diciembre 11th, 2009

Tránsito luminoso en plaza de Teruel


Me ha llamado la atención el proyecto de iluminación realizado por el estudio de arquitectosespañoles b720 en la Plaza del Torico en Teruel.


No es que sea un trabajo especialmente tecnológico, tampoco es ecológico, no se alimente de energías alternativas ni está pensado para gastar lo mínimo, total que no está en el Ático por ser un proyecto ejemplar.


Simplemente es que me ha hecho gracia, me ha parecido fresco y divertido, limpio y con un puntito plástico que no estoy acostumbrada a ver en la iluminación de los espacios públicos, empeñada en bañar todo con tremendas luces, para que parezca que siempre es de día o las más «arriesgadas» que lo tiñen todo de multitud de tonos pastel cambiantes, de lo más cursi.


Con simples tiras luminiscentes , que pueden cambiar de color mediante un programa de video, acopladas al pavimento, estos arquitectos han querido representar los flujos de movimiento y las costumbres de uso de la plaza, que además de ser una zona de paso muy transitada, es un espacio lúdico y de reunión de los ciudadanos.


Jugando con la condensación y la posición de las tiras luminosas, estos arquitectos nos invitan a movernos por la superficie, atrayéndonos hacia los elementos más representativos y dejando en penumbra, zonas en las que quieren respetar el valor arqueológico.


Lástima que este proyecto se tenga que ver reforzado con las dichosas farolas de corte clásico colocadas en todo el perímetro de la plaza, y es que nada en iluminación urbana es perfecto.


Lo he conocido aquí y aquí.

Ahora, intentando buscar más fotos, he descubierto que los leds que conforman las tiras luminosas están dando tantos problemas que después de 2 años de su inauguración, aún tienen que cambiar más de 60o que no lucen, uff, mal rollo.


Bueno, el post se queda como está, pero dejo un puntito negro para los que no han tenido en cuenta que hay que transita por encima de las luminarias y que al estar a la intemperie, se pueden mojar…

enero 22nd, 2009

Líquidos coloreados


Hoy me voy a permitir el lujazo, he pedido permiso, de copiar al pie de la letra, lo escrito por un maestro del arte de la calle, que me ha hecho conocer a un artista, que me ha encandilado.


El autor del texto es Javier Abarca y su blog Urbanario, es de obligada lectura para todo el que quiera tener un conocimiento profundo y bien documentado del arte urbano, a nivel internacional.


Su último post, en el que habla de las cualidades del aerosol, ha dado en la diana de mis preferencias, con su reseña sobre Cristopher Cichocki, artista de rotunda plasticidad, cuyo dramático trabajo con aerosoles y líquidos, es de lo mas impactantes que he visto últimamente en las calles.


Ahora copio a Javier y yo me retiro: «Cristopher Cichocki (1979) es un joven artista norteamericano afincado en California. Su ecléctica obra incluye desde vídeos a pinturas al óleo, pero la parte de su producción sobre la que quiero llamar la atención entra dentro de lo que entendemos como intervención urbana autónoma, es decir, actuaciones independientes y no comisariadas en el espacio público que responden al contexto en el que suceden y juegan con alguna particularidad del mismo.


Se trata de otro artista desconocido en la escena del arte urbano pero cuyas propuestas, totalmente pertinentes para dicha escena, resultan bastante más estimulantes que lo que ésta suele ofrecer. Las intervenciones de Cichocki asumen su transitoriedad y lo necesario de su vínculo con el contexto que las alberga y se manifiestan en forma de fotografías.


Se trata de la táctica que el maestro Andy Goldsworthy (1956) –el artista académico más habitualmente citado como referencia en la escena del arte urbano– asumió desde el principio de su carrera tras enfrentarse al mismo problema. En ambos casos –salvando las distancias– las imágenes resultantes están llenas de fuerza lírica, gran parte de la cual emana del modo en que retratan la belleza del contexto y la volatilidad de la intervención.


