluso poder trabajar en un entorno agradable (se supone que iban a poner internet gratuito), ha quedado definitivamente consumida.


La plaza que iba a redimir el barrio, que iba a ser el agora donde mejorarían las relaciones de los vecinos, se ha convertido, con unas obras de remodelación que podrían batir mas de un record de velocidad, en una gran extensión de cemento, con cuatro arboles mal puestos, en el que sólo se salva la imagen divertida de los pequeños de la zona que prefieren mojarse en los chorros de agua que manan del suelo, al ridículo parque infantil, que por su recogimiento y dimensiones, invita más a que los sin techo duerman la siesta, que a que los niños suban en sus casi inexistentes columpios.

Cómo será la cosa de fea que ni los bares de la zona han puesto terracitas, donde poder desayunar al aire libre o tomar el aperitivo los fines de semana. Vamos, que no le veo yo la gracia a la placita de marras.

Así, un poco deprimida por el paisaje que me rodea, donde el pantone gris se impone al verde de manera apabullante, me reconforta descubrir iniciativas como la que voy a comentar.


Porque esta perorata, aunque parezca una comedura de coco post vacacional, tiene como fin presentar a los que no lo conocen, el escenario, donde nos desenvolvemos personas, como yo, que hemos elegido vivimos en el centro de una gran ciudad, donde el color gris uniforma el espacio y el escaso verde se presenta vallado para que pueda ser intuido pero no usado.

Dicho lo cual, comprenderéis que tengo que hablar de la interesantísima iniciativa PARK(ing) de Rebar Group que he conocido a través del blog de Metamike, Metablog v5.

Los componentes del colectivo Rebar toman pequeños espacios urbanos, como puede ser un aparcamiento en la calle, y lo convierten, en un abrir y cerrar de ojos, en un espacio verde donde relajarse antes de volver al mundanal ruido.


Es una bonita manera de protestar por la desaparición de zonas verdes en la ciudad. Además, en ningún momento se salen de la legalidad, pues religiosamente abonan el importe que marca el parquímetro por es uso de ese espacio, que no sobrepasa las dos horas.

Esta iniciativa nació en San Francisco en el 2005 con el primer parking y en el 2006 contó con un circuito de 17. El 21 en septiembre de este año tendrá lugar el PARK(ing) Day 2007.

Además este grupo, comparte su saber, con todo el que quiera poner en pie una PARK(ing) Days por lo que en otras ciudades como Londres, Manhattan, París, Rio de Janeiro, Manchester y sorpresa, Barcelona y Valencia ya se están llevando a cabo.


La premisa es dotar a los peatones de un pequeño espacio donde descansar, leer el periódico, refrescarse, o no hacer nada más que estar sentados a la sombra y en contacto con la naturaleza.

Algunas cosas a tener en cuenta para los que les interese la aventura.

Se necesita escoger bien el sitio, en una zona de aparcamiento de dos hora con mucho tránsito de personas. Hay que acotar y señalizar lo que se va a hacer .


El material es fácil de conseguir, algunos metros de césped, arboles en maceta para que sean fácilmente transportables, puede haber plantas decorativas, un banco para sentarse y algunos elemento para acotar y proteger la zona y conseguir así un clima de seguridad y paz, frente al bullicio y el tráfico.

Los amigos deben ayudar a transportar y montar todo en el menor tiempo posible, y por supuesto a desmontar y dejar todo en el mismo estado en que lo encontramos.

El material que sobre, tiene que reciclarse, reutilizarse, o donarlo a otros que quieran repetir la iniciativa.


Es muy importante documentar todo el proceso mediante grabaciones y fotos.

Y esto es a grandes rasgos lo que se necesita para crear nuestra acción de PARK(ing) Day. No parece muy complicado y desde luego alegraría un poco los sentidos a los que como yo no queremos el gris como color de moda en la temporada otoño invierno.

Si alguien se anima en Madrid, que cuente conmigo, mientras tanto yo también me voy a mover y si sale algo os iré informando.


Una pena que no va a poder ser en la Plaza de la Luna, porque aunque no tiene casi arboles tampoco tiene plazas de aparcamiento al aire libre, son subterráneas. A lo mejor la zona verde también está en el subsuelo y por eso yo no la he visto.

Plaza de la Luna, julio del 2007

septiembre 3rd, 2007

Ahorrar agua gracias a un buen diseño


Cualquier diseño que contribuya al ahorra de agua tiene muchísimas posibilidades de que me guste aunque su apariencia estética no sea del todo perfecta, divertida o sofisticada.

Y eso le pasa a la pieza de Jessica Nebel que he visto en Yanko Design. Se llama Take-away sink y es un lavabo cuya pila se puede transportar donde queramos.

Y esto es posible porque el lavabo está formado por un tablero con un desagüe y una pila exenta, con un tapón, que cuando se quiere transportar sólo hay que levantar del soporte, teniendo cuidado, eso sí, que si está llena de agua, el tapón esté bien apretado.


El diseño es bastante funcional, por un lado ahorra espacio, pues funciona como pila y como cubo, con lo que no hace falta tener un recipiente almacenado. Por el otro cuando se emplea el agua y no queda muy sucia se puede aprovechar para otros usos sin perder una gota de agua.

Sí por ejemplo, nos lavamos las manos en el baño y hay que fregar luego los platos, pues cogemos la pila por los asas y la llevamos a la cocina, con lo que daremos doble uso a dicho agua.

Además, debajo del lavabo hay un cajón para guardar los objetos de tocador que además si se gira, funciona como taburete para que los más pequeños alcancen bien la pila.

Un diseño con una forma contemporánea simple y un fondo que facilita el ahorro de espacio y lo que es más importante, el ahorro de ese bien tan precioso que es el agua y que puede llegar a reutilizarse varias veces gracias a él.

agosto 25th, 2007

Los CDs también nos pueden iluminar


Si el otro día hablé de una lámpara hecha con bolígrafos Bic, hoy quiero mencionar otra fabricada con fundas de CD.

La CD Lamp de Josh Owen, que he visto en Yatzer, es un ejemplo, de lo más digno, de objeto de diseño realizado a partir de productos de deshecho.

Ahora que no queremos que la música ocupe lugar en nuestras estanterías y preferimos tenerla grabada en minúsculos discos duros de gran capacidad, es hora de darle uso a todas esas fundas de CD inservibles.

Si también se quieren reciclar los propios CDs que ya no utilizamos, la revista del hágaselo usted mismos, Make, nos explica cómo fabricar la DIY CD Lamp, que aun siendo menos glamurosa que la anterior, tiene el valor añadido de haber sido construida por uno mismo, lo cual me parece que tiene mucho mérito.

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