Hoy, un buen ejemplo de que con buenas ideas y pocos medios también se puede dar nuevos usos a espacios olvidados.
La intervención que os quiero mostrar, ha sido llevada a cabo en Eslovenia, por los arquitectos Siiri Vallner y Indrek Peil, para el festival Lift11, en la zona portuaria del Kilometro de la Cultura de Tallín, en una localización que había quedado en deshuso por no ser apta para las labores de desembarco de mercancía.
Según nos cuentan, el espacio a pesar de su estado de abandono es ideal para sentarse y relajarse y se podía actuar con unos pocos retoques, estos consistieron simplemente en conservar las grandes piezas de hormigón rotas e inclinadas y cubrirlas con tablas sin perder la forma curisoamente ergonómica, de lo que allí se encontraba.