julio 13th, 2008

Naturaleza adaptada a espacios urbanos contemporáneos


El artista Kevin van Braak esta empeñado en recrear espacios artificiales donde poder disfrutar de su particular visión de la naturaleza, que tiene más que ver con lo artificial y prefabricado que con la visión bucólica que todos tenemos de los espacios verdes.


En realidad con piezas como CampingFlat y Caravan lo que está tratando, es de hacer una crítica en clave de humor sobre lo absurdo de una sociedad donde todos los esfuerzos se encaminan en conseguir las cosas lo más rápido y comprimidas posible.


En CampingFlat el artista nos propone zonas de acampada prefabricadas, distribuidas en cuatro pisos, montados en una torreta fabricada con andamios. Todo lo necesario está presente en esta recreación: tiendas de campaña, hogueras y animales, pero todo falso: el césped es artificial, la fogata está hecha de plástico, los animales son de peluche y los sonidos de aves están grabados


En Caravan, un espacio de naturaleza artificial, todo ha sido comprimido entre las cuatro paredes de una caravana, que en un cortísimo tiempo se despliega y nos vuelve a mostrar ese mismo miniuniverso irreal compuesto por animales, fogatas y vegetación falsa.


En estos espacios pues, los peligro a los que se ven expuestos los campistas se reduce al mínimo, aunque también la aventura de la acampada. La cuestión es, si esta ficción pueda realmente cubrir nuestras necesidades o simplemente nos da una satisfacción a corto plazo.




Y si queremos esos espacios verdes pero dentro de construcciones grandiosas, el autor nos ofrece un castillo, también prefabricado, y adaptado al estilo siglo XXI. La instalación se llama Castle y está realizada en chapa metálica y con el mismo tipo de flora y fauna plastificada.



Humor no le falta a este artista, encantado de aportar soluciones de espacios verdes, que no sean demasiado naturales para que así no resulten agresivos con nuestro estilo de vida poco natural, donde todo tiene que estar cuidado, controlado, acotado y fuera de peligro.


Lo he visto en Designklub.

mayo 24th, 2008

El arte de hacer "casi nada"…

Julio se acordó de mí ático cuando vio la obra de Chrissie Macdonald llamada Overgrown. Me ha gustado que haya pensado en mí y por eso la quiero referenciar, ademas me sirve de excusa para dejar por aquí algunos de mis pensamientos en este momento.

Es evidente, por lo que veo, que me estoy escorando irremediablemente hacia las menudencias, hacia lo destruido, lo decadente y lo aparentemente insignificante que anda por ahí suelto.

Me pasa que en este momento estoy cansada de las cosas magníficas, enormes y grandilocuentes, donde el tamaño es lo que cuenta y lo que se está diciendo y el contexto no tienen la menor importancia, eso de «burro grande ande o no ande»…

Tengo la sensación de que lo importante ahora es gritar y bien alto para que se escuche, hay que evidenciarlo todo a lo bestia, que el eco mediático no se apague, el show debe continuar…

Estoy pensando en esto, seguramente por la historia de los graffiti de la Tate Modern y reconozco que no entiendo mucho de qué va el tema…

Comprendo que hay ocasiones en que los actos y obras a gran escala tienen su sentido, pero en otros tantos, lo único que consiguen es una notoriedad mediática que poco tienen que ver con el resultado final de la obra.

A mí, como si fuera una reacción alérgica, cada vez me atrae más lo pequeño, ante tanto estruendo me quedo con el susurro, ante la enormidad del arte XXL, me encandila la nadería, me enamora la miniatura, lo transparente, lo incompleto, lo imperceptible, lo que expira y está a punto de desaparecer, me gusta un arte con minúscula que no es «casi nada».

Me contaba un amigo profesor que la mejor estrategia que conoce para que sus alumnos le escuchen en medio del griterío, es bajar tanto la voz que los niños se tengan que esforzar muchísimo para escucharle. Por lo visto el truco funciona y pasado un momento tiene a todos pendientes de sus palabra.

Si yo fuese artista, me plantearía utilizar la misma estrategia y así cuanto más grande fuera el espacio asignado para la creación más pequeña sería mi obra…

Que conste que se trata de una opinión totalmente subjetiva y falta de rigor y soy consciente de lo fácil que es situarse por encima del bien y del mal y desde ahí lanzar opiniones, pero bueno como por aquí suelo escribir lo que pienso, pues nada os dejo mis cuitas y me gustaría saber vuestra opinión.

¡Ah! y si alguien me puede explicar de qué va lo de la Tate… se lo agradecería…

Gracias Julio por haberte acordado de mí. En realidad poco he dicho de la obra, pero es que necesitaba desahogarme…

mayo 7th, 2008

Borrando hasta llegar al bosque


Mientras un túnel de Londres ha sido pintado de cabo a rabo por cientos de artistas urbanos, que se han juntado en el más grande festival de stencil que hasta estas fechas se ha organizado en el mundo, otro artista inglés, Paul «Moose» Curtis, se ha ido a Estados Unidos y limpia que te limpia ha convertido un túnel de San Francisco en un bosque urbano utilizando la técnica del «reverse graffiti» que le ha hecho famoso.


Como ya conté, esta técnica consiste en limpiar, con chorro de agua a presión, o con un simple paño, años y años de polución y suciedad en los muros. No quiero entrar aquí en si este tipo de graffiti es mas o menos legal y ético que los realizados con spray y pintura, prefiero quedarme con los resultados estéticos.


