agosto 21st, 2008

Maravillosas piscinas abandonadas…


Sigo con pequeños retazos de mi vida en Nueva York, en la que como pretendida neoyorquina, por un mes, esquivo los sitios demasiado turísticos, no penséis mal, es que esos ya me los he visto en anteriores ocasiones.


Mis amigos de por aquí tratan de seguirme la corriente y llevarme a conocer sitios especiales y diferentes, por eso me extraño cuando uno de los que mejor me conoce, me invitó a ir a la piscina con él, pensé, ¿no se acuerda que a mí, nacida en los márgenes de un río, en agua estancada no me meten ni a la fuerza?…


Pero claro, mi amigo no me iba a decepcionar y enseguida supe que no se trataba de una piscina al uso, sino de una especial, situada en Williamsburg, ese barrio absolutamente gentrificado y por lo tanto de moda, cuyo nombre es MacCarren Pool y que ahora está abandonada y por supuesto completamente seca.


Fue construida en 1936, concebida como una piscina gigante con cabida para hasta 6800 bañistas, pero en 1984 se cerró al público y hasta ahora. Ha servido como pista de skate y como galería de exposiciones para graffiteros y no se para cuantas otras cosas más, hasta que en 2005 Clear Channel Entertainmen, pagó un dinerito a la sociedad correspondiente, para realizar algunas obras de mantenimiento básicas, a cambio de poder utilizarla para sus eventos culturales.


Los planes de futuro pasan por cambiar definitivamente su uso, acondicionarla para eventos más o menos artístico, pero la mayoría de los vecinos, prefiere que se vuelva a habilitar como piscina pública y que los actos culturales, se organicen en otros lugares del barrio…


Por ahora, es un sitio extraño y algo deprimente, cuando hay poca gente, pero con gran encanto, donde se organizan conciertos, fiestas y los martes por la noche, proyectan cine gratis.


A eso es pues a lo que me invitaba mi amigo, a pasar una velada típicamente williamsburgiana, viendo Velvet Goldmine, sentada en el fondo de una piscina, cubierta por graffiti y esponsorizada por varias marcas, como la mencionada Clear Chanel, una famosa cadena de cafeterías de por aquí, con muchas sucursales en España también, por una marca de cerveza local y por otra de coches.


El espectáculo que me encontré al entrar… de lo más interesante. Era la caída de la tarde y todo el mundo estaba ya tirado en el suelo, bien provistos de mantas, cojines, sillas de playa, colchones hinchables y unos fantásticos picnics de comidas exóticas donde el sushi, las ensaladas y los alimentos macrobióticos eran los ingredientes más comunes.


Nosotros, menos preparados, habíamos comparado algo de comida en un supermercado y no teníamos ni mantas ni sillas ni nada de nada así que haciendo de tripas corazón acudimos al stand de los coches donde después de rellenar un formulario, que me inventé, nos dieron unos cojines, para no estar sentados en el suelo, de piscina, pero igualmente duro.


Una vez terminada la merienda, cena para ellos, a las 8.30, dio comienzo la película, dos horas sentada en el suelo y con frío de narices pero, claro, no quería perderme ni un minuto de esa noche genuínamente neoyorquina, tan sofisticadamente descuidada, como casi todo lo que se ve por las zonas alternativas más de moda de la ciudad.


Y es que, como dije el otro día, no se puede ser más moderno, baile en los museos y fiestas y cultura, en las piscinas abandonadas… imposible estar a la altura.


El próximo 30 de agosto, en esta misma piscina, concierto de los Sonic Youth por si alguien se anima, no es imprescindible bañador.


Y esa fue mi experiencia de ayer. Pero como no me quiero limitar a dejar por aquí mis historias personales os adjunto un catalogo fotográfico de algunas piscinas abandonadas increíblemente hermosas en las que espero, que no pongan la vista los especuladores publicitarios, para sus fines particulares.


Me está dando miedo, no es la primera vez que lo digo, cómo las empresas y marcas comerciales, con enormes recursos económicos y oscuros intereses disfrazados, se están apropiando de espacios públicos, en muchos casos marginales pero con gran encanto y a golpe de talonario están organizando sus eventos publicitarios privados, en esos mismos sitios a los que resultan tan difícil de acceder, para el común de los mortales.


Las primeras fotos pertenece a la MacCarren Pool y las he sacado de la página oficial y de Little Read Book.

