febrero 8th, 2008

Carne fresca ¿que decora?


Ángel me ha recordado en su post de hoy, que ha llegado a Madrid «Bodies… The Exhibition», según dice, una copia algo más didáctica, de la famosa exposición de Gunther Von Hagens «Body Worlds”.

También nos cuenta que el tal Von Hagens está intentando vender sus «bodies» plastificados por internet a particulares, por ahora sólo lo ha podido hacerlo a universidades y laboratorios al precio de 31.000 €, debido a que muchos provienen de donaciones y sólo se permite su uso para fines científicos.


Pero seguro que pronto conseguirá salvar los impedimentos legales, para que así los caprichosos, puedan tener su propio cadáver en casa, ya que gracia a las mejoras del proceso, los cuerpos en venta no pasarán de los 12.000 €. Toda una ganga firmada por el «artista Von Hagens».

Es por esto, que inevitablemente me ha venido a la cabeza, lo «fino» que quedaría, completar el bodegón del cuerpo «plastinizado» con alguna de las piezas de mobiliario que diseña el artista italiano, Simone Racheli.


Según cuentan en Arquitectura y Técnica, «La obra «cárnica» de Simone consta de objetos cotidianos recubiertos de carne cruda y posteriormente recubierta con cera, para mantener el aspecto de la carne cruda. Para ello utiliza la técnica de la cartapesta, que es una técnica decorativa en la que se superponen trozos de papel, y en este caso tiras de carne. Esta técnica también se utiliza en la fabricación de máscara para los carnavales».

Así, si queremos exhibir en nuestro comedor un «body sentado» pues lo podemos colocar en una «Poltrona» de carne, o directamente llevarlo al baño con su propio «Water Closet», donde también se puede retocar el peinado con el «Asciugacapelli».


En la cocina hará buen papel gracias a la batidora «Frullino» o la plancha»Ferro da Stiro». Y para llevarlo por la ciudad es imprescindible su «Telaio Bicicletta».

Vamos, que me río yo de los complementos de la Barbie.


Ya lo conocía esta macabra colección desde hace tiempo y desde luego no tuve la intención de hablar de ella, vamos es que sólo pensar en tocarlas me espeluzna, pero claro, me imagino esos pobres «Bodies» sin ningún aditamento y no he podido resistirme… prometo no volver a hacerlo.

Lo he visto en Arquitectura y Técnica.


Por si a alguien le ha entrado el gusanillo de ver más sobre arte cárnico, aquí dejo el enlace de un artista tailandés, cuyas creaciones parecen exactamente partes del cuerpo humano desmembrado y su estudio un matadero. En realidad, se trata de un panadero cuyas creaciones tienen sabor a simple pan. Graciosillo el chico. Lo he visto en Mystarbucks.

Debo hacer otro post rápido, para que no tengáis que sufrir ésto, nada más entrar en el blog.

enero 28th, 2008

Cómo comprar un barrio, para convertirlo en centro comercial


Hoy estoy algo disgustada, bueno bastante disgustadas, me he llevado una mala noticia, y aunque algo intuía, no sabía bien por dónde iban los tiros.

El País, en la sección de Madrid lo ha explicado clarito clarito. En su artículo Pelotazo de moda en las calles de la Ballesta y Luna han desvelado el futuro que le espera a mi barrio.

Contaré, para los que no lo saben, que la zona de La Ballesta y Luna perteneciente al barrio de Noviciado, en este momento es una zona deprimida y con mala fama al ser frecuentada por prostitutas, chulos y drogadictos, aunque en los últimos meses a fuerza de un estricto control policial ha mejorado algo.


Pero no toda la zona es mala, el resto conserva una identidad de barrio popular, con pequeño comercio, bares tradicionales, algunos restaurantes de cocina casera, tiendas de moda con encanto, dos teatros y uno de los pocos cines porno de la ciudad.

Además de trabajadoras del sexo y drogadicto, en él convivimos en bastante armonía: los que, como yo, añoran el barrios de la pequeña ciudad, con los vecinos de toda la vida, que se han podido mantener aquí porque la zona no se ha encarecido demasiado. También hay inmigrantes, mucha gente joven y algo bohemia y cada vez más famosos que encuentran aquí el anonimato.

