mayo 22nd, 2009

Masacre verde en Lavapies


Hoy es un día triste para mis compañeros de Esta es una Plaza y para mí, la han cerrado y según parece, sin posibilidades de reapertura a corto plazo.

Como os conté, La Plaza estaba abierta y llevábamos dos semanas trabajando muy duro, en colaboración de los vecinos, para que llegados los calores pudiéramos pasar jornadas más fresca y en contacto con la naturaleza, en una de las pocas zonas verdes que quedan en el duro centro de la ciudad…


Pero ayer la puerta amaneció adornada con un enorme candado… Primero sentimos un tremendo disgusto, pero después, más animados, decidimos volver otra vez a batallar con el ayuntamiento, dueño de este solar cerrado hacia 30 años, para conseguir una cesión temporal.


Hoy la cosa ha empeorado, a las 10 de la mañana nos han avisado, que una máquina estaba destrozando todo lo que, con tan grandes esfuerzos, habíamos levantado.


No ha quedado nada en pie, ni los muebles, no los campos de juego, ni el teatro, ni sus gradas, ni la zona de petanca, ni las hamacas… Pero lo peor, es que han hecho desaparecer bajo las palas, una huerta sembrada hacía 5 meses y varios árboles, que los vecinos habían plantado por las mismas fechas y que ya habían echado fuertes raíces en el solar. ¿Se puede hacer esto?, ¿es lícito destrozar arboles?…


Muy rara nos parecía la repentina y cruel acción, más cuando ya teníamos una cita concertada, con la representante de urbanismo, en la que nos habían pedido que explicáramos el proyecto, que hacía 5 meses habíamos presentado en el ayuntamiento.


Pero las sorpresas no habían acabado y esta tarde, en una reunión con otros colectivos de Lavapies, la verdad ha salido, por fin, a la luz y por donde menos lo esperábamos…


La Asociación de Vecinos de la Corrala, solicitó hace cosa de un mes, que se les concediera la ocupación del solar de Doctor Fourquet, como zona de acopio de material, de unas obras que próximamente se van a acometer en el barrio, pronto aportaré datos más concretos sobre estas obras…


El caso es que, según ha contado su presidente, a los vecinos, les molesta que los materiales estén en la calle, porque restan espacio de aparcamiento. Lo que ya no sé, es si la molestia es sólo para los vecino que él representa o ha hecho una encuesta para ver si es una preocupación generalizada en la zona…


Total, que según parece, han desolado y masacrado una zona verde, que a mi entender debería ser un espacio protegido, para meter casetas de obra y materiales varios. Y así, de la noche a la mañana, sin pensar en los que llevábamos tiempo trabajando dentro, con alevosía y premeditación, han dejado el barrio, una vez más sin un espacio para el recreo, intercambio y convivencia… con la falta que hace… estoy por jurar, que más que espacio para coches…


Personalmente, me gustaría ver el proyecto que estos vecinos han presentado, debe ser maravillosamente beneficioso para el barrio, para que en tan poco tiempo el ayuntamiento haya decidido acometer semejante atropello, olvidando por los despachos, el proyecto que presentamos hace más de 5 meses.


Las fotos hablan por si mismas, que yo tampoco me quiero poner sentimental. En ellas se ve el antes de un proyecto ejemplar, pensado y elaborado durante muchos meses y llevado a cabo con el esfuerzo de muchos y el después, cuando todo se ha venido abajo, gracia a una tecla bien tocada y dos horas de trabajo de una máquina…


Si queréis estar al tanto de lo que va ocurriendo, por favor apuntaros a la base de datos de Esta es una Plaza y echad un vistazo al blog, ahí iremos subiendo imágenes actualizadas que muestren cómo el espacio se va llenando de escombros y casetas. Además iremos contando las iniciativas que pensamos llevar a cabo para que se nos escuche…


Pensando en el tema, me siento algo mal por haber contribuido a que saliera a la luz pública, un espacio maravillosamente verde y que había permanecido virgen 30 años, cuando, para qué nos vamos a engañar, lo que hemos acabado consiguiendo es que personas con un poder que no sabemos bien de donde les viene, bueno… a lo mejor nos lo podamos imaginar…, hayan acabado convirtiéndolo, en un solar desolado, pero más cómodo para almacenar material de construcción.