El limpio mural, representa un bosque de sombras, que me recuerda antiguos dibujos japoneses, pero en negativo. No es que el trabajo sea una maravilla pero tiene un encanto gris y algo triste que capta mi atención. La caducidad de la obra, según su autor, es de algo menos de un año.


Lo que está claro es que los túneles se han puesto de moda, tanto entre los que les gusta pintar como entre los que prefieren borrar, aquí en Madrid los más interesantes aún son muy nuevos pero dejemos pasar unos pocos años del intenso tráfico que nos caracteriza y serán un lugar mítico para los reverse-graffiteros de todo el mundo.


Las fotos las he sacado del albun de Dennis en flickr, llamado reverse graffiti on the broadway tunnel approach.



mayo 5th, 2008

Jardines que van y vienen


Perdonad si soy pesada con el tema de la utilización de los espacios públicos, pero es que empieza el calor, mi ático no tiene terraza, y además veraneaba en un pueblo donde la gente sacaba las sillas a la calle y allí se quedaban comiendo, bebiendo y charlando hasta altas horas de la madrugada, creo que a esto no se le puede llamar botellón ¿no?


Así que me siento obligada a dejar por aquí la iniciativa de Annechien Meier esta artista holandesa que ha pensado mucho en cómo facilitar a los habitantes de grandes ciudades, el acceso a zonas verdes, aunque sean portátiles.


Como su página esta en holandés no entiendo nada pero con ver las fotos me imagino de lo que se trata. En Mobile Garden la artista ha creado un jardín, bueno, más bien una huerta sobre una plataforma móvil, de manera que sea fácil aparcarlo y desplazarlo por áreas urbanas en las que el contacto con la naturaleza es prácticamente inexistente.


Como si de un fenómeno de feria se tratara, la huerta móvil se puede ir desplazando de barrio en barrio para la sorpresa y admiración de todos los que desconocen que las verduras se crían en la tierra y no vienen envasados de fábrica.


Debe ser muy educativo implicarse en temas de plantación y cuidado de las plantas de este huerto, tarea que requiere dedicación colaboración y trabajo en equipo.


Me parecería estupendo poder pasear una huerta por el centro de la ciudad, si se ponen unos asientos en la plataforma, resultaría un trayecto de lo más agradable. También se podría aparcar en la zona reservada para coches y permanecer allí el tiempo reglamentario para luego cambiar a otra ubicación necesitada de verde.


Cambiaba yo alguna de las carrozas que desfilan por Madrid en la Cabalgata de Reyes o en las fiestas del Orgullo Gay por otras como estas, más ahora, que está tan de moda el tema ecológico…



Una variación sobre el tema «jardín sobre plataforma móvil», es su Mobile Garden II para el que la artista ha elegido el techo de un autobús urbano como superficie para cultivar en él su particular espacio verde.


Dicho jardín fue aparcado en la puerta del Museo Norbotten de Lulea, Suecia durante la Bienal que se celebró en bajo el tema, arte y naturaleza.


Lo mismo hizo para su proyecto Mobile Garden III para el que colocó una huerta en las parte superior y alas de una avioneta, esta vez durante la Bienal de Arte de Corea del Sur.


Huertos y jardines móviles… que buena idea… aunque hay que tener cuidado para que no consuma mucho combustible en sus desplazamientos…

Lo he visto en Next Nature.


abril 7th, 2008

Rojo sobre fondo verde, con pinceladas azules


Me encanta la intervención paisajística que han realizado en la margen del río Tanghe a su paso por la ciudad china de Qinhuangdao.


Me reconcilia «algo» con la nueva arquitectura que se practica en ese país, a la que no tengo en muy alta estima, primero por haber visto con mis propios ojos verdaderas aberraciones cometidas en pro del progreso y después por estar sobresaturada de información, sobre las maravillas arquitectónicas que se están «perpetrando», con la excusa de los inminentes Juegos Olímpicos de Pekín.


Bueno, el caso es que en el Tanghe River Park lo han hecho bien, y sin grandes ostentaciones han conseguido un resultado espectacular, lo que le ha valido un premio de honor de la American Society of Landscape Architects, por una vez coincido con la opinión de un jurado.


Para invitar al uso y disfrute, por parte de los habitantes del pueblo, del maravilloso parque que bordea las margenes del río, lo que han hecho es instalar un banco corrido de llamativo color rojo que se extiende serpenteante a lo largo de medio kilómetro paralelamente al cauce del río.


La bancada es de metal y lleva acoplado un sistema de iluminación y unos huecos por los que la vegetación surge a lo largo de la pieza, también se ha instalado un pasillo de madera, acoplado al banco, que facilita el paseo. El conjunto se complementa con 4 pequeños espacios techados para resguardarse de las inclemencias del tiempo.


La vegetación del parque es de lo más variado, por lo general especies autóctonas, y se combinan con gran acierto, arboles, con flores y con altas hierbas. Aparentemente, parecen haber crecido allí de forma espontánea, pero en realidad fueron elegidas cuidadosamente.


Así, lo que antes era prácticamente un basurero es hoy un agradable sitio de esparcimiento, para los habitantes de la urbe, que pueden disfrutar de un día de playa fluvial. Además, el buen diseño de su iluminación ha conseguido que por la noche se pueda seguir utilizando para pasear.


Esta instalación posee pues la gran virtud de haber urbanizado la zona, sin causar grandes daños en el ecosistema y sin haber mermado su valor ecológico. Algo recuerda a la obra de Goldsworthy.


Y hay que ver qué bien combina el rojo, con el verde de la vegetación y toque azul de las aguas del río. Por esta vez, tengo que reconocer que me gusta. Las puestas de sol parecen bellísimas.


Lo he visto en Yatzer.


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