Todo esto lo cuento para que os hagáis una idea del tipo de barrio que ha sido hasta ahora, se me olvidaba comentar, que la zona está muy muy céntrica, a dos pasos de Chueca, Malasaña y Gran Vía, es decir que para los especuladores inmobiliarios sería un pastelito si no fuera por el problemilla que existe en estas confictivas calles.


Pero de la noche a la mañana, sale a la luz, que casi todos los locales de este área degradada, han sido comprados por un grupo inversor con la intención de crear «el centro fashion de Madrid» conocido ya como Triball (debe ser un juego de palabra asociado a Tribeca) al que ya han sido invitadas, según el artículo, grandes firmas de ropa tentados por alquileres de 20 euros el metro cuadrado. No hay problema con eso, puesto que calculan que el precio de los pisos de la zona se incremente entre un 20% y un 30%, y seguro que ya tiene muchos en su poder.

Esta noticia, coincide en fechas, con iniciativas de rehabilitación de la zona por parte del ayuntamiento como son: la instalación de cámaras de vigilancia en la zona; con la reconstrucción de la Plaza de la Luna, jardín vertical incluido; con la propuesta de peatonalizar algunas calles; con la fuerte presencia policial, con la insistencia de desalojar a los propietarios de uno de los restaurante con más tradición del barrio, El Bocho. ¿No da que pensar?.

Esto es gordo pero lo que más me indigna, es esa manera tan agresiva de comprar el comercio de un barrio para convertirlo en una especie de centro comercial a pie de calle, diseñado por los intereses de unos cuantos , empeñados en convertir una zona marginal en el paraíso de las compras de lujo, actividad que por supuesto, nada tiene que ver con el nivel económico y las inquietudes de los habitantes de la zona.


En el artículo del País, los nuevos propietarios del barrio, comparan lo que pretenden hacer en esta zona, con lo que ocurrió en barrios como Chueca o Soho.

Para mí nada tiene que ver. Estos dos barrios llegaron a ser lo que son, a través de una lenta transformación, iniciada por colectivos con claros intereses comunes, a la busca de un espacio donde poder desarrollarse. En el caso del Soho fueron los artista necesitados de grandes espacios para sus estudios. En el caso de Chueca, el colectivo gay, necesitado de una zona donde vivir sin ser marginado, rehabilitó y sacó del anonimato, un barrio lleno de droga y marginación para convertirlo en el más famoso de Madrid.

Me salgo un poco del tema y del barrio pero no quería dejar pasar la ocasión sin decir que lo que ahora mismo es Chueca, no me gusta. Lo considero casi un parque temático, un reducto cada vez menos auténtico, lleno de locales de diseño e invadido por visitantes que «van a ver a los gays» después de un duro día de compras por Fuencarral.


Todo en él es caro, con una estética similar, e incluso me atrevería a decir que algunos vecinos homosexuales están huyendo a barrios más tranquilos, dejando la zona para el negocio y para los visitantes de fin de semana.

Se que, al no conocerme, a alguien le puede molestar mi comentario, pido disculpas, pero no puedo dejar de decir que Chueca funciona en parte como un gran armario dentro del que se está tan cómodo que a veces cuesta salir.

También tengo criticas para la zona cercana de Fuencarral. Hace pocos años era el sitio al que ir si no querías vestir como los demás, tiendecitas de ropa alternativa jalonaban las calles, el Mercado de Fuencarral era un hervidero de tendencias, los jóvenes empresarios cuidaban la decoración el producto y por supuesto a los clientes.


Ahora las franquicias han tomado el terreno y ya da igual comprar aquí que en el Barrio de Salamanca, además las pequeñas tiendas han sucumbido al acoso de los caseros ambiciosos y ya no queda prácticamente ninguna.

Así, en un panorama comercial tan estandarizado, hubiera sido bonito que al ayuntamiento, dentro del plan de rehabilitación de la zona de Noviciado, se le hubiera ocurrido ayudar a jóvenes, con proyectos e iniciativas interesantes a instalar sus negocios en Ballesta y Luna.