Después una preciosa serie Absence of Water, del fotografo inglés Gigi Cifali que he conocido por Bldg Blog en la que ha capturado el estado actual viejas piscinas abandonadas, del area de Londres, que pertenecieron a lidos y a casas de baños de los años 30 y que al pasar de moda fueron abandonadas, quedando sus piscinas, como testigos mudos de esplendores pasados. Las fotos son impresionantes, o a mí, amante de lo imperfecto y derruido, desde luego me lo parecen…


El resto igualmente maravillosas si no más, las he conseguido en Flickr, cómo no.


Así que, si venís por aquí y alguien os pregunta si queréis ir a la piscina, mejor que preguntéis si os ponéis traje de bañó o traje de noche, por si acaso…


No he podido evitar tener presente, durante todo este post, la triste película, El Nadador.










junio 18th, 2008

Casas que parecen esculturas

Herman Van Ingelgem, es un artista que crea instalaciones arquitectónicas y luego las fotografía.


Su serie Locations, es sorprendente, elige edificios solitarios y suburviales, de construcción moderna pero totalmente anodina, y les tapia puertas y ventanas, con lo que consigue un efecto de lo más surrealista.


Se podría decir que por el hecho de haber desaparecido todas la aperturas al exterior en estas construcciones, el autor ha conseguido que estas casas se hayan convertido en esculturas.


Así de simple y para mí, así de inquietante. Me estoy imaginando cosas horribles dentro de ellas. Qué miedo. Ya casi me asustaban antes de la intervención.


Después, ha fotografiado los resultados y vende cada obra por 550 euros.


Su instalación,
Home, Kunst & Zwalm es como una aparición en medio del campo, un edificio destruido, pasa a un primer plano, cuando se encienden los tubos de neón que el artista ha instalado en el casi inexistente esqueleto de la construcción. El contraste de la potente e industrial luz, con el fondo verde y la estructura herrumbrosa, produce un efecto teatral y siniestro.


Otra serie que me llama la atención es la Descripted spaces. Compuesta por mini construcciones sin terminar, como maquetas de una fase del proceso de edificación.


Todas las piezas de esta serie son de pequeño formato, por lo que podría decirse que representan detalles de patéticas casas de muñecas, a las que se hubiera paralizado la construcción. La crisis también afecta a los juguetes… perdón por el chiste fácil.


En el resto de sus instalaciones, elementos propios de la construcción, son domados y metidos en el espacio de una galería, esta vez a tamaño real. Me gusta sobre todo la pieza The visitor donde la distancia que se ha dejado del ventilador a la pared, se ha reducido tanto que el ventilador ha dejado un surco en la pared.


Bueno, es que así explicado no queda muy claro de lo que estoy hablando por eso como siempre os dejo las fotos.


Visto en Pytr75.






mayo 27th, 2008

La muerte se instaló en las calles de Nápoles


Varias circunstancias se han dado para que cambie el post que iba a escribir hoy sobre algo que me he traído de Copenghague y decida hacerlo sobre Ernest Pignon-Ernest un particular artistas urbano que compone su obra con técnica al más puro estilo clásico pero que remata con mensajes reivindicativos de actualidad que, creo, no dejan impasibles a los que se topan con ella.

He dado con él a través de A desgana justo después de leer los post sobre La ética de la muerte en los que Paul M. de Inicios nos hace participes de sus dudas sobre si deben o no ser mostradas imágenes explicitan sobre la muerte.


Le comentaba yo, que me parece que llaman mucho más la atención las escenas de muerte, sacadas de su contexto habitual en los medios de comunicación, de ahí lo efectivo que resulta que esas imágenes lleguen por conductos relacionados con el arte. La publicidad, en ocasiones, también ha tratado de enfrentarnos con ese mismo tipo de escenas, pero como sus fines son mucho más perversos no merecen ser tenidos en cuenta aquí.

Hace tiempo, publicamos en Flylosophy un artículo, Art not war sobre el arte y la guerra, con ejemplos de cómo el artista tiene el poder de ponernos, de una bofetada visual, en la órbita de la realidad del momento, el artículo es del 2005, dios ¡cómo pasa el tiempo! la información ahora resulta algo obsoleta pero bueno, son trabajos que en su momento verdaderamente nos impactaron y a mí, aún pasado el tiempo, lo siguen haciendo.


Bueno, pues a lo que iba, que me he encontrado en A desgana con la obra de Ernest Pignon-Ernest y he pensado… un ejemplo buenísimo, que me viene al pelo para tratar de dar significado a mis tribulaciones de hoy…

Porque en mucha de la obra de este artista, justo la que a mí mas me ha interesado, la muerte es protagonista. Una muerte que saca a las calles y que muestra sin pudor, que no es un documento fotográfico sino arte urbano, del que te encuentras cuando vas a la compra y que está condenado a desaparecer. En este caso, viene envuelto en una elaborada técnica de carboncillo cuya apariencia de arte clásico no le quita ni un ápice de dramatismo y actualidad.