Cichocki utiliza la pintura en aerosol de formas sorprendentemente reveladoras. El aerosol tiene una cualidad especialmente importante que lo distingue de casi todas las demás técnicas de aplicación de pintura: la ausencia de contacto entre la herramienta y el soporte. Esta cualidad es utilizada por los escritores de graffiti para ignorar la irregularidad de los soportes sobre los que trabajan y para ubicar sus piezas encima de objetos diferentes y contiguos como si se tratara de una única superficie. Así por ejemplo una determinada pieza de graffiti puede ocupar simultáneamente parte de una pared, de una puerta y de una ventana sin que el salto entre soportes suponga estorbo alguno en la ejecución de la obra ni en su percepción como unidad.


“Land spore” (2008) o “Miracle grow” (2005) utilizan también una cualidad única del aerosol, esta vez la misma que el graffiti explota: la capacidad para aplicar pintura sobre superficies extremadamente irregulares. Los resultados se pueden considerar esculturas aunque no están lejos de ser readymades en los que la acción del artista –según el esquema del readymade, la simple voluntad de designación de un objeto como obra artística– toma la forma de un cambio cromático. Si bien la ausencia de contacto físico entre artista y objeto, posibilitada por el uso del aerosol, vincula la efectiva acción pictórica con la inacción conceptual del readymade.

En obras como “Asphalt island” (2004) Cichocki utiliza la herramienta de forma diametralmente opuesta. En una renuncia deliberada de la capacidad del aerosol a la que nos referimos el artista traza un contorno que refuerza la separación entre dos elementos diferentes de la superficie del suelo –un parche de hierba y el asfalto que lo rodea– en un movimiento que no hace sino subrayar un aspecto de la realidad del paisaje pero que, extrañamente, resulta una imagen particularmente irreal, que por momentos nos hace dudar acerca de la distancia entre el objetivo y el suelo, si acaso la imagen se ha tomado desde un trípode o bien desde un helicóptero a centenares de metros de la superficie.

En propuestas como “Origin” o “Drift”, ambas de 2006, el artista hace uso de dicha capacidad del aerosol aunque de un modo muy diferente al explotado por el graffiti. Aplicando la pintura sobre superficies no sólidas como masas de agua, impracticables para las herramientas tradicionales de la pintura pero no para el aerosol, Cichocki crea imágenes turbadoras que vuelven a remitirnos a la idea del cosmos dentro del cosmos, en las que se hace difícil distinguir el charco de la galaxia.

septiembre 8th, 2008

Arte por los suelos


Dejo por aquí el portfolio del artista Kilian Rüthemann, no se nada sobre él o ella, tampoco me importa pero su obra me ha parecido interesante por el uso que hace de los espacios expositivos, en los cuales su obra se integra a la perfección.


Muy interesado en los suelos de las galerías, que no le importa levantar para elaborar con ellos parte de su obra, o llenar de montones de sal, manchas de cemento, tiras de caucho o charcos de agua.


Pero sus trabajos también salen a los espacios abiertos, en forma de finas varillas telescópicas de parecen inclinarse por el viento, conformando así sutiles esculturas ligeramente curvadas que consiguen también integrarse en armonía con el paisaje.


Aquí un artista que se desenvuelve muy bien en el interior de las salas y que tampoco lo hace mal en exterior, lo cual tiene su mérito…


Lo he visto aquí.







agosto 30th, 2008

Mi pequeño Manhattan

Ya me voy y lo dejo todo como lo encontré. No he movido nada, no he roto nada, no he pintado en las paredes y tampoco he intervenido en ningún sitio, simplemente… he andado…

junio 4th, 2008

Espacios públicos confortables y que invitan al uso


Hoy, dos piezas que me traje en la maleta de mi viaje a Copenhague. También cumplen la premisa de ser estéticas y más, así que por méritos, están en mi especial Semana Fantástica.


Los dos proyectos, que intervienen, cada uno a su manera y con su presupuesto, espacios públicos, los he visto en la exposición Instant Urbanism celebrada en Danish Architecture Centre, la cual me ha proporcionado material interesante, que iré dejando por aquí.


La primera es una colorada intervención llamada City Lounge, en la que han colaborado la artista Pipilotti Rist y el arquitecto Carlos Martínez y que trata de personalizar y humanizar una extensa zona pública, situada en el distrito financiero de la ciudad suiza de St. Gallen.