Con esto se hubiera dando un poco de aire fresco al barrio y también la ciudad lo hubiera agradecido. Porque según mi modesta opinión, a esta ciudad le sobran franquicias y centros comerciales y le faltan pequeños comercios, estudios y talleres donde los jóvenes puedan desarrollar su creatividad y comercializar sus productos.


Encima cerraron los de El Ojo Atómico

Pero como esto ya no va a pasar porque alguien ha comprado el comercio del barrio en las rebajas de enero, es el momento de empezar a fantasear con lo que puede llegar a pasar.

Lanzo mis preocupaciones y preguntas al aire, si alguien tiene alguna respuesta me encantaría escucharla.

¿Quienes van a ser mis futuros vecinos?, (yo desde luego no me muevo de aquí, que trabajo cerca), ¿cuanto se van a incrementar los precios de los productos básicos?, ¿van a recibir mis vecinos, suculentas ofertas por sus pisos?, y si es así ¿donde se van a ir?, ¿voy a poder comprar una barra de pan normal cerca de casa? ¿el café me lo tendré que tomar en Starbucks? ¿van a subir por fin los precios en El Palentino?, ¿el Bocho cerrará y harán casas de 30 metros en el edificio?, Servirán brunch los domingos en Casa Julio y Casa Perico?, ¿qué mega centro comercial se instalará en los Cines Luna? ¿pondrán una pista de patinaje privada en la plaza Luna para las navidades? ¿limpiarán y adecentarán el cine porno para convertirlo en un local
multi disciplinar? ¿por fin el jardín vertical crecerá y reverdecerá? …

Como escribió SAM3 en esta misma calle Ballesta de la que estoy hablando… «gracias por su visita»…

Actualización 1-2-08

Al ir a sacar entradas para El Gran Atasco, programada por Escena Contemporánea 2008 me he llevado la desagradable sorpresa de que la obra, que en principio había sido programada en El Canto de la Cabra, ha sido reubicada en la que han dado en llamar Sala Temporal Triball, que está situada en Loreto y Chicote, 3.

Ni idea que ahí hubiera una sala y tampoco entiendo el cambio de última hora de una programación que se supone se hace con tiempo.

No se si será porque con la política de tirar precios que tienen estos señores hayan ofrecido mejores condiciones económicas. ¿Será que en esto también existe el regateo?.

Por ahora no he sacado la entrada, por no hacerlos el juego, pero claro, no me apetece quedarme sin ver la obra, ¿que hago?. Seguro que acabo yendo, así que ya os contaré.

También intentaré averiguar por qué no se ha representado finalmente en El Canto de la Cabra, un teatro alternativo con mucha solera y prestigio, que programa buen teatro alternativo contemporáneo. Seguro que perder una de las obra más interesantes de este festival, no ha sido bueno para ellos.

enero 25th, 2008

La increible dureza de los lugares abandonados


Me da la sensación de que hoy el mundo es un poco menos bonito y luminoso. Desde mi ático se ve así de gris.


Todas las fotos están sacadas de www.google.com si buscas en imágenes gaza+ruins te saldrán estas y muchas más.

diciembre 5th, 2007

Un parque sin hierba, una casa con césped y un jardín temporal


He visto en Ffffound un proyecto que el artista suizo Rahel Hegnauer (no se si es hombre o mujer) ha desarrollado del 2002 al 2004. Se llamó Grundriss y consistió en una intervención artística simultanea en un jardín y un apartamento.


Rahel eligió un jardín con suelo de verde hierba. En él dibujo el plano a tamaño real de un apartamento de dos habitaciones. Cuando tuvo las medidas pasadas al suelo, fue quitando poco a poco el césped del interior hasta dejar el plano, vacío de vegetación, en el suelo de tierra.



El césped que sacó del jardín, lo trasladó al piso y plantó sobre el suelo, que previamente había rellenado de tierra para que el trasplante funcionara bien.






Así, como yo lo estoy contando, no parece nada del otro mundo, mejor que miréis las fotos, las del interior de la casa consiguen un efecto de lo más curioso.