Yo, no salgo de mi asombro y tengo, taladrándome la cabeza, una constante pregunta, ¿hasta cuando se puede seguir utilizando una doble moral urbanística que por un lado nos vende zonas peatonales, nos propone un ejemplo de ciudad libres de coches y se engalana de ecología y sostenibilidad, para vender, tengo una corazonada, ¿quizás unos juegos olímpicos?… para, en la práctica, apoyar iniciativas que contribuyen a que el centro siga lleno de coches… o que las contructoras, solucionen su problema de almacenaje de material…


Y para que veáis que en otros países no es una utopía la cesión para uso temporal de espacios vacíos para la autogestión, os cuento que en París hay un convenio desde 2003 que favorece el uso temporal de solares para hacer jardines urbanos compartidos.


Y cuando los dueños necesitan el solar, el propio ayuntamiento se encarga de ayudar a la asociación de vecinos a realojar el jardín en otro solar… impresionante.


Un precioso ejemplo práctico es el llamado Jardin temporaire, que creció durante le 2006 en un solar cedido de París.







En Grecia, un interesante proyecto vecinal llamado Parking Parko está germinando en un solar perteneciente al municipio de Atenas, que los últimos 19 años había estado alquilado a una empresa privada, que lo usaba como parking abierto.


Según me han contado, el contrato como parking termino y como estaba claro que el ayuntamiento no iba a utilizar el espacio para hacer una plaza publica, prefiriendo ceder el terreno a alguna empresa constructora, los vecinos del barrio unidos, decidieron convertirlo por iniciativa propia, en una verdadera plaza verdes para el encuentro vecinal, el trabajo, la convivencia y las actividades culturales.

En este caso no se si les han concedido el uso, pero según se puede ver en las fotos el proyecto es de lo más participativo.


Algunas veces la utopía cobra forma real… pero está claro que no en Madrid…


De nuevo siento perplejidad ante semejante desenvoltura tomando atribuciones en el barrio que sólo corresponden al ayuntamiento.




Madrid ¿la suma de todos? o ¿Fahrenheit 451?.



Uff, perdonad el espeso texto… será por la indignación…


ACTUALIZACIÓN:
Respuesta de La Asociación La Corrala, que podéis leer en Madrid me Mata.

Esto que voy a decir es a título personal ya que esto es un blog en el que suelo exponer libremente mis opiniones, que conste pues, no estoy hablando en nombre de Esta es una plaza y por alusiones explícitas de este colectivo, tampoco me responsabilizo de los comentarios hechos por los demás en este post, aunque tampoco los censuro.

De nuevo me quedo perpleja e indignada por la naturalidad con la que esta asociación se permite el lujo de actuar como si el barrio fuera suyo y como si todo lo que se quiera hacer en él tenga que pasar por su control y visto bueno.

¿En qué cabeza cabe que vamos a sentarnos a negociar y a presentar nuestro proyecto a una asociación vecinal, sin aparente poder de decisión, que está interesada en usar para sus casetas de obra, un solar que llevaba 30 años cerrado y en el cual no habían reparado hasta el momento en que nosotros empezamos a desarrollas nuestro proyecto de autogestión vecinal?…

…pudiendo hablar con el ayuntamiento con el que ya teníamos una cita apalabrada y habiendo presentado hace más de 5 meses un proyecto perfectamente documentado (por desgracia para algunos somos gente instruida y con un discurso bien articulado)… ¿qué teníamos que negociar con ellos, si no tienen poder real sobre el solar?.

Algunos entresacado del texto explicativo de La Corrala que me han llamado la atención:
«En efecto, las casetas no caben en las calles objeto de obra: las aceras son demasiado pequeñas y no se pueden reducir plazas de aparcamiento e instalar material en la calle sin molestar considerablemente a los vecinos y a las vecinas de la zona durante la duración de las obras. El lugar más cerca que se había encontrado era el solar de la calle Doctor Fourquet.«

Yo añadiría: importándonos un comino que estuviera desarrollandose en él una actividad para los vecinos, que también se supone que son sus vecinos, aunque muchos no tengan coche.

