
Mi admirado Harmen de Hoop ha estado en España y ha vuelto a dejar sus pequeñas piezas desperdigadas, ésta vez por la ciudad de Girona.

Ha sido invitado a la exposición Equilibrio Natural que se ha desarrollado estos días en los patios de la Universidad de Girona y los afortunados que hayan visitado el recinto habrán podido disfrutar de las sugerencias de espacios para huertos urbanos improvisados, que este artista ha ido dejando por todas las zonas verdes que ha encontrado a su paso.

Su trabajo, como siempre, está lleno de humor y crítica a la realidad que nos rodea y yo siento una gran afinidad con su discurso artístico. En este caso ha puesto su punto de mira en esos espacios verdes sin utilidad, que él pretende que convirtamos en mini huertos de la ciudad.

En la web del festival lo explican así: «El trabajo de Hoops trata sobre la relación entre la comida y la producción de ésta. Propone plantar verduras en unos espacios “natural” (pero ¿inutilizable?) que hemos dejado como lugares sobrantes en nuestras ciudades. ¿Porqué hacer bonitos jardines cuando ese espacio podría destinarse a la producción de comida? Por supuesto es más sencillo comprar la verdura en el supermercado pero la diferencia entre la realidad de nuestras ciudades y el deseo romántico de un tipo de vida ecológica puede estar a menudo en conflicto».

Un discurso fácilmente entendible como casi todos los suyos, aunque como toda obra artística, difícil de llevar a la práctica…

Por cierto, esta obra me ha hecho recordar otra que publiqué hace tiempo llamada 0,00 en la que la autora, Andrea Acosta, ponía precio 0 a las malas hierbas.

No me quiero ir del festival de Girona sin mencionar el bello trabajo de Isidro López-Aparicio (no tiene web) llamado Sigue al conejo blanco en la que dos puertas aparentemente inútiles a las que el autor se ha limitado a añadir dos escaleras para dotarlas de complejo significado que prefiero explique él, yo soy incapaz…

«Dos puertas (ilógicas) cuestionan la muralla (límite y defensa): juegan con el absurdo y lo irreal, plantean una elección, una metáfora en la que el mismo elemento que en un momento parece vivo es el que, al no estar unido a la vida (sino al muro) se marchita, mientras que donde éste ha desaparecido, al ser el elemento que da vida (la hiedra) las hojas vuelven a surgir, es la magia de la naturaleza. El lugar de tránsito sugiere nuevas salidas, una paradoja: una nueva visión, mágica y simbólica del paisaje y sus funciones. La hiedra nace y vuelve a cubrir el espacio vacío, sin dejar ningún rastro, volviendo al equilibrio natural. Al igual, las hojas que se traspasan, se secan y pasan a ser elemento orgánico, abono para la propia hiedra. Lo que se representa desaparece, creación y destrucción, funcionando de manera simultanea, equilibrada y sostenible. El elemento que parece vivo y brillante es sólo un espejismo, es la puerta de lo inmediato, mientras que la que parece vacía es en la que se esconde la verdadera vida.»

Pues eso…
Me alegra que muestras como esta, aparentemente más humilde que otras que se convocan a bombo y platillo, nos acerquen figuras y trabajos interesante, porque ya está bien que siempre sean los mismos los que vayan a todos lados…
Gracias Pilar por dármelo a conocer y a Laura Cantarella por las fotos.