Además quería mostraros uno de sus últimos proyectos, llamado Jardin temporaire. Como su nombre indica, un jardín temporal que creció durante le 2006 en un solar de París.


El espacio sin construir entre dos muros medianeros, se llenó de recipientes de tierra, en los que se sembraron semillas de un montón de especies vegetales, también se plantaron algunos arboles, ya crecidos en un gran montículo de tierra.



Con ayuda de voluntarios vecinos y niños de un colegio, se cuidó de este jrdín inprovisado hasta que este estuvo completamente cubierto de vegetación.


Pasado un tiempo, se desmontó y quedó como se lo habían encontrado vacío. Pero me da la sensación que mientras duró, todos pudieron participar de este espacio hasta entonces feo, inútil y privado.


No es que en Madrid queden muchos solares como éste, pero sería tan bonito poder hacer algo así en alguno de los supervivientes… se me ocurre uno casi idéntico en la calle Fuencarral, al lado de todas las tiendas de moda, ¡que bien quedaría lleno de verde!.




noviembre 14th, 2007

Me deprime esa dichosa publicidad exterior

Siempre me ha interesado la publicidad y el marketing, entre otras cosas porque vivo de ello, aunque eso tampoco significa nada. Hace unos años, paralelamente a mi trabajo en agencia, monté junto con 3 socios una empresa de detección de futuros hábitos de consumo. Fuimos así pioneros «cazadores de tendencias» (me dan picores alérgicos sólo con escribir estas palabras).

Tampoco es que nos fuera tan mal, tuvimos algunos clientes, hicimos complejos informes, dimos conferencias he impartimos talleres. Pero a la larga tuvimos que rendirnos a la evidencia de que los clientes en general son muy conservadores.

Quieren saber lo que va a pasar pero en el fondo no quieren ser los primeros en experimentar, es demasiado arriesgado y alguien puede pedir explicaciones si sale mal. Así las cosas, cerramos con desilusión.


Mirándolo con algo de distancia, la experiencia fue buenísima, gracias a esto ahora tengo un compañero de fatigas editoriales de lo más interesante Ángel y nuestro Flylosophy, una continua fuente de satisfacciones, que nos permite escribir sin complejos sobre lo que nos interesa, además de conocer a gente increíble, con la que colaboramos.

Así es como he conseguido quitarme, fuera del horario laboral, ese complejo de trabajador-de-agencia-de publicidad a la vez que proveedor-acomplejado, obligado a justificar un trabajo que será cuestionado por sistema, por el cliente, el colaborador, el cuentacuentos, el director y hasta el vecino del quinto.

Y es que, he visto la luz y desde que salgo del trabajo ¡¡¡¡¡yo también soy cliente!!!!, sí, soy el potencial cliente de mis clientes y de los peores que se pueden echar a la cara. Porque soy como ellos, me gusta opinar, soy exigente, estoy informado, tengo claro qué es lo que quiero, no me gusta que me vendan nada y menos que me cuenten milongas y necesito probar antes de comprar.


Además tengo otras peculiaridades, tengo cierto gusto (perdón por la falta de modestia), estoy concienciada, preocupada, me he leído el Manifiesto Cluetrain y últimamente ando muy mosqueada con esa publicidad que invade mi espacio vital, que se cuela sin preguntarme, interfiriendo en mi vida y relacionándose de la peor manera con mi querida ciudad.

Tengo enfado para dar y tomar. Para las agencias (las grandes por supuesto, las pequeñas como la mía, me dan pena), para los anunciantes, también para los que comercializan los soportes de exterior, por supuesto para los ayuntamiento, para los funcionarios corruptos y para un señor bajito que pasaba por aquí y que dijo que le gustaban los mupis.

Desde hace algo más de un año vivo virtualmente en un ático ideal, lleno de flores y cosas bonitas, buenas y auténticas, donde todo es ecológico, sostenible, reciclado, humano, artístico, por lo que no me gusta un pelo que sea precisamente la publicidad la que me impida disfrutar a gusto de este paraíso que me estoy diseñando.