«Pensaron que si fuera posible, se podría abrir otra entrada al solar y compartir el espacio entre las casetas de obras y el proyecto. El espacio sería reducido pero el proyecto podría continuar. Tras exponer una serie de condicionantes ( Dentro de estas condiciones:“Esta es una plaza” debe constituirse en asociación para que pueda tener la responsabilidad del solar; la plaza no puede estar abierta las 24 horas del día sino que debe quedarse cerrada por la noche y tener horarios de aperturas fijos y responsables.), el presidente propone la posibilidad de montar un proyecto conjunto entre “Esta es una plaza” y la AVV La Corrala.

De nuevo ellos, usurpando funciones del ayuntamiento y poniendo sus condiciones… qué pasada…

Además, hay que decir también que esta reunión no existió, nadie nos convocó a hablar el día que ellos mencionan y si nos enteramos, fue porque uno de nuestros compañeros asistió a otra reunión en la que ellos estaban, pero era para otros temas, que ahora mismo no recuerdo, ya que no eran asunto de La Plaza…

La pena es que en el fondo tenían razón y al final han hecho y deshecho a su antojo, a la vista está, y si fuerzas mayores no lo remedian, pronto estará lleno de estas casetas que tanto les incordian en la calle…

Para terminar otra lindeza que ha salido de este escrito de La Corrala:
Por otra parte, se ha engañado a las personas que leen y participan en este tipo de blogs. Se piensa que todo lo que se publica en el blog es verdadero. Los/as que lo leen apuestan por relatos exactos sobre el desarrollo del proyecto. Escribir y publicar en la web tales mentiras es abusar de la confianza de los que apoyan y participan en el proyecto.
A la Asociación le gustaría que se restablezca la verdad sobre lo sucedido y que se acabe el engaño.

Esto… sin comentarios…

mayo 20th, 2009

Construcción con forma de fruto seco


El nuevo Club Med de Senegal es un buen ejemplo de cómo con cierto compromiso con la naturaleza, sensibilidad, buenas ideas y saber hacer, se pueden llevar a cabo proyectos constructivos interesantes y novedosos, aunque el cliente que lo encargó sea de alto nivel económico y acostumbrado a todo tipo de comodidades.


Me gusta este proyecto llevado a a cabo por el arquitecto francés Edouard Francois porque me parece que se integra bien en el paisaje aunque sin tratar de mimetizarse totalmente consiguiendo no destacar de manera ostentosa en el entorno y sin caer en los tópicos en los que incurre este tipo de construcciones para el turismo de élite, que en la mayoría de los casos trata de camuflar macro hoteles de lujo dentro de la forma de construcciones tradicionales. Sin conseguirlo la mayoría de las veces…


En este caso, las suites del Club Med Resort han sido construidas basándose en la forma de un cacahuete que han sido elevadas sobre el terreno de manglares con grandes postes de madera y recubiertas con un tejido de paja y madera que trata de imitar la textura de la piel de cacahuete.


El resort constará de 250 habitaciones que estarán terminadas el próximo año y el complejo se integrará en un entorno acondicionado para que el cliente se sienta en verdadero contacto con la naturaleza ¿?.


Si queréis seguir echando un ojo al resto de trabajos de este arquitecto, descubriréis otras construcciones igualmente interesantes en las que se aprecia un interés especial por las fachadas hechas con materiales tradicionales y propios del entorno en el que se levantaron.


En entornos urbanos, siempre intenta rodearse de naturaleza y verde, aunque tenga que hacerlo de una manera artificial y exagerada…


Sus construcciones en el campo, sus jardines y sus proyectos urbanísticos son también muy especiales y nada ostentosas. Me gusta este arquitecto.


Lo conocí aquí.
















mayo 3rd, 2009

Estatua de la Libertad en campo de trigo


Para rematar la semana y con ella mi periodo de desintoxicación artística, os quería dejar Wheatfield – A Confrontation, una impresionante intervención urbana de Agnes Denes, artista que desde los años 60 lleva realizando una comprometida obra de carácter conceptual, en la que trata de explorar la relación entre naturaleza y cultura y que seguro ha tenido influencia en el trabajo de artistas, que actualmente realizan intervenciones en este sentido.