Cuando he visto su trabajo en la ciudad de Nápoles que desarrolló de 1988 al 1995, tampoco es que sea muy actual que se diga, me ha dado un vuelco el corazón, del primer vistazo he creído ver cómo las obras de José de Ribera (El Españoleto) han salido a las calles de su ciudad. Por si no os lo había dicho, cuando tengo que nombrar a de mis pintores preferidos, él siempre está en mis pensamientos.

Pero no es Ribera sino Caravaggio el inspirador de su trabajo, por lo que he leído, pero a mí me parece que alguno de sus martirios ha debido ver. En cualquier caso, en el artículo aparecido en la revista sepiensa.net nos hablan del significado de esta serie de trabajos del autor. Sin que sirva de precedente os animo a que lo leáis, pues contiene algunas reflexiones sobre arte urbano en general.


Yo, a golpe de vista, me quedo con que, es una obra que me conmueve, inevitable tratándose de la muerte, aunque también ayuda que haya sido realizada con bastante perfección técnica y que se emplee un lenguaje artístico de hace 400 años que en mi opinión resulta igualmente eficaz y conmovedor a día de hoy, sin importar que se hable de sida o de cualquier otro tema que nos queramos imaginar.

Otra cosa que me parece importante en esta obra, es que tiene todo en sentido del mundo haberla dejado en las calles de la maravillosa y actualmente inmunda, Nápoles, una ciudad donde es inevitable pensar en la muerte, en el caos, en la suciedad en los mitos y en esa especie de belleza decadente que impregna todo y da color a sus muros. En otro lugar no hubiera sido lo mismo.


Es muy interesante que Ernest realice su trabajo pensando en el contexto en el que va a ser visto, no siempre ocurre, muchos artistas urbanos realizan el mismo tipo de trabajos en cualquier parte del mundo, ¿será porque ahora casi todo se conoce por internet y así el entorno deja de tener importancia?. En el caso de la relación del artista con Nápoles se intuye una total familiaridad y armonía.

El resto de su obra, es interesante también, aunque no tanto para mí, dado que su temática me parece más evidente. En cuanto a la perfección de su técnica pictórica, pues lo que digo siempre, aunque no se puede apreciar bien es su web, creo que me gusta por estar en la calle, en una galería seguramente tendría criterios mucho más exigente, ¿será por eso que no me hace gracia que el arte urbano ande metiéndose en los espacios cerrados?…


Se puede ver más obra, que no aparece en la web, en este vídeo tan efectista.

abril 23rd, 2008

Tirando, tirando…

La obra del australiano Robbie Rowlands me recuerda a esas tiras rojas que tenían los quesitos de bola Minibabybel. Tirando de ella te quedabas con dos partes de cera dentro de las que se escondía el tesoro del cremoso queso. A mi de encantaba hacerlo, también con la tira de los quesitos El Caserío. Qué tiempos…

Pues algo similar es lo que siento al ver la obra de este hombre, que me dan ganas de tirar hasta el final, de esa tira que el autor ha empezado a arrancar del suelo y las paredes para quedarme así con dos mitades separadas de la habitación.

Hay que ver que pensamientos tan poco profundos me inspira esta obra, pero qué queréis, no siempre resuena música de violines en mis oídos, cuando veo algo que me gusta…

Esta obra ha sido llevada a cabo en marzo de 2008, en un deposito de autobuses de Australia, antes de su demolición y en la misma muestra, llamada Grenda’s Bus Depot Installation, han intervenido otros 6 artistas más.

Según el autor, lo que ha pretendido es mirar de cerca los objetos que nos rodean, cuestionando su naturaleza. Así que pela las superficies reconocibles para revelar lo que se esconde bajo la primera capa de nuestro mundo cotidiano.

Lo he visto y disfrutado en Wooster Collective, las fotos las he tomado prestadas del propio blog del proyecto.

abril 22nd, 2008

Un río de letras en estado de abandono


Esto no es una acción masiva de bookcrossing, ni mucho menos, se trata de una biblioteca rusa, destrozada y abandonada.


Bellas y patéticas imágenes que, como casi siempre que hablamos de destrucción, no habrían sido posible sin la acción del hombre.


Las fotos son impactantes y a mí me da la sensación de estar mirando un decorado donde todo ha sido colocado para conseguir una composición de espacio y color de gran dramatismo.


Que tengáis un cultural Día del Libro.


Visto en Ffffound, las fotos las he sacado de Live Journal.

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