Así que, sentada entre mis flores, he leído interesada, varios post de Enrique Dans en los que habla del futuro de la publicidad. Por un lado me he puesto contenta, los estudios dicen que «vivimos una fortísima y rápida transformación de los medios tradicionales unidireccionales hacia Internet».

¡Qué bien!, he pensado, cuanto más gasten en la red menos dinero tendrán para fastidiar la ciudad.

Pero claro, si todos emigran a la red ¿que pasará con los soportes en desuso?, ¿los van a quitar o dejarán que se vayan deteriorando hasta convertir el paisaje, en un decorado de Mad Max, como cuenta Muack que ha pasado en Sao Paolo?

Después, he leído el comentario que Aloe ha dejado en uno de los post de Enrique y un escalofrío ha recorrido mi espalda. Transcribo alguna de las inteligentes cosas que comenta.


«Volábamos bajo el radar de los marketeros, pero tanta suerte tenía que acabarsenos. Qué poco dura la alegría en casa del pobre. A partir del momento en que se vayan dando cuenta de a donde nos hemos ido, empezarán a perseguirnos por métodos cada vez más ingeniosos, volviendo a su favor características como el anonimato, la dispersión, la calificación colectiva del interés, pertinencia o contenidos de los sitios…»

Porque esto que pasa en la red, también está ocurriendo en la publicidad que a mí más me importa, la exterior. Hasta ahora nos habíamos enfrentarnos a horrorosas marquesinas, vallas, mupis, rótulos luminosos, lonas, carteles y alguna cosilla más, ahora que les han dicho que no funciona, nos están agrediendo sin mesura con pretendidas estrategias publicitarias de «todo vale si consigo notoriedad».

Así por ejemplo en Madrid estamos viviendo estos días una escandalosa «Invasión de los mamotretos». Además la zona centro sufren el asalto de todos esos incautos anunciantes que quieren publicitar sus productos con una cosa que su agencia les ha recomendado y que se llama «campaña teaser» que combinada con algo de «acción de guerrilla» y una «pegada de stickers» con enigmáticos mensajes, les proporcionará una notoriedad nunca vista hasta ahora.


Y ¿qué decir de todas esas acciones de publicidad no convencional en medios tradicionales?… mupis con pelo de los Simpson, soportes de los que sale humo, extraños corpóreos pegados a gigantescas vallas, marquesinas revestidas de vinilos con un agujero por el que se ve el pelo de la gente que está esperando el autobús… sin comentarios.

Lo que en principio era publicidad no convencional, con un discurso novedoso y bien traído, se está convirtiendo en un «cajón desastre» donde la notoriedad está por encima de la calidad. El lema «Que hablen de mí, aunque sea mal» está en la calle.

Confío en que esta estrategia, pronto morirá de éxito. Si estas iniciativas pretendidamente novedosas siguen aumentando, dejaran de cumplir su función y entonces quizás poner algo bonito en un soporte convencional será otra vez lo original. Así, todo volverá a empezar.


Mientras esto se normaliza, pongo mi grano de arena, para añadir más ruido, soltando ideas algo «raritas», por si algún anunciante o agencia está interesada en conocer la opinión de un potencial cliente como yo.

NO insertar publicidad en los mamotretos.
NO pegar mensajes chorras por mi barrio.
NO poner a gente disfrazada de cosas absurdas queriendo interactuar conmigo.
NO pegar vinilos extraños en las marquesinas.
NO poner caras gigantes de sus representantes en las lonas de los edificios.
NO aprovechar fiestas y verbenas populares para llenarme de octavillas.
NO utilizar la estética del street art para colarme publicidad, si lo consiguen les perdono.
NO utilizar marketing de guerrilla que no sea por una buena causa o verdaderamente original.
NO invadir las zonas publicas tanto exteriores (calles) como interiores (aeropuertos, estaciones, centros comerciales…) con objetos a gran tamaño envueltos para regalo o empaquetados cual bocadillo.
NO hacer ruido.
NO intentar venderme nada por la calle y menos decirme que están colaborando en un proyecto benéfico del Tercer Mundo…

Y es que a mí, lo que realmente podría convencerme, sería que el anunciante viera la publicidad como un servicio público que debe prestar al consumidor, renunciando en parte a hacer campañas tan evidente para intentar aportar soluciones a problemas reales de la comunidad. Esto sería apreciado por mí y creo que a ellos también les compensaría, pues conseguirían una repercusión mediática importante.