Esta pionera del arte medioambiental, afrontó de manera, muchas veces monumental, temáticas ecológicas, culturales y sociales y un claro ejemplo de su manera de pensar lo tenemos en Wheatfield – A Confrontation realizada en 1982 y que convirtió un solar del Battery Park de New York, en un campo de trigo.


Eligió un terreno de 2 hectáreas, próximo al World Trade Center, frente a la Estatua de la Libertad, que en ese momento estaba sirviendo de vertedero y negoció el uso temporal de este solar de gran valor urbanístico, para convertirlos en un campo de trigo.


Con ayuda de voluntarios, el sitio fue limpiado, plantado, cosechado y luego recolectado, de esta simple manera, la invasión de la naturaleza actuó como una anomalía en el contexto de una masificada ciudad, poniendo en evidencia la disparidad económica entre el uso real de la tierra y un valor de mercado, inflado por la especulación.


Después de meses de preparativos el campo de trigo fue plantado, para ello hubo que traer doscientos camiones de tierra y se hicieron a mano 285 surcos donde se plantó la semilla. Durante 4 meses se cuidó la plantación, se limpio de malas hierbas, se fertilizó, se fumigó y se instaló un sistema de riego automático. Pasados 4 meses se obtuvieron 1000 libras de saludable y dorado trigo.


El grano cosechado viajó a veintiocho ciudades de todo el mundo en una exposición llamada «The International Art Show for the End of World Hunger«, organizada por el Museo de Arte de Minnesota (1987-90) y las semillas fueron cedidas a personas que las plantaron en muchas partes del mundo.


Así fue como, sembrar y cosechar un campo de trigo, en una tierra de 4,5 mil millones de dólares de aquella época, se convirtió en una poderosa metáfora y una hermosa manera de hablar de la alimentación, la energía, el comercio, la economía, la mala gestión, el despilfarro, el hambre en el mundo y las preocupaciones ecológicas.


Además, inolvidables momentos debió brindar la artistas a aquellos que fueron testigos de los cambios en el solar, del crecimiento y evolución durante, su ciclo de vida, de unas plantas no autóctonas de una mega urbe como Manhattan.


Para mí, la imagen de la Estatua de la Libertad rodeada de doradas espigas, tiene un mensaje visual difícilmente superable…

Recomiendo echar un vistazo al resto de sus intervenciones, mucho hay que aprender de ellas.

marzo 15th, 2009

Donde dije temporal, digo temporada

Hace unas semanas, David Estal, me hizo el regalazo de escribir este refrescante texto para Flylososphy y hoy, aprovechando que hemos tenido un día caluroso, quiero dejarlo en el ático porque al leerlo, siento como si un poco de brisa fresca soplara y se llevara volando el polvo rancio y gris que se va posado sobre el entorno urbano que me rodea. Espero que os guste tanto como a mí.

A partir de un inocente juego semántico se trata una cuestión de mayor relevancia: la pertinencia de lo efímero para identificar las posibilidades y las claves del espacio público, también como experiencia o transición para lo permanente.

¿Quién dijo arquitectura temporal

Dicta la R.A.E que el calificativo ‘temporal’ responde a aquello que dura un tiempo, que no es eterno. Coloquialmente, estamos acostumbrados a asociar este término a situaciones con cierta connotación negativa como el ‘trabajo temporal’, la ‘baja temporal por enfermedad’, o el ‘temporal de lluvia’.

En cambio, la expresión ‘temporada’ viene definida como un espacio de varios días, meses o años que se consideran aparte formando un conjunto. Y pone como ejemplos de carácter positivo: ‘temporada de verano’ o ‘la mejor temporada de mi vida’. También responde gozosamente al tiempo durante el cual se realiza habitualmente algo como la ‘temporada de ópera’ y, temporada también es aquello que ha sido o se usa en cierta época como ‘la fruta de temporada’ o ‘un vestido de temporada’.