Lo que los autores han conseguido con este trabajo es un acogedor y apetecible área de esparcimiento que nada tiene que ver con lo que te podrías imaginar encontrar entre altos edificios de cristal.


Para ello han cubierto todos los espacios comunes con un material que simula una alfombra roja, de esas que se utilizan para los pasillos de las celebridades. Yo, personalmente agradezco, que no hayan utilizado el ya manido césped artificial, creo que le cogí manía cuando pasé por delante del campo de golf de Chamberí y vi lo feo y de mal gusto que resulta encontrarte con una enorme zona plasticosa en pleno centro histórico de Madrid por muy verde que sea.


Aunque me salga del tema y además hable, por un momento, de algo feo, recomiendo al que esté en Madrid y tenga curiosidad malsana, que se de una vuelta por semejante aberración, no se de qué innoble estratagema se habrán valido para cambiar el original proyecto de un parque público, que tanta falta hace en la zona, por ese coto privado, de a 20 euros la hora, en el que unos cuantos practiquan su swing, eso sí, como si fueran prisioneros de un campo de concentración.


Volviendo a Suiza, pues eso, que me gusta mucho lo que han conseguido, un mega cuarto de estar que además de ser confortable, invita a lo lúdico, donde todo es mullido y sin aristas y los coches, mobiliario urbano, fuentes públicas y estatuas, sirven para saltar y deslizarse por ellos sin temor a ser amonestados por la policía.


El espacio está iluminado por unos globos, sujetos con cables a los edificios, que pueden regular su intensidad y color para adaptándose no sólo a la hora del día y a la época del año, sino también a la actividad que esté aconteciendo en el City Lounge.


Además, como cuenta José Fariña en su blog«el espacio que abarca este proyecto es considerado Zona de Encuentro y en ella los peatones pueden utilizar la totalidad de la calle para actividades lúdicas, deportivas, de paseo, o de encuentro. En estas zonas los peatones tienen prioridad en todo el espacio público aunque eso sí, sin obstaculizar inútilmente a los coches, cuya velocidad máxima no puede sobrepasar los 20 km por hora».
Recomiendo leer el mencionado artículo, porque el autor explica el proyecto mucho mejor y con más datos de lo que yo podría hacerlo. Yo he llegado a él a través del muy recomendable blog de Judit Bellostes.


Por mi parte, sólo añadir que rezo para que una mañana de estas, me levante y vea una alfombra roja, de esas características, cubriendo la plaza de la Luna y dejando bajo ella todo lo que no me gusta, que por desgracia es todo lo que hay.


El segundo proyecto, temporal y más humilde pero que por eso me atrae sobremanera, es el que los arquitectos Heri y Salli desarrollaron en Salzburgo, llamado Real landscape, real mistake .


Fueron convocados, junto a otros arquitectos, para realizar una obra que reflejara la esencia de los paisajes reales y les invitaban a intervenir el camino entre lo urbano y la naturaleza.


Ellos, ni cortos ni perezosos, dibujaron en el asfalto de un camino real, que une el centro de la ciudad con el bosques, un paso de cebra que lo cubrió en su totalidad. En la zona de bosque, en que no se podía pintar el asfalto, se construyó un camino de maderas intermitentes, pintadas en blanco, que simulaban a la perfección la secuencia del dibujo del paso de peatones y de paso corregía los desniveles del suelo.


Consiguieron, con algo tan simple, devolver a sus dueños legítimos un espacio de tránsito, que había sido usurpado por los automóviles y además, que ese camino se convirtiera en una zona que invitaba a pasear, lento y relajado, gracias en parte al concepto de seguridad que tiene para los peatones, la zona acotada entre las rayas blancas y negras de un paso de cebra. En este caso 4 kilómetros enteritos.


Sencilla intervención, pero no por ello menos efectiva. Me encanta.


Las fotos de City Lounge se las he tomado prestadas a Thomas Mayer, a Deputydog y a Raiffeisen y las de Real Landscape a sus autores.


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