De este modo estará entre mis anunciantes preferidos, el que compre por un largo periodo el espacio publicitario de los mamotretos, para después dejarlos «totalmente vacíos», sin logos, sin iluminación y si puede ser sin parte posterior.

También serán reconocidos los que se nieguen a insertar su publicidad en ellos, con el argumento de que lo que no gusta a los ciudadanos a ellos tampoco. Y que si los compran será para utilizarlos como fuente de información útil, planos de situación, información de museos o simplemente para colocar reproducciones de cuadros o de fotos que alegren la vista.

Serán un anunciante querido el que como acción de guerrilla, acondicione espacios públicos como zonas de esparcimiento para los ciudadanos, habilitando zonas verdes provisionales donde se necesiten. El espacio no tendría por que ser muy grande, lo que ocupa una plaza de aparcamiento.


Nada me complacería más que el dinero que iba a gastar en una acción especial, lo invierta en plantar arboles en parques público, a los que además podría dotar de infraestructuras que invite a utilizarlos.

Que bueno sería, que en vez de contratan a personas para interactuar con los transeúntes, estas se ofrecieran para ayudar a transportar bolsas, hacer la compra o simplemente para charlar. Nada de dar abrazos, que está muy visto.

Y si alguno, huyendo de la publicidad exterior, patrocinara fuentes, (alguna se podría encargar a Jaume Plensa), infraestructuras públicas como piscinas, baños públicos, quioscos donde hacer un alto en el camino… todo con un alto criterio estético, yo caería rendida ante él.


Si además donará todos los materiales y merchandising que no usa para elaborar objetos creativos en talleres prácticos sobre reciclaje que ellos mismos organizarán, a ese le compraría lo que me pidiera…

Deben saber los anunciantes, que si no hacen cosas así, serán castigados con el látigo de mi indiferencia, y entonces tendrán que limitarse a fabricar buenos productos y dejarme en paz para que pueda decidir lo que me interesa por mí misma.

Aunque todo esto es un cuento de ciencia ficción, sí que se perciben algunas maneras interesantes de hacer publicitar sin deteriorar los espacios públicos. Algo se está haciendo ya y mucho se puede aprender de disciplinas artística y técnicas, pero siempre mirando mas allá del coste por impacto.


Ya he comentado la iniciativa de algunos anunciantes que han contratado a graffiteros para que hagan para ellos publicidad reversible en zonas sucias de la ciudad. Con esto consiguen soportes gratuitos, y como no querrán que la competencia también los utilice, también saldremos nosotros ganando con túneles más limpios.

Que nunca va a querer prescindir el anunciante de lanzar su mensaje al exterior es claro, pero se puede hacer que estos sean provisionales. Sería altamente recomendable utilizar holografías (cuando la técnica se perfeccione), esculpir el producto en bloques de hielo, que pasado un tiempo desaparecerá sin dejar rastro. Se podrían utilizar proyecciones, o graffitis con luz. Todo para que no quede rastro una vez desaparecido el mensaje.

Además algunas acciones de guerrilla son aún buenos ejemplos a seguir, sobre todo las llevadas a cabo por ONGs, asociaciones ecologistas, de salud, escuelas y universidades, agrupaciones, artistas, organizaciones sin ánimo de lucro, publicaciones, y alguna empresa «iluminada«.

Algunas son muy sencillas y con gran poder de concienciación, además de no ser demasiado agresivas con el entorno urbano.


La mayoría de estos ejemplo los he sacado de tres blog que visito con asiduidad y que recomiendo Metablog v5, Marketing Alternatif y WebUrbanist.

Las maravillosas fotos pertenecen a la maravillosa serie de Tony de Marco titulada Sao Paolo No Logo que conocí a través de Muack, y que quería compartir con vosotros.

Siento el rollo pero necesitaba desahogarme un poco.


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