De igual modo que hace un tiempo en Flylosophy se aportó en el artículo “La arquitectura como regalo” otro término más adecuado para la arquitectura efímera: ‘arquitectura de travesía’, recurro inocentemente a este matiz semántico entre ‘temporal’ y de ‘temporada’ como punto de partida para reafirmar la intervención en espacio público, a veces desatendida o considerada como de segunda categoría dentro de la construcción de la ciudad. Sin embargo esta arquitectura también es una obra ‘de verdad’ porque también ‘se construye’ y, lo bueno si breve, dos veces bueno.

La ‘arquitectura de temporada’ es una arquitectura valiente con gran capacidad de resolución que, como ‘la otra’, también responde a un lugar, razona la forma, aspira a la belleza, atiende a una función e interactúa con los ciudadanos en general y con el usuario en particular, el cual se apropia de ésta con mayor facilidad, por su cercanía, por su menor imposición o intimidación. Igualmente, los usos temporales del espacio público son vistos como herramientas para activarlo, éstos revelan las posibilidades del espacio y son capaces con pocos medios de resolver grandes problemas.



Intento de re-habilitar un solar del
Cabanyal (Valencia) por los vecinos y su respuesta institucional.

Como curiosidad ociosa, tecleamos en Google-Imágenes las expresiones ‘arquitectura temporal’ y ‘arquitectura de temporada’. A continuación observamos los resultados. Vemos que al menos no nos indica ‘quiso usted decir arquitectura efímera’. Así pues, fijándonos exclusivamente en la primera página de fotografías comparamos que, con la entrada ‘arquitectura de temporada’, se nos ha colado como primera imagen la temporada de fútbol. En ese sentido también aparece una obra teatral en una facultad de arquitectura. Intentando encontrar entre las imágenes alguna que se aproxime a lo que buscamos, ‘arquitectura de temporada’, con cierta emoción vemos que surge ‘algo’ del blog de Edgar González. Sin embargo se está refiriendo a que comienza la temporada de talleres de arquitectura de verano, siendo el de Santander el primero de ellos. Por otra parte, sorprendentemente aparece la cara de Frank Gehry. Y, sin más importancia, también encontramos unas habitaciones en el campus-anuncios, un urbanista colombiano que busca hospedaje por una temporada en Madrid y una frase que reconforta: buenos tiempos para la arquitectura.



Resultados Google para ‘arquitectura de temporada’.

En cambio, en el Google-Imágenes para la locución ‘arquitectura temporal’ gana protagonismo con tres entradas el Kubik Ilumina, realizada en el 2007 en el Fórum de Barcelona. Y como éste, el resto de imágenes, más o menos, están relacionadas con el término tecleado. Cabe destacar el almacén temporal para fruta dentro del conocido blog de Judith Bellostes, aunque aparece dudosamente clasificado en la sección de arquitectura rural, disponiendo este blog de una sección dedicada a la arquitectura efímera.



Resultados Google para ‘arquitectura temporal’.

Este pasatiempo manifiesta que rebautizar como ‘arquitectura de temporada’ a la ‘arquitectura temporal’ no solo sería novedoso, sino que si se repite muchas veces en este artículo tal vez consiga aparecer en la primera página del Google e incluso, con voluntad, podría definirse en la Wikipedia. De este modo, esta redefinición de lo temporal con un matiz más positivo y pertinente, enaltece el valor del mismo y la actitud frente a ello.

¿Cuánto dura lo que no dura?

Resultaría excesivamente simple el pensar que la arquitectura efímera tiene una vida corta. Las cosas efímeras pueden durar mucho tiempo, solo hay que preocuparse por ellas. Lo efímero en la arquitectura viene acompañado implícitamente de una voluntad orientada hacia la sostenibilidad referido en cuanto a la economía de la acciones, optimizando aquello que se construye. .



Búnker transformado en un rocódromo urbano.
Sternschanze.

Frente a la permanencia del monumento tradicional, Antoni Muntadas anima al artista, al arquitecto a la necesidad de actuar ante determinadas circunstancias en momentos específicos, poniendo en duda el carácter impositivo del signo que permanece, trabajando a partir de la idea de lo efímero en relación con el contexto y con un carácter interdisciplinar.

Lo construido, lo creado se enfrenta al paso del tiempo con negatividad. En las escuelas de arquitectura se hace referencia a la vida útil de lo construido con una vocación de permanencia, para durar el máximo tiempo posible. Ésta es seguramente una idea occidental, de herencia defensiva, reflejada desde la firmitas vitruviana. Pero en otras culturas, como la asiática, aparecen materiales más frágiles que la piedra o el ladrillo como el papel, el bambú o la madera. Así pues, encontramos conceptos como el japonés wabi-sabi que incluye la idea de que las cosas frágiles sobreviven por el modo como la gente se relaciona con ellas. Parece que la idea de lo efímero está más enraizada en la sociedad asiática, mientras que el mundo occidental se centra más en la conservación. En compensación a esto, el consumismo, lo desechable y la moda son reacciones extendidas en la sociedad y la arquitectura occidental.

Aún así, en los años sesenta, Marshall McLuhan ya enunciaba el tránsito de una arquitectura de ‘lo visible’ (representación) a una arquitectura de ‘lo táctil’ (percepción). Al fin y al cabo, la arquitectura se acerca a la sociedad a través de sensaciones, más que a través de la geometría y la perspectiva. Y la ‘arquitectura de temporada’ posibilita este acercamiento de forma más ‘natural’. Por tanto, lo efímero en el espacio público no es una limitación, sino una oportunidad.

La rutina hace invisibles las cosas

“Muros comunicativos”, “Transprogramación de espacios comunes”, “Sobre ruedas qué”, “Escaparatismo”, “Cacharros heridos”, “Entre paréntesis”, “Desayunos públicos”, “Ni vallas ni luces”, “Marcas de posición”, “Iconos reversibles”, “Bosques invertidos”, “Traducciones de espacios urbanos”, “Descampados habitados”, “Intrometidos”, etc. Todas estas prácticas así catalogadas en mi ordenador son intrusiones urbanas que a modo de señales interrogativas en la calle reclaman nuestra participación y atención.



Campo de fútbol utilizado como cine de vernao. Millerntor Stadio. Hamburgo.

El espacio con autoridad de ser público también tiene nombre. De la A a la Z, el alma de la ciudad se materializa según la A.E.A.T en: ‘alameda, aldea, área, arrabal, arroyo, avenida, bajada, barranco, calle, calleja, camino, carretera, caserío, colegio, colonia, conjunto, cuesta, entrada, escalinata, explanada, extramuros, extrarradio, glorieta, gran vía, grupo, huerta, jardines, lado, lugar, manzana, mercado, monte, muelle, parcela, parque, pasaje, paseo, plaza, polígono, prolongación, puente, puerta, ramal, rambla, rampa, rincón, ronda, rotonda, salida, sector, sección, senda, solar, subida, torrente, travesía, urbanización, vía, vía publica’.

Sin embargo, tal como indicaban Ábalos y Herreros en “Áreas de impunidad” (otro término ‘inventado’) hay otros lugares desregulados como los descampados, asociados a la periferia urbana, donde el concepto convencional de espacio público se transforma en una libertad pública extrema. Esto da lugar a unas formas no tan conocidas de utilización del mismo, y por tanto, las intervenciones dependen y atienden al uso inconsciente del deseo de la gente. Una oportunidad de renovación que se materializa a través de una arquitectura efímera con carácter periurbano que descubre lo público.

La ‘arquitectura de temporada’ en diálogo con el espacio urbano, lo sirve y lo mejora. Así pues, la obra no tiene que imponerse, sino exponerse, dejarse apropiar con una preocupación contextual. De lo que se trata es de mirar las cosas de otras maneras, de releer el entorno con optimismo, de identificar oportunidades, de ceder, de implicarse, donde el contenido es importante y la forma se adapta a las necesidades de cada trabajo. Es decir, llenar no el espacio físico sino el espacio mental del imaginario colectivo, buscando iconografías comunes.

Dígase ‘arte público’, ‘arte urbano’, ‘arquitectura efímera’, ‘exteriorismo’, ‘instalación’, ‘intervención en espacio público’, ‘arquitectura temporal’ o ‘arquitectura de temporada’. Más allá de etiquetar ambiguamente, debemos pensar en arte o arquitectura que se reencuentra con la cultura de lo público, que mira a su alrededor, que incide en los procesos de activación urbana. Éste es uno de los retos de la ciudad actual.

Quizá, en el momento actual más que en ningún otro, frente a una aclamación del verticalismo aburrido en las ciudades que reitera la exhibición de un poder económico o político, se nos presenta la oportunidad de la improvisación, la generación de experiencias, la construcción de situaciones, la intervención en el espacio público como un panorama más participativo (‘autoespacio público’), alternativo a la hiper-planificación y un signo de mediación y libertad. Por ello, insisto, no digamos ‘temporal’ porque con la ‘arquitectura de temporada’ la ‘Ciudad’ permanecerá.

David Estal (arquitecto, Valencia).

febrero 26th, 2009

Verde urbano


Mirando las fotos del post anterior, es decir, el de más abajo, no puede uno evitar sentir verdadera pena al ver cómo un espacio tan extenso y despejado dentro de la ciudad, se haya visto reducido, por obra y gracia de un proyecto de cortas miras, a una tremenda extensión gris sobre fondo gris, bueno sin olvidar el aprendiz de jardín vertical, medio seco, que se ha plantado en uno de los laterales de la plaza, justo donde no da nunca el sol.


Pero esta Plaza de la Luna (Soledad Torres Acosta), no es la única que luce así de tristona, y es que absolutamente todas las que se están proyectando en estos últimos años en la capital, tienen el mismo tono desagradable, duro, frío e inhóspito. ¿Será casualidad o que todas han sido diseñadas por los mismos? o ¿no será simplemente que compran el pavimento en la misma tienda?…


De eso estaba hablando, en nuestro accidentado desayunos, con Gema y Consuelo que saben mucho de todo esto y que me decían que el verde es un color que da miedo a algunos arquitectos, ya que no es fácil prever cuál va a ser su comportamiento.


Vaaaaaaale, ahora lo entiendo, mejor ponemos un gris, que es un color seguro, que no engaña, destiñe, ni evolucionar a otras tonalidades más alegres, que inviten a utilizar las plazas, con lo que el negocio de los cutrechiringuitos y las casetas se resentiría.


Es difícil pensar en una plaza madrileña de color verde, como también debe ser complicado para los habitantes de la ciudad de Tokio, imaginarla completamente cubierta de verde.


Para facilitar la tarea a los menos imaginativos, algunos artistas japoneses participaron en el proyecto Green Island, y echando mano de socorridos retoques fotográficos, nos muestran, sin dejar nada a la imaginación, cómo luciría la ciudad, si el verde se apoderara de las calles y los espacios públicos.


A mí estas imágenes, me parecen de lo más provocativas, vamos que al verlas, me dan ganas de ir tirando semillas de césped por las calles, a ver si en un tiempo se llenan de vegetación.


Un día de estos voy a hacer un retoque de photoshop con mi querida Plaza Luna y voy a simular como serían los desayunos. Ya no necesitaríamos cajas de cartón, que parece que molestan, con un simple mantel de cuadros bastaría.


En el terreno de lo real, en algunas ciudades ya se están utilizando los tejados como zonas verdes y por lo visto es de lo más ecológico y sostenible porque aísla facilitando así el ahorro energético.


Otros espacios de la ciudad, susceptibles de ser llenados de verde, ya se está haciendo por ejemplo en Barcelona, son las vías por donde transitan trenes y tranvías urbanos. Al ser vehículos con pequeños espacios de rozamiento, permiten ser rodeados de vegetación, lo que no sólo es estéticamente precioso, pues crea como ríos verdes, fluyendo por el gris asfalto. Además ayuda a drenar la lluvia y reducir la contaminación.


Parece perfecto, según nos lo plantean en el artículo de donde he sacaso la información, allí explican con más detalles todos los pro y algunos pequeños contras de esta solución urbanística.


Lo he conocido aquí.

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